Miércoles de Ceniza
"HACER UNA CONVERSIÓN EN NUESTRA VIDA"
Hoy es
Miércoles de Ceniza, empieza la Cuaresma tiempo para disponer nuestro corazón
para celebrar la Pascua del Señor a través del ayuno, la oración y la limosna.
PRIMERA
LECTURA
JOEL
2,12-18
“Rasgad los corazones y no las vestiduras”
"Ahora -oráculo del Señor- convertíos a mí de
todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las
vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y
misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las
amenazas." Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la
ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en
Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad
la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho.
Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: "Perdona, Señor, a tu
pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se
diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su
tierra, y perdone a su pueblo." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Hoy iniciamos la Cuaresma, la cual es una ruta de
regeneración y restauración. Año con año los cristianos la caminamos para
reavivar ese sentido fundamental que nos da nuestro modo de ser en el mundo.
Regeneración era uno de los nombres que los primeros cristianos daban al
bautismo: baño de regeneración. Aquellos bautizados no eran ingenuos como para
pensar que bastaba hundirse en el agua para salir como nuevos. Todo lo contrario. Aquel baño era
culminante; para llegar a él, tenían que recorrer un proceso y pasar por unas
etapas que los disponían para terminar con un corazón nuevo. A eso apuntan las lecturas de este día.
El
profeta pide rasgarse el corazón y no los vestidos, para volverse al Señor. El
vestido indica lo que los demás miran de uno; Joel habla de cambiar la
identidad y cambiar el corazón. El vestido condiciona modos de ser frente a
otros. Mira cómo visten las personas, en qué circunstancias y delante de
quiénes. Ahora observemos nuestro modo de ser, nuestro vestido. ¿Qué debemos
romper para desnudarnos ante el Dios misericordioso? Sin esto no habrá
regeneración ya que uno se sumerge sin ropas.
SALMO
RESPONSORIAL: 50
R. / Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
OREMOS
CON EL SALMO
Este Salmo es una confesión de un pecador arrepentido,
que pide a Dios perdón e implora la misericordia divina. En la parábola del
hijo pródigo y del padre compasivo (Luc. 15, 11-32), nos habla Jesús de la
alegría que siente Dios por todo pecador que confiesa su pecado y vuelve a
él.
SEGUNDA
LECTURA
2CORINTIOS
5,20-6,2
“Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable”
Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y
es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os
pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo
expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la
justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco
roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché,
en día de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo
favorable, ahora es día de salvación. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
A la vista de estos llamados de la gracia en la voz de
Nuestro Señor y de sus profetas entendemos la expresión apremiante de San Pablo
en la segunda lectura de hoy: " ¡En nombre de Cristo les suplicamos que se
dejen reconciliar con Dios!".
Esta época, esta cuaresma, es "un tiempo
favorable". Lo mejor que podía sucedernos quiere sucedernos. Dios quiere
llegar a nuestra vida y reconstruirla. Dios sabe quiénes somos; conoce lo
escondido, y así como somos nos acepta; aunque no para dejarnos cuales somos
sino para hacernos cada vez más imagen y semejanza suya. Este es el tono sereno
y profundo de gozo que se esconde detrás de la penitencia que hoy empezamos.
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LECTURA
DEL EVANGELIO
MATEO
6,1-6.16-18
“Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser
vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre
celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por
delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el
fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace
tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo
secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes
les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas
a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en
lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis,
no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver
a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y
lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está
en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te
recompensará." Palabra del Señor.
ORACIÓN
Señor en este tiempo nos invitas a mirar hacia adentro, a despojarnos de todo lo que obstaculice el encuentro cara a cara contigo. Ayúdanos por favor, a dirigir la mirada en tres direcciones importantes, hacía nuestros adentros, las necesidades de los demás, tu ternura y la acción de tu Espíritu, para generar un cambio de actitud y una nueva vida en cada uno(a) de nosotros(as). Amén
“Con un corazón
dispuesto y necesitado de volver a Dios podremos descubrirle y recibir su
amor misericordioso”
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