lunes, 1 de febrero de 2021

Miércoles 03 de Febrero de 2021

 

“SÓLO QUIEN TIENE FE DESCUBRE LA VERDADERA IDENTIDAD DE JESÚS”

 

PRIMERA LECTURA

HEBREOS 12,4-7.11-15

 

“El Señor reprende a los que ama”

 

Hermanos: Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado. Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: "Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos." Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos? Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz.

 

Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará. Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor. Procurad que nadie se quede sin la gracia de Dios y que ninguna raíz amarga rebrote y haga daño, contaminando a muchos. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Es difícil conciliar el sentirse amado con el sentirse reprendido. Nos gusta el amor cuando llega con rostro de sanación o de consuelo; poco nos atrae, si viene con la ropa adusta de la exhortación o incluso el castigo. Pero esto es infantilismo, y es preciso superarlo.

 

 La analogía fundamental viene del ambiente de familia: Dios nos guía y nos educa como un papá guía y conduce a su hijo. No es una comparación nueva en la Biblia, pues ya leíamos en el Deuteronomio: "debes comprender en tu corazón que el Señor tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo" (Dt 8,5). Y está además la cita de Prov 3,11-12 que el texto mismo incluye: "no desprecies la corrección del Señor...".

 

 Es bello el razonamiento que se nos propone: si eres hijo, es normal que te traten como a hijo. Aún más: es hermoso descubrirte hijo en el momento mismo en que llega la contradicción, sobre todo porque eso te hace semejante a Aquel que "siendo Hijo, aprendió sufriendo a obedecer..." (Heb 5,8).

 

SALMO RESPONSORIAL: 102

R. / La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

 

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R.

 

Como un padre siente ternura por sus hijos,

siente el Señor ternura por sus fieles;

porque él conoce nuestra masa,

se acuerda de que somos barro. R.

 

Pero la misericordia del Señor dura siempre,

su justicia pasa de hijos a nietos:

para los que guardan la alianza. R.

 OREMOS CON EL SALMO

El Rey David, entendió que la verdadera adoración venía de lo profundo del alma, y nos lo enseña en este salmo, no se trata solo de una expresión externa, sino del interior, él quería que todo su ser adorara a Dios. El harpa de David no estaba desentonada con su corazón, sino que estaba en el tono correcto para tocar la mejor melodía para el Señor, y nos invita a que nosotros logremos también afinar nuestros corazones para adorarlo. El salmo también nos muestra que la grandeza de Dios se extiende más allá de librarnos de nuestros pecados, enfermedades o problemas, somos coronados con su gran amor y misericordia que nos sostiene, que es infinita  y eterna.

 

 LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 6,1-6

 

“No desprecian a un profeta más que en su tierra”

 

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: "¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?" Y esto les resultaba escandaloso.

 Jesús les decía: "No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa." No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

Jesús siente en carne propia el desprecio por parte de los suyos, en su pueblo natal, allí donde la gente lo conoce a él y a su familia. Es allí, y no en otro lugar, donde desprecian su enseñanza. Preguntan que de dónde saca esa inteligencia y esa manera de discernir en la vida, si todos conocen su origen. Jesús cae en desgracia en medio de su pueblo, simplemente porque su forma de pensar, de hablar y de actuar no se acomoda a la forma tradicional, establecida y acogida como normal, en medio de sus conciudadanos. Esto es lo que sucede con permanente frecuencia en cualquier círculo humano social, cultural o religioso, cuando alguna persona se sale del esquema tradicional: se le condena, se le estigmatiza, se le expulsa. Se le suele cobrar ese atrevimiento con la propia vida. Ser como Jesús y optar por la causa que el optó acarrea problemas serios con la familia, con la sociedad, con la religión. ¿Estamos dispuestos a asumirlos?

ORACIÓN

Señor llévanos a darnos cuenta si te hemos reconocido, si realmente creemos en Ti a tal punto que la certeza de tu actuar en nuestra vida y en el mundo nos lleva a ser personas armoniosas, de paz y seguridad en sí mismas y a creer en un Dios tan divino y tan humano como Tú, en quien confiamos y seguimos. Amén

 

“Clamemos por no tener una fe mediocre, sino que Dios nos acreciente el don de la fe,   para ponerla en práctica, porque en ejercicio, crece y se hace fuerte”

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