“DAR LA VIDA
PARA RECUPERARLA AL ESTILO DE JESÚS”
PRIMERA
LECTURA
NAHÚN 2,1,3; 1-3, 6.7
“Ay
de la ciudad sangrienta”
Mirad sobre los montes los pies del
heraldo que pregona la paz, festeja tu fiesta, Judá; cumple tus votos, porque
el criminal no volverá a pasar por ti, pues ha sido aniquilado. Porque el Señor
restaura la gloria de Jacob y la gloria de Israel; lo habían desolado los
salteadores, habían destruido sus sarmientos. Ay de la ciudad sangrienta, toda
ella mentirosa, llena de crueldades, insaciable de despojos. Escuchad: látigos,
estrépito de ruedas, caballos al galope, carros rebotando, jinetes al asalto,
llamear de espadas, relampagueo de lanzas, muchos heridos, masas de cadáveres,
cadáveres sin fin, se tropieza en cadáveres. Arrojaré basura sobre ti, haré de
ti un espectáculo vergonzoso. Quien te vea se apartará de ti, diciendo:
"Desolada está Nínive, ¿quién lo sentirá?; ¿dónde encontrar quien te
consuele?" Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El
breve libro del profeta Naún, en la Sagrada Escritura, casi lo único que hace
es contar la derrota de Nínive ante la gran ciudad adversaria. Y lo que hemos
escuchado en este día es precisamente la descripción terriblemente gráfica de
la derrota de esta gran ciudad. En esa derrota se acumulan contra Nínive las
mismas estrategias y la misma violencia que ella, como capital del Imperio,
utilizó contra otros pueblos. Esos látigos, ese estrépito, esos carros que
rebotan, esos jinetes al asalto que se vuelven contra Nínive, no son sino la repetición
magnificada de los que esta misma ciudad imperial le había hecho a otros
pueblos. Esta caída de Nínive revela una verdad que es esencial y es que el
pecado, trae su forma de castigo con él mismo. Sobre la cabeza de Nínive recaen
las mismas faltas que le había hecho a otros pueblos. Así sucede siempre con el
pecado. Podemos decir que la enseñanza
es que nunca se peca impunemente, que nunca se peca en vano, y que el pecado
trae su propia consecuencia y esa consecuencia recae sobre el pecador. Esto significa
que cada pecador es en realidad un culpable, pero además de culpable y casi por
encima de ser culpable, es una víctima de su propio pecado. Y de esta
manera, esa lectura que nos parece tan cruel y tan drástica, tan violenta, ya
trae una semilla de compasión, porque en la medida que nos enseña que el
pecador es la primera víctima de su propio pecado, nos está invitando también a
que tengamos un sentimiento distinto con respecto a aquel que se equivoca,
aquel que es violento, aquel que es víctima de su pecado.
SALMO
RESPONSORIAL:
R./Yo doy la muerte y
la vida.
El día de su perdición se acerca
y su suerte se apresura,
porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos. R.
Pero ahora mirad: yo soy yo,
y no hay otro fuera de mí;
yo doy la muerte y la vida,
yo desgarro y yo curo. R.
Cuando afile el relámpago de mi espada
y tome en mi mano la justicia,
haré venganza del enemigo
y daré su paga al adversario. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este cántico se
remonta a los inicios de la historia del pueblo de Israel, con el que se
concluye el libro del Deuteronomio. Es una invitación a la conversión, puesta
en labios de Moisés en el momento de morir; es la última exhortación y como el
testamento espiritual del gran caudillo que condujo a Israel desde Egipto al
país de Canaán. Cuando Israel tome posesión de la tierra que Dios le ha
preparado, debe estar atento en no olvidar al Señor, como, con tanta
frecuencia, hizo mientras duró su peregrinación por el desierto.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 16, 24-28
“¿Qué
precio pagará un hombre por su vida?”
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí
mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la
perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un
hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para
recuperarla?. Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria
de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que
algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo
del hombre con majestad." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Jesús presenta a los
discípulos las exigencias para seguirlo. En primer lugar, “renunciar a sí
mismo, cargar la cruz y seguirlo”, es ir en pos de Jesús y rechazar el sistema
injusto imperante. El compromiso de Jesús por revelar el amor del Padre hacia
los últimos de la sociedad. En segundo lugar, aparece la dimensión de
cualificar la llamada, la alusión a la vida, no se refiere a la vida biológica
o inmortal, es evitar la banalización de la existencia gracias al seguimiento
de Jesús. En tercer lugar, aparece la sentencia que el Hijo del hombre dará a
cada uno según su conducta, con la llamada de percibir a Jesús como juez en la
vida. La figura de la segunda venida del Señor está presente en la vida de fe,
pero el Evangelio de Mateo resalta que Jesús ya está presente en los pobres,
“cuanto lo hicieron con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, lo
hicieron conmigo” (Mt 25,34-45) ¿Somos conscientes de las implicaciones de
seguir a Jesús?
ORACIÓN
Señor de la Paz, Tú llamas a las personas, familias,
comunidades y naciones enteras a encontrarnos contigo y caminar por la vida a
tu lado. Por favor, te clamamos, Oh Señor ayúdanos a tomar conciencia que esta
es la única manera en que podremos cambiar para lograr sociedades más humanas,
pacifistas, justas y amorosas. Oramos, damos gracias y bendecimos las vidas de Ligia Mancipe y Fanny Vásquez en
su cumpleaños Amén.
“No dependemos de
sentimientos y emociones, sino de colocar nuestra confianza en la fidelidad de
Dios y en las promesas de su Palabra”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: