sábado, 1 de agosto de 2020

Jueves 27 de Agosto de 2020


¿CÓMO ESTAMOS ADMINISTRANDO NUESTRA VIDA Y LOS BIENES QUE DIOS NOS HA DADO?”

PRIMERA LECTURA
1CORINTIOS 1, 1-9

“Por Él habéis sido enriquecidos en todo”

Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo.

De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!   Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Corinto es una antigua ciudad griega, situada en el estrecho que une la parte continental de Grecia con la península del Peloponeso. En el siglo I d.C. estaba habitada principalmente por excombatientes romanos y por antiguos esclavos libertados, procedentes de Italia, o por sus descendientes. Era capital de la provincia de Acaya, y por su posición tanto geográfica como política, tenía una activa vida comercial, cultural y religiosa. Las referencias de algunos autores antiguos sobre el extremado desenfreno de sus costumbres no parecen corresponder a la realidad de entonces. En este aspecto, la situación de Corinto debía de ser semejante a la de tantos otros puertos del Mediterráneo.

La comunidad cristiana de Corinto fue fundada por Pablo en su segundo viaje misionero ( Hch 18,1–18), a principios de la década de los 50. Algunos de estos cristianos procedían del judaísmo, pero la mayoría eran de origen pagano (1 Cor. 12,2). Aunque Pablo permaneció allí año y medio (Hch. 18.11), solo pudo poner los fundamentos de la fe cristiana (1 Cor. 3,6, 10). Más tarde llegaron otros maestros, entre los cuales Pablo menciona en particular a Apolo (1 Cor. 1,12).

La actividad de algunos de los maestros venidos posteriormente fue ocasión de que se crearan divisiones y grupos en la comunidad. Por otra parte, la intensa vida carismática que se desarrolló en la iglesia de Corinto llevó a algunos a creerse demasiado sabios. Además de todo esto, el pasado pagano de la mayoría de los cristianos y el contacto inevitable con una sociedad pagana de costumbres libertinas, así como las diferencias sociales entre los propios miembros de la comunidad cristiana, dieron lugar a una serie de situaciones y abusos, que Pablo se vio obligado a corregir


SALMO RESPONSORIAL: 144
R. /  Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.

Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.

Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es llamado  “la alabanza de David”,  David exalta, alaba, honra el nombre de Dios, declara su grandeza  y lo hace de manera  personal, le habla directamente, lo hace rindiéndole el corazón y lo hace para siempre.  David busca que el pueblo de Dios de generación en generación también le alabe y nos invita que cuando pensemos en los hechos maravillosos  del Señor, su providencia, su hermosura, su majestad, su sabiduría, su constante presencia, su poder ilimitado y amoroso, su sabio plan y su propósito, sus obras de rescate,  para con nosotros, nos inspire para declararle una continua alabanza hacia el Señor.    

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 24, 42-51

“Estad preparados”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La inseguridad forma parte de nuestra realidad vital como seres humanos; y esa misma inseguridad nos vuelve ansiosos y temerosos. Muchas personas intentan conjurar esa amenaza ahorrando dinero o adquiriendo bienes; incluso apelan a la estrategia de constituir un grupo de socios, amigos y aliados que puedan prestar un auxilio en un momento crítico. Pero, todos sabemos, por experiencia propia o ajena, que los ahorros se pueden perder en una bancarrota y los aliados desaparecen cuando se avecinan las calamidades. El evangelio nos invita a dar respuesta a este desafío con dos actitudes. La primera, construir y constituir un capital espiritual que nos impulse a confiar en Dios y a superar la inseguridad que nos amenaza a diario. Una espiritualidad bien fundada es un capital que no puede ser sustraído por ninguna circunstancia y que nos da la fuerza necesaria para vencer los temores. La segunda, ejercer la tarea del administrador eficiente que con diligencia realiza sus deberes y cuida de aquellas personas que están a su cargo, ya que su deber no es ‘vigilar y castigar”, sino animar y promover. El evangelio nos invita a buscar nuestra seguridad en el crecimiento de los valores humanos y espirituales y a compartir con otras personas ese camino de aprendizaje.

ORACIÓN
Señor síguenos enriqueciendo con tu Palabra, conocimiento y dones espirituales, ayúdanos a cumplir con nuestro deber de vigilar y estar preparados, que  logremos comprender la esencia de tu propuesta para el mundo, así como defendernos y perseverar de los ataques de los enemigos de la instauración de tu Reino pacifista, justo y solidario en nuestras comunidades. Amén 


“No te sientas dueño, siéntete siervo, siervo amado, siervo fiel, siervo en el que se puede confiar, y descubrirás un Dios que te otorga el don de su amor y de su confianza”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: