miércoles, 1 de julio de 2020

Viernes 31 de Julio de 2020


“RECHAZAR AL PROFETA ES RECHAZAR LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS”

Primera lectura
Jeremías 26, 1-9

“El pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor”

Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías: Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola. A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: "Así dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra."

Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo: Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada?" Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.   Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Jeremías tiene un difícil encargo: debe predicar las consecuencias del pecado. Esto es hablar con la verdad, y por eso, cuando la gente no quiere oír la verdad no quiere oír que sus pecados tendrán secuelas. Pero Jeremías es de Dios y Dios le ha encargado hablar de eso que nadie quiere oír, “pecar tiene sus efectos”.

Santa Catalina de Siena dijo una vez que la estrategia del mal para llevar a la gente a la condenación era esta: vendarles los ojos para que no vieran lo que estaban haciendo; a la hora de la muerte, quitarles la venda de repente y obligarlos a ver la gravedad espantosa de las faltas cometidas. Este plan es una conjunción de indolencia irresponsable y desesperación arrogante: vivir distraídos para morir desesperados.

Como Dios nos ama, Dios lucha contra  esta estrategia, y lo hace sobre todo a través de medios que nos pueden parecer muy ordinarios, como es la voz de nuestra conciencia y la voz de aquellos que, como Jeremías, despiertan a esa conciencia mostrándole las consecuencias de nuestros actos. Está en nosotros qué suceda después: podemos rechazar a Dios y a su profeta, como hicieron los judíos con Jeremías, pero ciertamente también podemos acoger el amor de Dios, así nos parezca severo, y emprender un camino nuevo y mejor.

Salmo responsorial: 68
R. / Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
 los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver
lo que no he robado? R.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.

Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R.

lectura del evangelio
Mateo 13, 54-58

¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: "¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?".Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta". Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús se dirige a Nazaret, enseña en la sinagoga y causa admiración en los que le escuchan, llama la atención por su saber y sus milagros. Los paisanos de Jesús se asombran por sus orígenes, pero se escandalizan y no lo aceptan, porque no reconocen que en uno de su tierra manifieste a Dios, consideran que no tiene las credenciales de maestro y de profeta. Y preguntan, ¿de dónde saca todo esto? Para descalificarlo por ser un artesano, el hijo de una vecina, y por no ser “teólogo de raza”, es decir por no haber recibido instrucción superior en alguna escuela de Jerusalén o de un rabino acreditado. La humildad, la sencillez y sobretodo la audacia y el carisma de Jesús se convierten en un obstáculo ante sus paisanos y de allí se pasa a la incredulidad. El problema de fondo, no era sólo que descalificaran a Jesús por su origen, oficio y formación, sino que en esa descalificación también desechaban el mensaje del evangelio.
Es paradójico que las personas más apropiadas para recibir a Jesús son quienes lo rechazan. La poca apertura de los paisanos de Jesús, está en la imagen que tienen de un Dios punitivo que solo le recuerda al pueblo la magnitud de su pecado y de su castigo. Por eso la reacción de Jesús a la cerrazón de sus paisanos: “a un profeta lo desprecian en su patria y en su casa”, ya que por los prejuicios no hay aceptación, y en donde no hay adhesión es imposible hacer algo. ¿Cómo seguidor de Jesús he sido capaz de transformar a mi familia y a mi entorno? ¿Cómo es mi acogida hacia los sencillos?

ORACIÓN
Señor hay tantas personas a tu servicio y no las reconocemos, ni valoramos. Ayúdanos a no ser tan ciegos y distraídos que no percibamos, en el espíritu, a quienes vienen en tu nombre trayendo esa vivencia de amor de Dios que también confronta y examina para ser sanados(as) y transformados(as) en verdaderos hijos(as) y discípulos(as) tuyos(as). Amén

“Nuestra seguridad está en las manos de Dios y solo Él puede cambiar nuestra vida a través de una fe íntegra y sin grietas”


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