miércoles, 1 de julio de 2020

Jueves 30 de Julio de 2020


“NUESTRO SER ESTÁ EN LAS MANOS DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
JEREMÍAS 18, 1-6

“Como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano”

Palabra del Señor que recibió Jeremías: Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra." Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero.
Entonces me vino la palabra del Señor: ¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? -oráculo del Señor-. Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Una nueva acción simbólica de la profecía de Jeremías nos deja una enseñanza imborrable: la caricia vigorosa del alfarero hace posible el milagro de la belleza en el barro; la gracia poderosa del Señor hace posible la vida divina en la existencia humana. Las manos son el símbolo y el instrumento primero del poder. Ya el filósofo Aristóteles destacaba el papel de la mano como vehículo de la voluntad; luego los antropólogos destacaron el diseño de la mano humana, con el pulgar opuesto a los otros dedos, cosa que permite asir, sujetar y "manejar."

En un sentido más trivial, ¿qué sucede con mucha frecuencia cuando descansamos o trabajamos? El "ratón" del computador o el "control remoto" del televisor o equipo de sonido suelen estar en nuestras manos. Nos dan una sensación de "poder" que ha sido estudiada también: nos encanta tener el control.

Jeremías le da la vuelta a ese cuadro: se trata no de llenarnos de poder sino de permitir que el poder de Dios obre; se trata no de tener a Dios en nuestras manos sino de ponernos en sus manos. En ello está nuestra real posibilidad de ser felices y de realizarnos en plenitud, pero también está el sacrificio de ser remodelados incluso en aquellas cosas que quizá preferíamos o no queríamos soltar.


SALMO RESPONSORIAL: 145
R. / Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes. R.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R.

OREMOS CON EL SALMO
La alabanza expresada en este Salmo se fundamenta en el poder creador del Señor y en su bondad para con los pobres y oprimidos. Los motivos para alabar a Dios están precedidos de una exhortación sapiencial y de una “bienaventuranza”. El salmista invita a los fieles a no confiar en los poderosos, porque de ellos no puede venir la salvación; proclama la felicidad de los que confían en el Señor. Jesús proclamó el Reino de Dios y lo hizo presente con sus obras de compasión y poder.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13, 47-53

“Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran”

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí."

Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo bueno y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Aquí termina el sermón de las parábolas en el evangelio de Mateo. Es una parábola síntesis. El Reino es una pesca con peces de toda especie. Exige trabajo y dedicación pero tiene como final una pesca abundante. Como en la parábola del trigo y la cizaña, en la pesca hay peces que no sirven. Hay plenitud y abundancia, pero hay un discernimiento final de la historia donde solo permanecen los pescados del Reino.

Esta  historia que enmarca la parábola es conocida por los galileos de la época, ya que vivían alrededor del lago, por otra parte  describe la alegría del pescador al final de un día de trabajo pesado y esmerado. Las imágenes de la parábola nos describen el destino de los que omiten a Dios de sus vidas. El horno del fuego alude a un lugar donde se tiraba la basura de Jerusalén, y por tanto va a significar lugar de exclusión y condena. Pero esa exclusión no viene de Dios, ya que nos ama. Cada uno de nosotros se excluye a sí mismo. El evangelio de hoy finaliza con una alegoría sobre la transmisión de la fe de padres a hijos. Jesús exhorta a la comunidad a ser responsable de la transmisión de la fe, reconociendo la acción de Dios en la historia, dando apertura a la imagen de Dios plasmada en Jesús. ¿Qué cosas debo desechar de mi vida para seguir a Jesús?

ORACIÓN
De rodillas ante ti Señor reconocemos que estamos en tus manos. Te pedimos que saques de nuestra vida tantos miedos, angustias, incertidumbres, desesperanzas, que podamos tener  la certeza de que caminando contigo, con  nuestra entrega sincera de corazón,  todo lo demás vendrá por añadidura y no habrá lugar para el maligno. Amén.


“Donde hay fe, hay amor.; donde hay amor hay paz; donde hay paz esta Dios y donde esta Dios no falta nada”

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