“DISPONERSE A TODA BUENA OBRA PARA SER ESCUCHADOS POR
DIOS”
PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 1, 10-17
“Lavaos,
apartad de mi vista vuestras malas acciones”
Oíd la palabra del Señor, príncipes de
Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "¿Qué me
importa el número de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de
holocaustos de carneros, de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y
chivos no me agrada. ¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras
manos cuando pisáis mis atrios? No me traigáis más dones vacíos, más incienso
execrable. Novilunios, sábados, asambleas, no los aguanto. Vuestras
solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga que no soporto
más. Cuando extendéis las manos, cierro los ojos; aunque multipliquéis las
plegarias, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre.
Lavaos, purificaos, apartad de mi vista
vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el
derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la
viuda." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La lectura, del profeta Isaías, enlaza
muy bien con las denuncias de injusticia que ya hemos oído en las semanas
anteriores, por boca de Oseas y sobre todo de Amós. Isaías es especialmente
elocuente: ¿cómo levantar a Dios en ofrenda manos manchadas de sangre?
Muy fuerte la denuncia de Isaías llama a
los dirigentes de la Casa de Judá, "príncipes de Sodoma" Isaías 1,10,
y llama al pueblo, "pueblo de Gomorra"
Estas dos ciudades eran como la imagen
misma de la perdición, de la degeneración, y ese es el nombre que les da el
Profeta. Está diciendo entonces con esa imagen, que son un pueblo degenerado,
un pueblo pervertido en grado sumo.
La gran perversión de este pueblo, es lo
que aparece en lo que sigue ahí en la lectura y que lo podemos sintetizar en la
expresión, un culto vacío. Siguen presentando a Dios sus ofrendas, siguen
haciendo los sacrificios de carneros, de becerros, de corderos. Pero es un
sacrificio que Dios no quiere ver. "Me tapo los ojos", dice,
"ustedes extienden las manos; yo no escucho"
Es un culto vacío, y de ahí que sea
rechazado por Dios. La manera de llenar de contenido ese culto para que no esté
vacío, ¿cuál es? Dice aquí el Señor: "Lávense, purifíquense, aparten de mi
vista sus malas acciones". Es decir, que toda ofrenda exterior tiene que
estar unida a una ofrenda interior.
Todo sacrificio exterior tiene que estar
unido a un sacrificio interior. El sacrificio exterior puede ser el de ese
animalito. Pero el sacrificio interior que reclama Dios por boca del Profeta
Isaías, es ese sacrificio de "lavarse, purificarse, dejar las malas
acciones, buscar el querer de Dios, aprender a obrar el bien, enderezar al
oprimido, defender al huérfano, proteger a la viuda, al desvalido, es optar por
la justicia". Ese es el sacrificio que resulta agradable a los ojos de
Dios. Hay que cambiar la actitud interior, llenarse de obras nuevas y de obras
agradables.
SALMO
RESPONSORIAL: 49
R.
/ Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
"No
te reprocho tus sacrificios,
pues
siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero
no aceptaré un becerro de tu casa,
ni
un cabrito de tus rebaños." R.
"¿Por
qué recitas mis preceptos
y
tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y
te echas a la espalda mis mandatos?" R.
"Esto
haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees
que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara. R.
El
que me ofrece acción de gracias,
ése
me honra;
al
que sigue buen camino
le
haré ver la salvación de Dios." R.
OREMOS CON EL SALMO
La parte central
de este Salmo está constituida por la acusación que Dios dirige a su Pueblo,
para reprocharle su infidelidad a la Alianza. El reproche está precedido por la
descripción de la aparición de Dios, en la que se manifiesta como acusador y
como Juez. El motivo de la acusación es la infidelidad de Israel a las
exigencias morales de la Alianza, no compensada por la observancia de prácticas
culturales puramente exteriores. La advertencia final es no obstinarse en el
mal camino, y una promesa de salvación para los fieles.
LECTURA DEL
EVANGELIO
MATEO 10, 34-11,
1
“No
he venido a sembrar paz, sino espadas”
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he venido a la
tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a
enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su
suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiera a su padre o a su madre
más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a
mí, no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la
encontrará. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe,
recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta,
tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga
de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a
uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os
lo aseguro".
Cuando
Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para
enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Jesús es el Príncipe de la Paz. Su gran mensaje a raíz de su
resurrección era precisamente este: la Paz esté con ustedes. Ser pacificadores
forma parte del código de las Bienaventuranzas. Esa Paz es un proyecto integral
que al introducir en la historia un modo alternativo, una armonía completa
entre seres humanos con sus semejantes, con Dios y con la madre tierra puede
provocar un rechazo. ¿Pero, por qué ahora en este texto evangélico se nos dice
que no ha venido a traer la paz sino la espada?. Nos resulta extraño este
lenguaje radical del evangelio que no deja a nadie indiferente. Y es porque el
proyecto de la Paz del evangelio choca con la estructura injusta de este mundo,
demasiado incrustada en leyes, sistemas económicos, movimientos culturales
etc... Pone nerviosos a los que han edificado este mundo violento. La Paz del
evangelio es la profecía de un mundo donde los excluidos de la historia van a
sentarse en la mesa compartida. Mientras eso llegue viviremos el conflicto, la
persecución y hasta la muerte.
ORACIÓN
Ayúdanos Buen Dios a ser cada vez
mejores seres humanos basados en tus preceptos misericordiosos que nos disponen
para toda buena obra en favor de los necesitados. Que la justicia y el derecho
prevalezca en nuestras acciones y que así lo oremos, intercediendo para que se
dé en todos los ámbitos sociales de mundo. Amén.
“En la oración
de quien no se ha encontrado en verdad con Dios, se habla para pedirle, no para
escucharlo y seguirlo”
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