miércoles, 1 de julio de 2020

Jueves 16 de Julio de 2020

Nuestra Señora del Carmen

¿QUIERES FORMAR PARTE DE LA FAMILIA DE JESÚS?”

PRIMERA LECTURA
ZACARÍAS 2, 14-17

"Alégrate y salta de júbilo, hija de Sión"

Alégrate y salta de júbilo, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a habitar dentro de ti, oráculo del Señor. Muchas naciones se unirán al Señor aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que  el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará a Judá como lote suyo en la tierra santa y volverá a escoger a Jerusalén. “¡Silencio de todos ante el Señor, que se levanta en su santa morada”  Palabra de Dios.


REFLEXIÓN
En la primera lectura tenemos uno de los discursos del profeta Zacarías, quien trata de levantar el ánimo del pueblo que, recién llegado del destierro, aún contempla el Templo en ruinas. El profeta los invita a la alegría  y a confiar en que Dios está en medio de ellos. Los motivos de  alegría son tres: la presencia salvadora de Dios en medio de su pueblo, la venida del rey mesiánico y la gratitud de Dios, para con todas las naciones. En la Biblia la expresión “hija de Sión” es uno de los nombres del pueblo de Dios, designación poética de la ciudad santa, representada como  mujer y data de la época del post-exílio, cuando Jerusalén se convirtió para los judíos en corazón y centro del pueblo escogido. 

Es de tener en cuenta que este y otros textos del Antiguo Testamento, han sido interpretados por la tradición de la Iglesia en clave mariana. Como lo hizo el Papa Juan Pablo II en una de sus enseñanzas que dice: El relato de la anunciación nos permite reconocer en  María a la nueva “hija de Sión”, invitada por Dios a una gran alegría. Expresa su papel extraordinario de la madre del Mesías, quien acoge el mensaje en nombre del pueblo de David y en nombre de la humanidad entera, ya que en la intención de Dios, el anuncio dirigido a ella se orienta a la salvación universal.       

SALMO RESPONSORIAL  LUCAS 1,46-55
R./Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador

Mi alma glorifica al Señor;
Y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador
Porque puso sus ojos
en la humildad de su esclava. R.

Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Porque ha hecho grandes cosas el Poderoso;
Santo es su nombre,
Y su misericordia llega de generación en generación, a los que le temen. R.

Hizo proezas con su brazo;
esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo. R.

OREMOS CON EL SALMO
De la abundancia del corazón habla la boca lo podemos ver claramente en el Magníficat o Cántico de María. Lucas abre con buenas nuevas, milagros, música, alabanza, luces y alegría. El cántico o himno de María está lleno de: Alabanza y vemos como resalta los Atributos de Dios. Pero algo igualmente especial de este cántico es que revela mucho acerca de la persona de María,  una Mujer de comunión y Profunda Adoración. Su alma magnífica, engrandece, exalta, pone en alto y en grande al Señor. Sus palabras revelan el estado espiritual de su alma y el nivel espiritual sobre el cual ella vivía.


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 12, 46-50

"¿Quién es mi madre, y quienes son mis hermanos?."

Mientras Jesús aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo Él, al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quienes son mis hermanos?. Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN  
En el evangelio se nos describe una escena sencilla: la madre y los parientes de Jesús quieren saludarlo, y alguien se lo viene a decir a Jesús, con lo que Él aprovecha para anunciar el nuevo concepto de familia que se va a establecer en torno a Él; no van a ser decisivos los vínculos de la sangre sino la referencia total a Dios: “el que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. Jesús no niega los valores de la familia; lo que le interesa es subrayar que el nuevo pueblo de Dios (la Iglesia) no se va a fundar en criterios de sangre y raza. Los que creen en Jesús cumplen la voluntad de su Padre y son una nueva familia. Incluso a veces, si hay oposición, Jesús nos enseña a renunciar a la familia y seguirle, a amarle a Él más que a nuestros propios padres.
También podemos aprender otra lección, que pertenecer a la Iglesia de Jesús, no es garantía última de que, en verdad, seamos “hermanos y madre de Jesús”, eso dependerá de si cumplimos o no la voluntad del Padre. La fe tiene consecuencias en la vida. El Señor nos pide coherencia en la conducta de cada día, para que podamos ser reconocidos como verdaderos seguidores y familiares de Jesús. María, entra en pleno en esta nueva definición de familia, porque ella dijo sí a la voluntad de Dios manifestada por la voz al ángel: “Hágase en mí según tu palabra” y la cumplió fielmente en su vida diaria.        

ORACIÓN
Bendecimos tu nombre, tu obra y todos los signos de tu amor generoso, que siempre acompañan nuestra vida. Te pedimos que en este día nos guíes con tu Espíritu, y nos ayudes a no llenar nuestra mente y nuestro corazón de simples y vacíos conocimientos y falsas comodidades y confort, sino más bien a poner nuestra vida desde nuestros talentos al servicio de los demás. Gracias Señor, por llamarnos a formar parte de tu familia, que podamos ser como María, obedientes, dispuestos a hacer tu voluntad. Amén.     


“Que el Espíritu nos lleve a cumplir la voluntad del Padre, para ser parte de la familia  de Jesús”

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