“UNA SIEMBRA ABUNDANTE”
PRIMERA
LECTURA
Jeremías 3, 14-17
“Os
daré pastores a mi gusto; acudirán a Jerusalén todos los paganos”
Volved, hijos apóstatas
-oráculo del Señor-, que yo soy vuestro dueño; cogeré a uno de cada ciudad, a
dos de cada tribu, y os traeré a Sión; os daré pastores a mi gusto que os
apacienten con saber y acierto; entonces, cuando crezcáis y os multipliquéis en
el país -oráculo del Señor-, ya no se nombrará el arca de la alianza del Señor,
no se recordará ni mencionará, no se echará de menos ni se hará otra. En aquel
tiempo, llamarán a Jerusalén "Trono del Señor", acudirán a ella todos
los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor, y ya no seguirán la
maldad de su corazón obstinado. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En el juicio entablado por Dios
contra su pueblo, ayer oíamos unas quejas amargas. Hoy, Dios les dice una
palabra esperanzadora “volved”. El esposo abandonado le abre el camino de
vuelta a su esposa infiel. Le da la posibilidad de rehabilitarse, de volver a
la casa que nunca debió abandonar. Los verbos son a cual más esperanzadores:
“volver…. os escogeré…. os traeré….. os daré pastores….”. En el futuro no se
hablará del Arca de la Alianza: o sea, no se volverá a repetir la experiencia
del desierto, cuando viajaba el Arca con su pueblo, sin morada estable. Ahora,
el Templo es un lugar seguro, fijo. Y en él no apreciarán una simple Arca, sino
la presencia del Dios mismo en medio de su pueblo. Llamarán a Jerusalén “Trono
del Señor”, porque el nombre del Señor está en Jerusalén y en todos los
confines de la tierra.
SALMO RESPONSORIAL: JEREMIAS 31
R. / El Señor nos guardará
como un pastor a su rebaño.
Escuchad, pueblos, la
palabra del Señor,
anunciadla en las islas
remotas:
"El que dispersó a
Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a
su rebaño." R.
"Porque el Señor
redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más
fuerte."
Vendrán con aclamaciones a
la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes
del Señor. R.
Entonces se alegrará la
doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los
viejos;
convertiré su tristeza en
gozo,
los alegraré y aliviaré sus
penas. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13, 18-23
“El que escucha la palabra y
la entiende, ése dará fruto”
En aquel tiempo, dijo Jesús
a sus discípulos: Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin
entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa
lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno
pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero
no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución
por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas
significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción
de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena
significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá
ciento o sesenta o treinta por uno."
REFLEXIÓN
¿Qué significa entender la
palabra del Reino? Significa, en primer lugar, cambiar la manera de pensar.
Nuestra cultura nos educa para que aceptemos únicamente las verdades de la
ciencia. Y esto está bien para los asuntos de la química, la física, la
astronomía y la tecnología en general; pero para los problemas humanos esa
forma de pensar es desastrosa, porque la causa de los conflictos no es nunca un
problema físico. En la vida humana están metidos de por medio las motivaciones,
los intereses y las ideologías. Si son favorables a la vida y al bien común,
entonces conducen al equilibrio de la vida social; de lo contrario conducen a
las catástrofes que todos conocemos.
Entender la palabra del
Reino significa, en segundo lugar, aprender a valorar, evaluar y discernir lo
que es fundamental en la existencia y a priorizarlo por encima de lo que es
superfluo y accesorio. Nuestra sociedad
consumista no nos ayuda en esto, pero el evangelio sí. Nos enseña a sembrar su
palabra con generosidad, porque sólo los frutos nos indicarán las condiciones
del terreno. Nos enseña a colocar los medios para que el Reino se haga realidad
en nuestra vida.
ORACIÓN
Señor
la restauración que con tanto amor haces
en tus hijos e hijas te lleva a afirmar que somos capaces de hacerte el centro
de nuestra vida, de acoger tu Palabra y ser tus servidores. Gracias Señor
porque contamos con tu Espíritu Santo para que guíe nuestro pensar, sentir,
decir y actuar; que no nos apartemos de este regalo que nos ayudará a
mantenernos en tu plan de seres humanos en el Espíritu. Amén
“La meditación de la
Palabra no es apuesta por el silencio sino por la fecundidad de la Palabra en
nosotros y dando frutos hacia otros”
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