domingo, 1 de septiembre de 2019

Lunes 09 de Septiembre de 2019


“ACOGER AL SER HUMANO AL ESTILO DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
COLOSENSES 1,24-2,3

“Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia para anunciaros a vosotros el misterio escondido desde siglos”
Hermanos: Me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. A estos Dios ha querido dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo: ésta es mi tarea, en la que lucho denodadamente con la fuerza poderosa que él me da. Quiero que tengáis noticia del empeñado combate que sostengo por vosotros y los de Laodicea, y por todos los que no me conocen personalmente. Busco que tengan ánimos y estén compactos en el amor mutuo, para conseguir la plena convicción que da el comprender, y que capten el misterio de Dios. Este misterio es Cristo, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y del conocer. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El dolor y el sufrimiento es repetidamente valorado de modo particular en el Nuevo Testamento como manifestación de amor: Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, dice San Pablo a los Colosenses. El propio Cristo reprende severamente a Pedro, cuando quiere hacerle abandonar los pensamientos sobre el sufrimiento y sobre la muerte de cruz. Jesús deseaba su sufrimiento, aunque le costaba, hasta entrar en agonía por la Pasión ya inminente.
La perspectiva de sufrimiento: de fatiga agobiante, de trabajo que parece excesivo, de dolor crónico, de incapacidad definitiva, de marginación, de abandono, de incomprensión, de humillación continua, de permanente frustración… podría cegarnos e inducirnos a menospreciar esos momentos y situaciones que vienen a ser como la angustia en Getsemaní, cuando ruega Jesús al Padre que le libre de aquel Cáliz: las palabras de la oración de Cristo en Getsemaní prueban la verdad del amor mediante la verdad del sufrimiento. San Pablo enseña con su actitud y con su ejemplo que el cristiano puede y debe imitar la disposición del Señor ante el dolor. Cristo ya había exigido a los suyos el sacrificio para alcanzar el Reino de los Cielos: Si alguno quiere venir en pos de mí… tome cada día su cruz. La fidelidad a Cristo exige este sacrificio. Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran!

SALMO  RESPONSORIAL 61
R. / De Dios viene mi salvación y mi gloria.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio. R.

OREMOS CON EL SALMO
En medio del peligro amenazante, el salmista expresa su confianza inalterable en Dios. Solo de Él espera ayuda. Igual confianza nos inspira el Nuevo Testamento, pero nos proporciona  un motivo más profundo de esperanza: la unión con Cristo presente en medio de su pueblo.  

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,6-11
“Estaban al acecho para ver si curaba en sábado”
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio." Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Lucas nos mantiene con la mirada en las acciones de Jesús frente al sábado; el escenario de este episodio es la sinagoga, lugar de culto de la tradición judía con un alto sentido de pertenecía. El objetivo de la presencia de Jesús en ese lugar era, como lo afirma Lucas, mostrar en qué consiste su enseñanza.
Es de notar que en las sinagogas sólo enseñaban los maestros o rabinos, por lo general oficio ejercido por varones notables. Lucas ya nos ha informado que la gente se agolpaba para escuchar a Jesús; sus palabras y la forma de enseñar en diversos lugares atrae a la muchedumbre, que siente que hay algo nuevo en ese galileo; la gente logra establecer la diferencia entre la sinagoga y Jesús.
La enseñanza en esta ocasión es acerca la defensa de la vida. El Dios de Jesús es un Dios de vivos y ha optado por la vida como valor supremo. La pregunta sobre si está permitido en sábado, día dedicado a Dios, salvar la vida o destruirla, marca el talante de la discusión y hacia dónde va encaminada la propuesta del Reino de Dios proclamada por Jesús.

ORACIÓN
Amado Maestro, tú te desgastaste, te sacrificaste por anunciar la Buena Nueva. Necesitamos de tu fuerza para ser pregoneros empeñados, esforzados y  dedicados a salvar vidas. Ayúdanos para que con nuestras palabras y acciones demostremos que lo más importante para Dios es el ser humano, su bienestar, su liberación, su paz y que esto solo se logra con una vida en el Espíritu, y es lo que debemos transmitir. Amén.


“Las estructuras sociales deben estar al servicio de las personas, de la vida, la dignidad y el derecho”

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