“DEJAR TODO Y SEGUIR A JESÚS”
PRIMERA
LECTURA
COLOSENSES
1,9-14
“Fructificarán en obras buenas”
Por esto
nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes y de
pedir a Dios que los haga conocer plenamente su voluntad y les dé toda clase de
sabiduría y entendimiento espiritual. Así podrán portarse como deben hacerlo
los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de
toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. Pedimos que
él, con su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo
con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría darán gracias al Padre, que los
ha capacitado a ustedes para recibir en la luz la parte de la herencia que él
dará al pueblo santo. Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos llevó al
reino de su amado Hijo, por quien tenemos la liberación y el perdón de los
pecados. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Uno
de los aspectos más interesantes de la primera lectura del día de hoy es el
llamado hacia la plenitud. Creer es un ejercicio, un dinamismo. La vida
cristiana no puede resumirse en "tener" fe, como quien posee algo que
ha quedado bajo su poder. Más bien, ser cristiano, en la óptica de Pablo es
quedar bajo el poder de la fe, es decir, entrar en un proceso que ha tenido su
comienzo maravilloso cuando nos abrimos a la propuesta del amor de Dios, pero
que debe perfeccionar ese comienzo hasta "llegar a conocer con plenitud su
voluntad".
Es
fácil, caer en el error de convertir el cristianismo en un sistema de ideas,
una especie de filosofía, y por ello Pablo entiende que no podemos agarrar la
esencia del cristianismo, si no es por gracia. Ser cristiano no es, o por lo
menos no se limita a ser, un coleccionista de ideas que encajan bien unas en
otras. Pablo ora por los colosenses, y por nosotros, porque sabe que sólo en la
gracia y por la gracia podemos llegar a descubrir la verdadera sabiduría, esa
que nos mueve a agradar al mismo Dios de quien la recibimos.
SALMO RESPONSORIAL 97
R./
El Señor da a conocer su victoria.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y de su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han
contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Seños. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este es un canto
de aclamación a la realeza de Dios, Señor del universo y de la historia. El
despliegue del poder salvador de Dios llega a su punto culminante en la
encarnación de su Hijo y en la victoria de este sobre la muerte y el pecado.
LECTURA
DEL EVANGELIO
LUCAS
5,1-11
“Dejándolo
todo, le siguieron”
En una ocasión,
estando Jesús a orillas del Lago de Genesaret, se sentía apretujado por la
multitud que quería oír el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa.
Los pescadores habían bajado de ellas a lavar sus redes. Jesús subió a una de
las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla.
Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando
terminó de hablar, le dijo a Simón:
--Lleva la barca
a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar.
Simón le
contestó: --Maestro, hemos estado
trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, ya que tú lo mandas, voy a
echar las redes.
Cuando lo
hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían. Entonces hicieron
señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos
fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse. Al
ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo:
--¡Apártate de
mí, Señor, porque soy un pecador!
Es que Simón y
todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho.
También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de
Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: --No
tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
Entonces
llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La Palabra de Dios, predicada y escuchada desde una
barca y a orillas de un lago, antecede el llamado de los primeros discípulos a
convertirse en pescadores de una nueva humanidad. Pedro acepta “remar mar
adentro” porque cree en la Palabra de Jesús, aunque no está muy convencido de
su efectividad. La abundancia de la pesca muestra que la palabra de Jesús
produce resultados. Ella no es vacía ni ambigua; es siempre acción creadora y
liberadora. Fe y vida son dos realidades que no podemos separar. Pedro se
reconoce pecador porque había dudado de la efectividad de la misión de Jesús.
El y sus socios Santiago y Juan no saben qué hacer ni decir. La vida está por
cambiarles y tienen miedo. Dejarlo todo para vivir al estilo de Jesús es una
decisión que requiere tiempo. Sin embargo, las palabras de Jesús superan los
miedos y las indecisiones, y los invitan a ellos y a nosotros a convertirnos en
pescadores de una humanidad cansada de pasar la noche sin alimento, sin
vivienda, sin amor…; una humanidad necesitada de remar “mar adentro” para encontrar vida en
abundancia.
ORACIÓN
Que gran ejemplo
es ver como Tú desde cualquier lugar y circunstancia enseñas a la gente, como
das certeza, con obras, de tu bondad y poder para transformar hasta lo
imposible. Por eso en pequeñas comunidades nos reunimos en torno a Ti para
celebrar y buscar tu guía en el propósito de ser, a tu estilo, pescadores(as)
de hombres y mujeres, para que se animen a caminar en la búsqueda del verdadero
sentido de ser comunidad de amor en el Espíritu. Amén.
“La presencia de
Dios en nuestra vida nos lleva a reconocer nuestra indignidad y procurar la
conversión”
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