domingo, 1 de septiembre de 2019

Martes 17 de Septiembre de 2019

“JESÚS SE CONMUEVE”


PRIMERA LECTURA
1TIMOTEO 3,1-13

“El obispo tiene que ser irreprochable; también los diáconos han de conservar la fe revelada con una conducta limpia”

Querido hermano: Está muy bien dicho que quien aspira a ser obispo no es poco lo que desea, porque el obispo tiene que ser irreprochable, fiel a su mujer, sensato, equilibrado, bien educado, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni amigo de reyertas, comprensivo, no agresivo ni interesado. Tiene que gobernar bien su propia casa y hacerse obedecer de sus hijos con dignidad. Uno que no sabe gobernar su casa, ¿cómo va a cuidar de una Iglesia de Dios? Que no sea recién convertido, por si se le sube a la cabeza y lo condenan como al diablo. Se requiere, además, que tenga buena fama entre los de fuera, para evitar el descrédito y que lo atrape el diablo. También los diáconos tienen que ser responsables, hombres de palabra, no aficionados a beber mucho ni a sacar dinero, conservando la fe revelada con una conciencia limpia. También éstos tienen que ser probados primero, y, cuando se vea que son irreprensibles, que empiecen su servicio. Las mujeres, lo mismo, sean respetables, no chismosas, sensatas y de fiar en todo. Los diáconos sean fieles a su mujer y gobiernen bien sus casas y sus hijos, porque los que se hayan distinguido en el servicio progresarán y tendrán libertad para exponer la fe en Cristo Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo, llegado al final de su vida, sabe que mientras él va declinando hacia su propio ocaso, la obra de la evangelización apenas amanece en el mundo. Y por eso, porque le ha entregado la vida al Evangelio, ahora se ocupa en estas cartas de consolidar en sus discípulos más cercanos aquellos principios que de hecho han regido su propia vida. Es decir: al darnos el retrato de un pastor hasta cierto punto nos da el perfil de su propia alma y de su modo de entrega.
Brillan ante todo las virtudes de la prudencia, el dominio de sí y de lo propio, la capacidad de manejar diferentes situaciones con "los de fuera", y el mantenerse en humildad ante Dios y ante los demás.  Sin embargo, la primera condición es muy alta: que sea "irreprochable"; que no se pueda hablar mal de él, que ningún mal se le conozca. En este pasaje lo pide Pablo para todo pastor; un poco más adelante, expresamente a Timoteo (1 Tim 6,4). Una medida que puede parecer imposible, pero que de hecho es la que la gente va a esperar del predicador, el misionero y el pastor de almas, y que también espera de nosotros. Al  recibir el signo y don de tan gran vocación y gracia,  aún con la flaqueza humana, hay que aspirar a la perfección, según la palabra del Señor: Vosotros, pues, sed perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt. 5, 48).
SALMO RESPONSORIAL: 100
R./ Andaré con rectitud de corazón.

Voy a cantar la bondad y la justicia,
 para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿cuándo vendrás a mí? R.

Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Aborrezco al que obra mal. R.

Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes,
no los soportaré. R.

Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
 ése me servirá. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es la declaración de un gobernante que se compromete ante Dios y el pueblo a actuar siempre en justicia y rectitud. Estos propósitos deben compartirlos todos, pero con mayor urgencia los que tienen autoridad.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 7,11-17

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores." Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo." La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Lucas presenta una escena contrastante. Dos grupos se encuentran, el de la muerte y el de la vida. Jesús manifiesta su dominio sobre la muerte y  libremente se le sometió para después vencerla. La experimenta padeciéndola, viviendo su muerte como total adhesión a la voluntad de su Padre. Inmune ante ella, Jesús le sale al encuentro como Vida y la aniquila. El la destruye con su resurrección y lo manifiesta aquí y ahora llamando a la vida a los muertos que encuentra en su camino. Jesús es el Señor de la vida y de la muerte que sabe compadecerse de la necesidad humana. El Señor manifiesta su ternura y misericordia de manera especial a todas las madres que pierden un hijo; cuántas conocemos nosotros o están tan cercanas a nosotros, Jesús les da la mano y hace nacer la certeza de que su hijo continua vivo para siempre en las habitaciones que Cristo nos ha preparado. Gracias por la vida eterna. 

ORACIÓN
Padre Dios, que grande y maravilloso es tu amor, que no te dejas de compadecerte de nosotros, a pesar de nuestras debilidades y errores. Que a través de el encuentro con tu Bendita Palabra hoy podamos experimentar que nos sigues liberando de toda esclavitud y desde ella como te sigues ofreciendo como medicina sanadora del sin sentido de la vida. Gracias porque hoy te conmueves con nuestra necesidad y dolor. Amén

“Es Jesús el que se acerca para consolar, dar ánimo, acompañar en el dolor y devolver la razón de la existencia”

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