“ÉL
NOS LLAMA LIBREMENTE”
Las
lecturas de hoy nos dejan ver algo del poder que acompaña a los enviados de
Dios. En el Antiguo Testamento esa expresión se refiere principalmente a los
profetas, y en el Nuevo corresponde sobre todo a los apóstoles. Los elementos
centrales son dos, que Dios envía y que Dios acompaña con su fortaleza,
sabiduría y poder a los que envía.
PRIMERA LECTURA
AMÓS 7,12-15
AMÓS 7,12-15
“Ve
y profetiza a mi pueblo”
En
aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: "Vidente,
vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No
vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo
del país." Respondió Amós: "No soy profeta ni hijo de profeta, sino
pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo:
"Ve y profetiza a mi pueblo de Israel." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El santuario de Betel (Casa de Dios),
tenía una significación política para el Reino del Norte. Por eso el sacerdote
Amasías tiene que cuidar su puesto defendiendo los intereses del rey. En la medida en que los profetas
participan del poder del Dios soberano, su palabra puede volverse antipática
para los que quieren ocupar el lugar de Dios. Es el caso con aquellos
sacerdotes del santuario de Betel ("Casa-de-Dios"), que sentían que
tenían controlada la situación y que habían hecho del culto su modo de llevar
una vida cómoda aunque ajena a los mandamientos del Señor. En nombre de ese
sacerdocio habla Amasías, tratando de controlar a Amós, al menos queriéndolo sacar de la escena.
Amós, en el comienzo de su misión
profética, encuentra rechazo de parte de la estructura religiosa, esto le
augura problemas y dificultades pero está dispuesto a enfrentarlos. Vive de lo
que hace, su vida no depende de su labor profética, de ahí que puede actuar con
libertad tanto frente a la estructura religiosa como a la estructura política.
Yahvé mismo le ha pedido que vaya a profetizar a Betel, así que Amasías va a
tener que escucharlo aunque se incomode y aunque él no sea del Reino del Norte.
Su respuesta es
valiente, y Dios que lo envió lo asiste, de modo que el profeta permanece firme
y su voz permanece clara, directa y eficaz. La
predicación de Amós muestra la vaciedad del culto, de un culto que se queda en
las obras exteriores; un culto que acalla la conciencia y que no deja ver la
terrible incoherencia de un pueblo dividido por las injusticias.
El cristianismo como conjunto es un
«santuario de Betel», los representados aquí por Amós no son sólo los teólogos
críticos, ni los obispos proféticos, sino también somos nosotros, todos los
cristianos de a pie de corazón limpio de intereses y sensibles a las exigencias
del Evangelio.
SALMO
RESPONSORIAL: 84
R/ Muéstranos,
Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el
Señor:
"Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus
amigos."
La salvación está ya cerca de
sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra
tierra. R.
La misericordia y la fidelidad
se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la
tierra,
y la justicia mira desde el
cielo. R.
El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo refleja que la
experiencia del poder salvador de Dios en la historia de Israel, permite al
salmista pedir a Dios que continúe y lleve a término esa acción salvadora, que
garantiza al pueblo la paz y la libertad. Esa experiencia se planifica en el
acto salvador por excelencia realizado por Dios en la muerte y resurrección de
Jesús. La justicia liberadora de Dios ofrece la paz a toda la humanidad.
SEGUNDA
LECTURA
EFESIOS
1,3-14
“Nos
eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo”
Bendito
sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de
Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la
persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e
irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de
Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su
gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en
alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el
perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un
derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste
es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento
culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Por
su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por
decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya
esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que
habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el
que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido,
el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para
alabanza de su gloria. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Para Pablo es claro que no sólo los
judíos sino también los gentiles están ahora en Cristo y participan de la
bendición de Dios que tiene lugar también en Cristo. La gran dificultad en el
comienzo de la Iglesia fue aceptar a los gentiles. Pablo se esfuerza en esta
alabanza de bendición a Dios por mostrar que quien se bautiza participa también
de la elección, de la gracia o remisión de los pecados y de la iniciación en el
misterio de Dios. Los miembros de la Iglesia somos, según el apóstol, los que
hemos recibido la bendición: elegidos desde siempre y antes de todas las cosas,
elegidos y destinados por Cristo para la condición santa de hijos y para que
lleguemos a la plenitud de nuestro ser al transformarnos en imágenes de su
Hijo, gracias a la acción del Espíritu y al haber sido agraciados en el Amado
con el perdón de los pecados mediante la sangre de Cristo, elegidos para que
mediante la sabiduría y la prudencia que, proceden del mismo Espíritu,
penetremos en el misterio de Dios. En el misterio de la voluntad de Dios, de su
propósito y realización en Cristo, nos hallamos incluidos también nosotros los
cristianos procedentes tanto del judaísmo como los no judíos, porque en él está
definida nuestra esencia, en él experimentamos el perdón de los pecados. Pablo
siente que esta realidad terrena tiene que evolucionar, que el plan de Dios es
recapitular todas las cosas en Cristo y que los cristianos no debemos
permanecer al margen de las transformaciones sociales. Hemos sido marcados por
Cristo con el Espíritu Santo para ser sensibles a la acción transformadora de
Dios, acción transformadora que tampoco es exclusiva de los cristianos. El
compromiso del cristiano es hacer que este mundo de injusticia se transforme en
una sociedad de hermanos pues se supone que entendemos cuál es la voluntad y el
plan de Dios sobre la humanidad. Esta tarea no es fácil, porque no vivimos
aislados de los demás y porque el mal ha sido institucionalizado por el ser
humano.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 6,7-13
MARCOS 6,7-13
“Jesús
envía a los doce”
En aquel
tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles
autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino
un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que
llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en
la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os
recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar
su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos
demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Comienza una nueva etapa en el
proceso del seguimiento, la etapa de la misión. Ahora les corresponde a los
Doce proclamar lo que han visto y oído. Jesús es consciente de que tendrán que
enfrentar el mal en todas sus dimensiones por eso les da poder para hacerlo y
les da algunas recomendaciones, les indica que es necesario un cierto estilo de
pobreza, tener capacidad para acomodarse a las circunstancias y saber que van a
ser aceptados o rechazados. La proclamación de la Buena Nueva debe hacerse en
libertad, a nadie se puede obligar a aceptarla. Jesús les está hablando desde
su propia vida, les está aportando desde su práctica pastoral. Todos los
comienzos tienen sus dificultades, así lo vemos también en la experiencia de
Amós, pero además están llenos de esperanza y de alegría porque se tiene la
motivación de sacar adelante un proceso.
Jesús les advierte a los discípulos cómo son las cosas, para que nada los tome
por sorpresa. Sin embargo, la experiencia para cada evangelizador será siempre
diferente y a veces donde creemos que nos va a ir bien quizá no logramos nada.
Quien evangeliza debe tener presente que es Dios quien hace que surja el fruto,
pero también debe disponerse para que el mensaje que transmita motive, inquiete
y sea más creíble. Jesús sabe lo que les espera a los Doce. Los envía de dos en
dos. La compañía es apoyo, fuerza y motivación para cumplir mejor con la misión
y para resistir a las dificultades. La tarea que van a realizar es una tarea
liberadora pero, ¿están capacitados para hacerla? Al final del texto se nos
dice cómo los discípulos expulsaron muchos demonios y curaron muchos enfermos.
De esta forma los Doce van adquiriendo autonomía y confianza en sí mismos, se
dan cuenta de que son capaces de hacer lo mismo que hace Jesús.
El que es enviado sabe que debe
permanecer en el lugar hasta que cumpla con su misión, así lo vemos en Amós y
en las indicaciones que Jesús les da a los Doce. El enviado no va a nombre
personal, va en nombre de quien lo envió. Además Jesús cuenta con la buena
voluntad de muchos hombres y mujeres que son solidarios, que abren la puerta de
su casa para compartir, de ahí que se atreva a decirles que se queden en la
casa donde entren hasta que vayan a otro lugar. Pero también les dice que donde
no los reciban ni los escuchen, al marcharse sacudan el polvo de los pies. El
gesto de sacudir los pies se hacía públicamente y expresaba condena y
separación. No se puede obligar al otro a que reciba la Buena Nueva, también
los demás tienen derecho a disentir, a manifestar que no están de acuerdo y el
evangelizador debe tener una actitud más tolerante y comprensiva, Dios es claro
que no quiere que obliguen a nadie a aceptar el mensaje y tal vez debe esperarse una nueva oportunidad. Es más
coherente con la «política de Dios» ser menos en número, por ser respetuosos de la libertad religiosa, que ser
más cuantitativamente a base de bajar el nivel de la calidad evangélica y de
los métodos evangelizadores. Hoy
continuamente el Señor nos llama así mismo, a anunciar a todas las
personas el Reino, la utopía de justicia y
fraternidad, a caminar por la vida anunciando a todos la Buena Noticia,
somos destinados para esa misión y como hijos destinados a vivir una Vida plena
en Él.
ORACIÓN
Jesús,
al sabernos tus enviados(as) para llevar tu mensaje y dar de Ti a quien lo
necesita, te pedimos que nos hagas ligeros de equipaje; prepáranos para recibir
lo positivo y negativo que nos llegue en los lugares donde debamos estar. Que
siempre te reflejemos con nuestras acciones y palabras y que los corazones como
las realidades sean tocados y transformados por Ti. Amén
“Jesús nos llama a acompañarlo y a conocerlo más íntimamente,
pero nos deja libres para aceptar el llamado”
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