miércoles, 1 de marzo de 2017

Jueves 30 de Marzo de 2017


“TESTIMONIO A FAVOR DE JESUCRISTO”


PRIMERA LECTURA
EXODO 32,7-14

“Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo”

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: "Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: "Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto." Y el Señor añadió a Moisés: "Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo." Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: "¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Tendrán que decir los egipcios: "Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra"? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre."" Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Esta lectura  nos presenta una escena repetida en el camino del pueblo por el desierto: el pueblo se aparta de Dios para buscar ídolos. Esa es una tentación constante de los seres humanos, porque necesitamos buscar amuletos, fórmulas, dioses y demás que nos sirvan inmediatamente para solucionar la vida, eso es algo viejo pero actual. Porque nosotros seguimos teniendo la misma tentación. Buscamos soluciones inmediatas a nuestros problemas aunque sepamos que son ilógicas, efímeras, superfluas. Por más que Dios esté mostrando su voluntad, su estadía con nosotros, su presencia santificadora en nuestras vidas, por más que eso pase, seguimos buscando en otras realidades lo que el Señor nos da en todo momento.

SALMO RESPONSORIAL: 105
R. / Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.

OREMOS CON EL SALMO
Todo lo que hemos encontrado en la primera lectura, lo canta regocijado el salmista en este texto que era, seguramente, usado en el culto durante las celebraciones de las fiestas de Israel, especialmente en la Pascua que rememoraba la acción salvífica de Dios. Se hacen ídolos y  olvidaron a su salvador que había hecho prodigios en Egipto, pero por la intercesión de su elegido Dios perdona  a su pueblo. Así Jesús entregando su vida, logra reconciliarnos con el Dios de la vida y el amor.   

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 5,31-47

“Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?" Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Este pasaje es continuación del de ayer. Jesús habla del testimonio. Él no da testimonio de sí mismo, sino que es el Padre quien da testimonio de él. Pero ¿qué es el testimonio? Testigo significa hablar a favor de alguien, confirmar la veracidad de la otra persona; también tiene el sentido de dar constancia, certificar la autenticidad o idoneidad de la persona. En el relato de hoy es el Padre mismo quien da testimonio de Jesús. Es decir, que el actuar de Jesús está plenamente autenticado y legitimado por el Padre. Por tanto, todo lo que dice y hace Jesús está plenamente “autorizado” por el Padre, de tal manera que Jesús es la plena transparencia del Padre. Los fuertes cuestionamientos que Jesús hace contra el proceder de los escribas, fariseos y sacerdotes proceden del mismo Dios. Esto no lo pueden soportar los jefes de Israel; por eso buscan la manera de deshacerse de Jesús.  Nosotros, cuerpo de Cristo Jesús, partícipes de su pascua, también deberíamos ser trasparencia del mismo Dios, de tal manera que todo nuestro obrar esté impregnado de la presencia de Dios. Ése es el trasfondo de la conversión cristiana. Oremos al Señor para que él sea quien hable en nosotros y por nosotros.

ORACIÓN
Señor, al encontrar personajes como Moisés, nos motiva su acción intercesora, para solicitar la liberación de un pueblo terco y ciego, igualmente lo hace Jesús, Tu Hijo, a quien no le interesó morir en un tiempo y lugar, para así sacarnos del pecado y  darnos la salvación. Ayúdanos por favor a que logremos intervenir en nuestra realidad para que otros te conozcan y sean liberados. Amén   


“Descubriremos toda la bondad y hermosura de Dios en la medida en que lo busquemos con sinceridad”

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