“CONFIANZA EN LA PETICIÓN”
PRIMERA
LECTURA
ESTER
14,1.3-5.12-14
“No
tengo otro auxilio fuera de ti, Señor”
En
aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y
rezó así al Señor, Dios de Israel: "Señor mío, único rey nuestro.
Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma
me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo
tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos
sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías
prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame
valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un
discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a
nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos
con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú,
Señor, que lo sabes todo." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El
texto de hoy nos presenta como modelo
orante a Ester, aquella reina legendaria judía que por medio de su
profeta logró cambiar el corazón del rey pagano que estaba tan mal aconsejado,
de modo que dejara de perseguir al pueblo judío y más bien se convirtiera en su
aliado.
Pero
la fuerza de la convicción en las palabras de Ester, estuvo no tanto en sus
encantos femeninos, que los tenía, sino en la oración; como la oración que le hemos escuchado en el día de
hoy. La oración es la clave, la oración abre posibilidades insospechadas. Entre
una persona sin oración y esa misma persona cuando se resuelve a orar, hay
tanta diferencia que casi parece que fueran dos personas.
Ester,
sin oración, ¿qué es? Una mujer que pertenece al pueblo perseguido. Pensemos lo
que significa este escrito, especialmente viniendo de una cultura que más bien
se caracteriza por despreciar la opinión de la mujer.
En
la sociedad judía una mujer no podía servir de testigo. Y se trata aquí no sólo
de una mujer, sino de una que pertenece al pueblo perseguido, al pueblo odiado.
No es nada, es menos que nada. Esa misma mujer, con oración, es la fuente de la
victoria.
Se
necesita mucho de esa oración como la de Ester: una oración con el corazón
abierto, con la necesidad desnuda, una oración desde el fondo del alma, una
oración con el corazón.
SALMO RESPONSORIAL: 137
R.
/ Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te
doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante
de los ángeles tañeré para ti,
me
postraré hacia tu santuario. R.
Daré
gracias a tu nombre,
por
tu misericordia y tu lealtad;
cuando
te invoqué, me escuchaste,
acreciste
el valor en mi alma. R.
Tu
derecha me salva.
El
Señor completará sus favores conmigo:
Señor,
tu misericordia es eterna,
no
abandones la obra de tus manos. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este
salmo es un canto de acción de gracias a Dios y expresión de confianza en la
protección divina. La invitación es a tener la certeza de que sabiéndose amados
por Él aunque haya muchas dificultades, Dios escucha y da la valentía para salir
adelante, porque somos hechura de sus manos. Esa acción de gracias es
universal; el mundo entero debe expresarle gratitud.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO
7,7-12
“Quien
pide recibe”
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Pedid y se os dará, buscad y
encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca
encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo
pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente?
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En
resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste
la Ley y los profetas." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Un
aspecto fundamental de la oración propuesta por Jesús es la confianza en la
misericordia de Dios. La oración no consiste en presentar la lista de
peticiones a Dios. Es necesario poner toda la vida en función del proyecto del
Reino. Pedir, buscar y llamar, tres verbos que indican colocarse en acción. No
basta sólo con pedir. Es necesario buscar a Jesús. Es urgente llamar a su puerta.
Una verdadera oración nos tiene que llevar necesariamente a colocar la
confianza en Dios, pero al mismo tiempo, procurar hacer su voluntad sobre
nuestras vidas y sobre la vida de nuestros pueblos. Y la voluntad de Dios es
siempre salvadora y liberadora. Sabemos que personas que se comprometieron
hasta el fondo con la propuesta de Jesús eran personas de profunda oración como
Francisco de Asís o Teresa de Calcuta. En segundo lugar, Jesús presenta una
exigencia que se desprende de una auténtica oración fundada en el seguimiento y
la fidelidad; es la equidad en el trato con los demás. No se puede orar y ser
injusto, no se puede orar y ser violento, no se puede orar y ser corrupto.
¿Cómo anda nuestra coherencia entre vida y oración?
ORACIÓN
Preciosos Señor, así como a
Esther, haznos necesitados(as) de dirigirnos hacia ti en todo momento y sobre
todo colocando nuestra humanidad a veces decaída, angustiada e insegura, en ti
que eres misericordioso y actúas en medio de nuestra vida. Cuántos testimonios
tendríamos que dar del Día a Día con la Palabra de cómo nos has levantado y
protegido, de cómo vivimos del amor que nos das, aún sin merecerlo. Bendito eres, te alabamos,
te bendecimos y te damos gracias Señor. Amén
“La oración no es solo para
pedirle a Dios sino para buscar cercanía con Él, con la certeza de que conoce
nuestras necesidades y da la respuesta precisa”
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