lunes, 1 de agosto de 2016

OCTAVO FRUTO DE LA MISERICORDIA: SOLIDARIDAD Y FRATERNIDAD

SOLIDARIDAD

Hablamos de Solidaridad en el mundo o pensamiento bíblico como un hecho o acción de apoyo compromiso y adhesión incondicional a la causa o interés del Reino de Dios en la vida del otro (Prójimo), y que especialmente están atravesando situaciones de dificultad, sufrimientos y necesidades (Anawin: los pobres o necesitados de Dios).
Es un sentimiento profundo nacido de la compasión o misericordia, que por la acción del Espíritu Santo, me inquieta, me mueve y me empuja a hacer algo y comprometerme con el sufriente, caído en el camino (Parábola del Buen Samaritano, Lucas 10,25-37), me anima a ayudarle a levantarse con signos concretos de apoyo. La solidaridad es cuando dos o más personas (Comunidad) se reúnen con un mismo objetivo y deciden apoyarse y colaborar mutuamente para conseguir un fin común. La solidaridad es atreverse a compartir con otros la integralidad de la vida, no solamente lo relacionado con la fe, es decir lo espiritual, sino también lo afectivo o sentimental, pero “Ojo” también compartir lo material. La solidaridad es un valor humano y virtud esencial del Reino de Dios. Es sinónimo de apoyo, ayuda, respaldo y protección. La solidaridad en el pueblo de Dios (Etapa tribal), y en las primeras comunidades cristianas se convirtió en fortaleza para poder resistir con valentía las diferentes persecuciones, adversidades y en época de crisis y escasez. “La solidaridad no se queda simplemente en un sentimiento pasajero y superficial, sino debe convertirse en una determinación firme y perseverante, en una lucha y trabajo por el bien común, es decir el bien de todos y de cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos” (Juan Pablo II). La solidaridad es uno de los emblemas o características del verdadero discípulo misionero y de la pequeña comunidad cristiana.

FRATERNIDAD

Del latín FRATER: que significa hermandad; por tanto la fraternidad cristiana significa vivir en una relación de parentesco no solamente sanguínea ni espiritual entre hermanas y hermanos. La fraternidad es un signo de que en la comunidad se vive la solidaridad, y estas dos son el fruto de una verdadera conversión a Jesús resucitado y a su proyecto de vida, es un lazo fuerte de amor entre los miembros de la comunidad en el Espíritu Santo, que lleva a las mujeres y hombres del movimiento de Jesús ( Iglesia) a vivir en una constante relación de igualdad, misericordia y servicio entre cada uno de sus miembros y también los lanza a compartir con los de afuera, con los que no son de la comunidad cristiana. La fraternidad nacida del Espíritu del Resucitado nos lleva a ser solidarios por amor misericordioso y compasivo, y nunca por lástima por los más necesitados.

“LO QUE YO HAGO HOY POR LOS DEMÁS, OTROS LO HARÁN MAÑANA POR MÍ”

Algunos textos bíblicos sobre esta reflexión:

Éxodo 17,12
Deuteronomio 15,11
Gálatas 6,2
Mateo 5,16
Mateo 5,42
Mateo 10,5
Lucas 3,10-11
Lucas 12,33-34
Juan 15,12
Santiago 1,17
Santiago 2, 14-17
1ra de Juan 3,17
1ra de Juan 4,19-20
Filipenses 2,4
Hechos 2,42-47
Hechos 4, 32-37





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