OCTAVO FRUTO DE LA
MISERICORDIA: SOLIDARIDAD Y FRATERNIDAD
SOLIDARIDAD
Hablamos
de Solidaridad en el mundo o pensamiento bíblico como un hecho o acción de
apoyo compromiso y adhesión incondicional a la causa o interés del Reino de
Dios en la vida del otro (Prójimo), y que especialmente están atravesando
situaciones de dificultad, sufrimientos y necesidades (Anawin: los pobres o
necesitados de Dios).
Es
un sentimiento profundo nacido de la compasión o misericordia, que por la
acción del Espíritu Santo, me inquieta, me mueve y me empuja a hacer algo y
comprometerme con el sufriente, caído en el camino (Parábola del Buen
Samaritano, Lucas 10,25-37), me anima a ayudarle a levantarse con signos
concretos de apoyo. La solidaridad es cuando dos o más personas (Comunidad) se
reúnen con un mismo objetivo y deciden apoyarse y colaborar mutuamente para
conseguir un fin común. La solidaridad es atreverse a compartir con otros la
integralidad de la vida, no solamente lo relacionado con la fe, es decir lo
espiritual, sino también lo afectivo o sentimental, pero “Ojo” también
compartir lo material. La solidaridad es un valor humano y virtud esencial del
Reino de Dios. Es sinónimo de apoyo, ayuda, respaldo y protección. La
solidaridad en el pueblo de Dios (Etapa tribal), y en las primeras comunidades
cristianas se convirtió en fortaleza para poder resistir con valentía las
diferentes persecuciones, adversidades y en época de crisis y escasez. “La
solidaridad no se queda simplemente en un sentimiento pasajero y superficial,
sino debe convertirse en una determinación firme y perseverante, en una lucha y
trabajo por el bien común, es decir el bien de todos y de cada uno para que
todos seamos realmente responsables de todos” (Juan Pablo II). La solidaridad
es uno de los emblemas o características del verdadero discípulo misionero y de
la pequeña comunidad cristiana.
FRATERNIDAD
Del
latín FRATER: que significa hermandad; por tanto la fraternidad cristiana
significa vivir en una relación de parentesco no solamente sanguínea ni
espiritual entre hermanas y hermanos. La fraternidad es un signo de que en la
comunidad se vive la solidaridad, y estas dos son el fruto de una verdadera
conversión a Jesús resucitado y a su proyecto de vida, es un lazo fuerte de
amor entre los miembros de la comunidad en el Espíritu Santo, que lleva a las
mujeres y hombres del movimiento de Jesús ( Iglesia) a vivir en una constante
relación de igualdad, misericordia y servicio entre cada uno de sus miembros y
también los lanza a compartir con los de afuera, con los que no son de la
comunidad cristiana. La fraternidad nacida del Espíritu del Resucitado nos
lleva a ser solidarios por amor misericordioso y compasivo, y nunca por lástima
por los más necesitados.
“LO QUE YO HAGO HOY
POR LOS DEMÁS, OTROS LO HARÁN MAÑANA POR MÍ”
Algunos
textos bíblicos sobre esta reflexión:
Éxodo
17,12
Deuteronomio
15,11
Gálatas
6,2
Mateo
5,16
Mateo
5,42
Mateo
10,5
Lucas
3,10-11
Lucas
12,33-34
Juan
15,12
Santiago
1,17
Santiago
2, 14-17
1ra
de Juan 3,17
1ra
de Juan 4,19-20
Filipenses
2,4
Hechos
2,42-47
Hechos
4, 32-37
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