“LA PALABRA DA SENTIDO
A LA VIDA”
PRIMERA
LECTURA
Ezequiel 2, 8-3, 4
“Me
dio a comer el volumen, y me supo en la boca dulce como la miel”
Así
dice el Señor: Tú, hijo de Adán, oye lo que te digo: ¡No seas rebelde, como la
casa rebelde! Abre la boca y come lo que te doy." Vi entonces una mano
extendida hacia mí, con un documento enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba
escrito en el anverso y en el reverso; tenía escritas elegías, lamentos y ayes.
Y me dijo: Hijo de Adán, come lo que tienes ahí, cómete este volumen y vete a
hablar a la casa de Israel." Abrí la boca y me dio a comer el volumen,
diciéndome: Hijo de Adán, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este
volumen que te doy." Lo comí, y me supo en la boca dulce como la miel. Y
me dijo: Hijo de Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis
palabras." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
Primera Lectura de hoy nos presenta la extraña imagen de un hombre que se come
un libro. Para mayor paradoja, el libro tiene escritos en él lamentos, pero es
dulce al paladar. Lo primero que hay que aprender de esa imagen es que nadie
puede hablar de parte de Dios si no ha escuchado a Dios. El orden propio de las
cosas va según lo dice el lema de los dominicos: Contemplar y llevar a los
demás el fruto de lo contemplado.Obsérvese que la Palabra, simbolizada en ese
rollo, se recibe de la mano misma de Dios. Es obvio que Dios ha utilizado
muchas mediaciones pero finalmente es Él y sólo Él quien ejerce su gracia y su
acción en nosotros.
Salmo responsorial: 118
R.
/ ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
Mi
alegría es el camino de tus preceptos,
más
que todas las riquezas. R.
Tus
preceptos son mi delicia,
tus
decretos son mis consejeros. R.
Más
estimo yo los preceptos de tu boca
que
miles de monedas de oro y plata. R.
¡Qué
dulce al paladar tu promesa
más
que miel en la boca! R.
Tus
preceptos son mi herencia perpetua,
la
alegría de mi corazón. R.
Abro
la boca y respiro,
ansiando
tus mandamientos. R.
OREMOS
CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este
salmo se comenta que su estilo resulta monótono, porque repite incansablemente
las mismas ideas y las mismas palabras, pero que con todo, esa insistencia es
un elocuente testimonio de auténtica espiritualidad centrada en el amor a la
Palabra de Dios, que es fuente de alegría y esperanza. La liturgia cristiana
confirió a este Salmo un significado “pascual”, y lo utiliza para cantar la
victoria de Cristo.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
“Cuidado
con despreciar a uno de estos pequeños”
En
aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron: ¿Quien es
el más importante en el reino de los cielos?. Él llamó a un niño, lo puso en
medio y dijo: Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en
el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése
es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en
mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque
os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre
celestial. ¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le
pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida?.
Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y
nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere
que se pierda ni uno de estos pequeños."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En
las sociedades antiguas uno de los valores fundamentales era el honor. Y el
deshonor era fuertemente temido, al punto que muchas personas preferían morir a
caer en deshonor. Uno de los honores más grandes era ser importante y
reconocido, porque el individuo anónimo y desconocido era despreciado. Jesús
cambia esa manera de pensar, y el evangelista nos lo hace saber a través de la
imagen del «pequeño» y de la «oveja perdida». El «pequeño» no sólo representa
al niño que por su dependencia, ignorancia y debilidad era considerado
insignificante. «Pequeños» eran también todas las personas sencillas, pacíficas
y anónimas que no tenían el ánimo ni los medios sociales para ocupar un lugar
en la escala de los honores. Jesús toma como modelo cristiano a esas personas,
que, sin dejarse aplastar por los valores sociales al uso, colocan toda su
existencia al servicio de la vida. De igual forma pasa con la «oveja perdida».
El evangelio nos recuerda que en la comunidad no hay lugar para la exclusión y
para la indiferencia. Si alguien se extravía, la comunidad no puede
desentenderse, sino que tiene la misión de reintegrar a esa persona extraviada.
¿Cuál
es nuestra actitud ante las personas anónimas y ante aquellas que consideramos
«extraviadas”?
ORACIÓN
Dios
que eres y estas en la Palabra, ayúdanos por favor a leerla de tal modo que sea
dulce al paladar, comunicada tan vitalmente que motive a quien la reciba y que
nos haga, sobre todo, sensibles con los más pequeños y alejados de Ti Amén
“Estar
basados(as) en la Palabra de Dios, trae liberación y propósitos para vivir”
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