ANATOMÍA
DE LA MUERTE
Con
algunos de ustedes estuvimos conversando hace un tiempo sobre algunas visiones,
realidades y tal vez algunas clases de muerte. Hoy quisiera que volviéramos a reflexionar con algunas ideas acerca de este tema.
La
muerte es el tema del que nadie desea hablar ni enfrentar, sin embargo es tan
real como la vida misma. En alguna oportunidad leía en una tira cómica que
siempre me ha agradado: “Mafalda” que Susanita le hace un comentario a su gran
amiga referente al estudio en su escuela: “Si dicen que la vida es una escuela,
¿Para qué entonces ir a la otra escuela?, yo no quiero dos escuelas. ¿Qué tiene
de malo la escuela de la vida?.” A lo que Mafalda responde: “Lo malo de la
escuela de la vida, Susanita, es que las fiestas de los egresados siempre son
un velorio”. Sin lugar a dudas nadie quiere estudiar y mucho menos ser egresado
de esa escuela. El sabio Salomón describió la universalidad de la muerte al
decir: “Para todos hay un mismo final; para el justo y el injusto, para el bueno
y para el malo…. Para el que hace juramentos y para el que no lo hace, todos
tienen un mismo final, y su fin siempre está entre los muertos”.
Cuentan
que en una estación de trenes muy famosa en Fráncfort (Alemania) apareció un
grafiti que decía “Dios ha muerto firmado:
Nietzsche”, haciendo alusión a lo expresado por el filósofo ateo, pero
al lado había otro grafiti más grande al pie del anterior que decía: “Nietzsche
ha muerto: DIOS” . Se comenta que una
de las ciencias de la salud más
escalofriantes pero necesarias es la
medicina forense. La Biblia presenta una autopsia (necropsia) en la
carta a los Romanos en el capítulo 3. El médico forense se llama Pablo, el
cadáver en examen es el pecador, es decir el que rechaza a Dios. Empecemos
entonces introduciendo el bisturí en su garganta, dice el forense en el
versículo 13, que por el olor nauseabundo que proviene del interior, se asemeja
a un sepulcro abierto. Si, las palabras
de la mujer y del hombre sin Dios huelen mal, ahora la lengua esta
hinchadísima, ¿Será por una intoxicación?. El tóxico hallado es tan fuerte como
el de serpientes venenosas y ha ingerido tanto que no solo ha impregnado su
lengua sino también debajo de sus labios, hasta llenar su boca, dice el
versículo 14. ¿Qué comió este pecador?.
Jesús dice que lo que intoxica al ser humano no es tanto lo que entra
por su boca sino lo que sale de ella, y lo que sale de ella en realidad sale de
su propio corazón, porque: “De la abundancia del corazón habla la boca”. Así
que por el examen de la boca de este cadáver podemos ver su corazón. No
olvidemos que en el mentalidad bíblica: El pensamiento (mente) sentimiento
(corazón) y boca (palabras), están íntimamente conectados y relacionados unos
con otros, en la mayoría de casos son
uno solo, lo que llamamos el interior del hombre. Pero sigamos con la
evaluación del médico forense y con el muerto. Ahora el turno es de sus pies,
están totalmente manchados de sangre, dice el versículo 15, pero el análisis
hematológico dice que no es su propia sangre sino ajena y parece que corrió
sobre ella. El pecador corre hacia la violencia y en su maratón despiadada y
competencia cruel derrama mucha sangre inocente a su paso. Está la autopsia
(necropsia) de aquel que camina sin Dios.
Y
tú ¿Estás todavía en la morgue del pecado?. Cristo Jesús quiere resucitarte a
una nueva vida si hoy le extiendes tu mano ahora mismo. No olvides que el
destino del que no se convierte y sigue alejado de Dios es la muerte, la paga
del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es perdón y vida eterna en Cristo
Jesús Señor Nuestro (Romanos 6,23).
“NO SON MUERTOS LOS
QUE EN DULCE CALMA, LA PAZ DISFRUTAN DE UNA TUMBA FRÍA; MUERTOS SON LOS QUE
TENIENDO MUERTA EL ALMA, VIVEN TODAVÍA”
Bendiciones
para ti, todos los tuyos y tu pequeña comunidad en este nuevo mes.
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