viernes, 1 de julio de 2016

JULIO 2016

ANATOMÍA DE LA MUERTE

Con algunos de ustedes estuvimos conversando hace un tiempo sobre algunas visiones, realidades y tal vez algunas clases de muerte. Hoy quisiera que  volviéramos a reflexionar con algunas ideas  acerca de este tema.
La muerte es el tema del que nadie desea hablar ni enfrentar, sin embargo es tan real como la vida misma. En alguna oportunidad leía en una tira cómica que siempre me ha agradado: “Mafalda” que Susanita le hace un comentario a su gran amiga referente al estudio en su escuela: “Si dicen que la vida es una escuela, ¿Para qué entonces ir a la otra escuela?, yo no quiero dos escuelas. ¿Qué tiene de malo la escuela de la vida?.” A lo que Mafalda responde: “Lo malo de la escuela de la vida, Susanita, es que las fiestas de los egresados siempre son un velorio”. Sin lugar a dudas nadie quiere estudiar y mucho menos ser egresado de esa escuela. El sabio Salomón describió la universalidad de la muerte al decir: “Para todos hay un mismo final; para el justo y el injusto, para el bueno y para el malo…. Para el que hace juramentos y para el que no lo hace, todos tienen un mismo final, y su fin siempre está entre los muertos”.
Cuentan que en una estación de trenes muy famosa en Fráncfort (Alemania) apareció un grafiti que decía “Dios ha muerto firmado:  Nietzsche”, haciendo alusión a lo expresado por el filósofo ateo, pero al lado había otro grafiti más grande al pie del anterior que decía: “Nietzsche ha muerto:   DIOS” . Se comenta que una de las ciencias de la salud  más escalofriantes pero necesarias es la  medicina forense. La Biblia presenta una autopsia (necropsia) en la carta a los Romanos en el capítulo 3. El médico forense se llama Pablo, el cadáver en examen es el pecador, es decir el que rechaza a Dios. Empecemos entonces introduciendo el bisturí en su garganta, dice el forense en el versículo 13, que por el olor nauseabundo que proviene del interior, se asemeja a un sepulcro abierto. Si, las palabras  de la mujer y del hombre sin Dios huelen mal, ahora la lengua esta hinchadísima, ¿Será por una intoxicación?. El tóxico hallado es tan fuerte como el de serpientes venenosas y ha ingerido tanto que no solo ha impregnado su lengua sino también debajo de sus labios, hasta llenar su boca, dice el versículo 14. ¿Qué comió este pecador?.  Jesús dice que lo que intoxica al ser humano no es tanto lo que entra por su boca sino lo que sale de ella, y lo que sale de ella en realidad sale de su propio corazón, porque: “De la abundancia del corazón habla la boca”. Así que por el examen de la boca de este cadáver podemos ver su corazón. No olvidemos que en el mentalidad bíblica: El pensamiento (mente) sentimiento (corazón) y boca (palabras), están íntimamente conectados y relacionados unos con otros,  en la mayoría de casos son uno solo, lo que llamamos el interior del hombre. Pero sigamos con la evaluación del médico forense y con el muerto. Ahora el turno es de sus pies, están totalmente manchados de sangre, dice el versículo 15, pero el análisis hematológico dice que no es su propia sangre sino ajena y parece que corrió sobre ella. El pecador corre hacia la violencia y en su maratón despiadada y competencia cruel derrama mucha sangre inocente a su paso. Está la autopsia (necropsia) de aquel que camina sin Dios.
Y tú ¿Estás todavía en la morgue del pecado?. Cristo Jesús quiere resucitarte a una nueva vida si hoy le extiendes tu mano ahora mismo. No olvides que el destino del que no se convierte y sigue alejado de Dios es la muerte, la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es perdón y vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro (Romanos 6,23).

“NO SON MUERTOS LOS QUE EN DULCE CALMA, LA PAZ DISFRUTAN DE UNA TUMBA FRÍA; MUERTOS SON LOS QUE TENIENDO MUERTA EL ALMA, VIVEN TODAVÍA”

Bendiciones para ti, todos los tuyos y tu pequeña comunidad en este nuevo mes.

Roberto Zamudio

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