sábado, 1 de noviembre de 2014

NOVIEMBRE 2014

INTRODUCCIÓN

“ENFRENTANDO Y SOLUCIONANDO LAS DIFICULTADES”

En algún momento de la vida, todos, hemos sentido que hemos fracasado y que todo está perdido; nos sentimos sin fuerzas, pensamos que no tenemos ninguna oportunidad para salir adelante. Seguro que no falta el llamado “amigo” que con una falsa cara de dolor, nos diga que lo siente mucho pero que no lo intentemos de nuevo, que ya no hay nada que hacer.
En este el mes donde celebramos recordando el dolor de la partida de un ser amado nos enfrentamos ante esas situaciones de duelo por lo general con dos posibilidades bien claras y definidas:
a. Nos damos por vencidos y entregamos todas nuestras “armas” pensando y declarando que nada hay que hacer. Esta es una posibilidad que muchos asumen, declarándose bendecidos antes de salir y dar la pelea. Esa opción nos deja amargados, tristes y con sentimiento de fracaso y derrota. Es una decisión que nos deja inquietos en lo más profundo de nuestro ser, con la pregunta de qué hubiera pasado si hubiéramos intentado un último esfuerzo. No es extraño este tipo de actitudes en una sociedad que predica el facilismo, la magia, y teorías que invitan a alcanzar el éxito y el triunfo con el esfuerzo mínimo. 
b. Dar la batalla con todas las fuerzas y luchar con la seguridad de que todo se puede revertir y toda adversidad se puede vencer. Para ello hay que prepararse, elegir la mejor estrategia y buscar la vida espiritual que es la que nos va a generar sabiduría y nuevas fuerzas para seguir luchando. Hoy en día nuestra sociedad  super ocupada adolece de cierto estado de ansiedad y vacío profundo del cual no puede salir, cada vez aumenta más esa sensación de inconformidad e insatisfacción. El futuro sigue asustando a muchas vidas. Al ver como acaban la mayoría de los matrimonios que conozco me da temor de que me vaya a suceder lo mismo. El futuro asusta de muchas maneras. Al escuchar la conducta de los jóvenes, sobrinos, hijos, etc., no dejamos de pensar: “que al bebe que hoy acaba de nacer no le vaya a suceder lo mismo”. El presente y el futuro no crean solamente inseguridad sino que asustan. Las economías de nuestras debilitadas democracias son tan fluctuantes e injustas que los ahorritos de toda la vida pueden verse devaluados o perdidos de un día para otro; los impuestos tan exagerados e injustos van robando la oportunidad de realizarse en el presente. Por eso cada vez hoy hay, más vidas o personas con tantas enfermedades emocionales, miedos, trastornos bipolares, tristeza, depresión y aumento de los suicidios; y entonces ¿Quién podrá ayudarnos?. La Biblia provee consejos prácticos y terapéuticos para enfrentar estos males endémicos de la ansiedad, preocupación y depresión en las dificultades:

1. Filipenses 4,6-7:  En primer lugar debemos buscar y depender de la ayuda de Dios, vida espiritual, en oración, alimento en la palabra y vida comunitaria.
2. 2 Corintios 10,5: En segundo lugar debemos someter los pensamientos a Dios, pedir que Él los controle y no que los pensamientos nos dominen a nosotros. Concentrarnos en la realidad hoy, y no   en lo que podría suceder mañana.
3. Santiago 1,2-4:  Aceptar y reconocer las preocupaciones como reales y entregárselas a Dios.
4. Mateo 14, 16-33 : Concentrarnos en la solución y no en el problema, no mirar las tormentas sino al creador de las tormentas.
5. 1 Juan 5,14-15: Pensar en las soluciones en forma específica. Confeccionar una lista de posibles salidas al problema y pedirle a Dios que nos guie en cuál es la mejor. Trabajar activamente en la solución escogida, no quedarse llorando por lo que puede llegar a suceder; no abrir el paraguas antes de llover.
6. Romanos 8,28 : Aceptar lo que no pueda cambiarse, entender esto, definitivamente van a existir  cosas en la vida que ni la vida, ni Dios me las van a cambiar, la invitación a saber,  entender y no ser  obstinados.
7. Mateo 6,33: Nunca cambiar los valores, ni prioridades. Jesús lo dijo finalizando su gran discurso sobre las preocupaciones. Prioridades, es lo que primero que se afecta cuando estamos ansiosos. Detengámonos a mirar las necesidades de los demás.

“LA ANSIEDAD ANTE LAS DIFICULTADES ES INTENTAR SOPORTAR EL PESO DEL FUTURO, CON LA DOSIS DE ENERGÍA QUE TENGO PARA EL PRESENTE”

Oro por ti, los tuyos y tu comunidad. Declaro abundantes bendiciones del Señor en este nuevo mes.

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES:
 “Aunque estemos llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero en el Señor no nos desesperamos”
2 CORINTIOS 4,8           


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Padre misericordioso, aquí estamos una vez más iniciando este día, dándote gracias, alabándote y bendiciéndote; entregándote todo nuestro ser, disponiéndonos a recibir de ti todas esas ricas bendiciones que tienes para nosotros. Tú Señor, nos regalas un día más para amarte, conocerte y servirte más. Al abrir los ojos y sabernos vivos también recordamos las dificultades y preocupaciones que tenemos en este momento, los diferentes problemas de la convivencia en la vida, familia, dificultades en el trabajo diario, y todo aquello que genera temor. Te pedimos Buen Señor, tú que eres amor y paz, que nos des tu bendición y nos ayudes a superarlos, queremos que en este instante llenes nuestra mente y corazón de la fuerza, sabiduría y serenidad de tu Espíritu, para poder enfrentarlos, solucionarlos y vencerlos. Te entregamos este día, Dios Padre de amor, para que te glorifiques en nuestra  vida y nos permitas crecer en tu fe. Aún desde las dificultades, capacítanos en tu bendición y úsanos para animar, consolar y bendecir a otros que quizás están como nosotros  o tienen más dificultades. Queremos vivir este día con intensidad, gozarlo desde nuestros problemas; esperamos que al regresar a casa podamos contarte todo lo bueno que en ti y contigo hemos vivido. Salimos en tu Bendito y poderoso nombre a conquistar en ti la felicidad. Amén.   
        
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Amado Señor, aquí estamos después de haber recorrido todo este día, después de nuestras entradas y salidas de hoy, aquí de nuevo después de los momentos de alegría, de risas, pero también de dolor y tristeza. Buen Señor quiero darte gracias, alabarte y bendecirte, por todo el camino recorrido en bendición hoy. A esta hora buscamos reposo en tu presencia, porque queremos renovar nuestros pensamientos, sentimientos y fuerzas, sentir que las heridas son sanadas por tu amor, y todo lo podemos hacer y experimentar solamente en Ti; estamos  aquí Señor y te solicitamos que a esta hora derrames la fuerza de tu amor, es decir de tu Espíritu sanador sobre todo nuestro ser; restáuranos  a través del sueño, del descanso. Queremos sabernos amados(as) y sanados(as), por ti Buen Señor. En este momento y a través del descanso, queremos hacernos fuerza intercesora para pedirte por todos los que a esta hora están sufriendo grandemente: los que no pueden conciliar el sueño, los enfermos, los agonizantes, los que en esta noche están trabajando, los sin trabajo, los que tienen deudas, todos los cautivos y los oprimidos; por favor Señor que el nuevo día, les traiga tu luz de bendición a sus vidas. Gracias por estar aquí con nosotros (as) y en tu nombre y con tu protección nos vamos al reposo. Amén.

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