sábado, 1 de noviembre de 2014

Viernes 7 de noviembre de 2014


“DISPONER LAS HABILIDADES PARA DIOS”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 3,17- 4,1
“Cristo transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso como el suyo”
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros.
Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mí corona, manteneos así, en el Señor, queridos. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Si ser enemigo de la Cruz de Cristo es apoyarse en prácticas externas y humanas como las de la ley de Moisés, entendemos también qué significa ser amigo de la Cruz del Señor. Tal amistad consiste sobre todo en aceptar el bien propio del sacrificio de Jesús, que es nuestra salvación.  Del amor de Cristo recibimos un cuerpo nuevo y una ciudadanía nueva. No vale la pena dar demasiada importancia al vientre, es decir: qué alimentos están prohibidos o permitidos por la Ley; ni a la circuncisión, es decir: si soy o no judío de raza, o si mi genealogía es más o menos limpia que la tuya. Nuestras expectativas y nuestra gloria siguen otras sendas, fundadas en Cristo: "El transformará nuestro frágil cuerpo en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3,21).  Tampoco vale la pena anclarnos en los "elementos de este mundo" y encerrar nuestra lógica en pensamientos que sólo se refieren a cosas y prácticas que pasarán cuando este mundo pase. ¡Nuestra ciudadanía está en los cielos!, grita Pablo (Flp 3,20), proclamando la maravillosa libertad de los que no dependen de sí mismos sino de Dios en cuanto a su destino eterno.

SALMO RESPONSORIAL 121

R./Vamos alegres a la casa del Señor. 
¡Qué alegría cuando me dijeron:
 "Vamos a la casa del Señor"!
 Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén. R.
Allá suben las tribus,
 las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este es un canto entonado por los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén para celebrar una fiesta. El encuentro con Dios es motivo de profunda alegría. La casa definitiva de Dios, el lugar de encuentro de Dios con la humanidad es Cristo, presente en su Iglesia. La paz es símbolo de todos los beneficios divinos

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 16,1-8

“Los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.

Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido."  El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:"¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite."Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta."Luego dijo a otro:"Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó:"Cien fanegas de trigo."

Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que habla procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.» Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Una  buena clave para comprender mejor cada una de las parábolas narradas por Jesús es tratar de descubrir el doble objetivo que buscaba Jesús a través de ellas: denunciar y anunciar. Miremos qué es lo que denuncia Jesús aquí: salta a la vista que lo que Jesús quiere poner en evidencia es la tremenda corrupción administrativa de su tiempo, corrupción que toca todas las esferas del sistema; esto es, la política, la economía, la religión. ¿No nos hemos sentido admirados también nosotros por la diversidad de formas de corrupción que campea hoy en nuestros países o ciudades, pero sobre todo por la sagacidad y la astucia con que actúan los corruptos?
Cierto que esta no es una conducta que debamos imitar; aunque el administrador es felicitado por su patrón, es claro que la parábola está denunciando toda forma de corrupción; sin embargo, a partir de algo tan negativo Jesús invita a utilizar también la sagacidad y la astucia en las tareas de implantación del Reino. Y esa debería ser una súplica constante al Señor: que nos ayude a ser más sagaces, más astutos, más audaces en las tareas de denuncia y de anuncio del reinado de Dios entre nosotros.
ORACIÓN
Padre Amado, acércanos a tu corazón para que hoy se reflejen en nuestra vida tus sentimientos, todo lo bueno que viene de ti. Que nuestros actos sean reflejo de tu amor que nos conquisto, ese amor incondicional y perfecto, que podamos dar a nuestros hermanos un poco de lo que tú nos has dado y salir juntos a tu encuentro. Amén.



“Todas aquellas pericias que tenías para manejar el mundo, ponlas al servicio del amor en Jesucristo”



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