domingo, 1 de enero de 2012

Sábado 7 de enero de 2012

“LA ABUNDANCIA DEL AMOR DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
1 JUAN 5,14-21

NOS ESCUCHA EN LO QUE PEDIMOS”




Queridos hermanos: En esto está la confianza que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que le hayamos pedido.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y Dios le dará vida -a los que cometan pecados que no son de muerte, pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida-. Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios lo guarda, y el Maligno no llega a tocarle. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del Maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. Hijos míos, guardaos de los ídolos.



REFLEXIÓN
Terminando este tiempo de Navidad la primera lectura nos recuerda hoy que mientras vivamos en Cristo Jesús confiados en Él y en sintonía profunda con su persona y su proyecto de vida, nuestra oración cobra poder porque aprendemos a pedir según su voluntad, con la certeza de ser escuchados. Puede que en el seguimiento del Señor tengamos algunas caídas que pueden debilitar nuestra relación con Él, disminuyendo nuestra capacidad de percepción de su voluntad, pero Él mismo viene en nuestra ayuda, endereza nuestros pasos, y no nos deja abandonados a nuestra suerte, porque permanece siempre fiel a su amor misericordioso.

Alejarnos de Dios es entrar en el mundo de la muerte, lejos de la comunión de la vida con Él.



Cuando el ser humano se hace dios de si mismo y criterio de su propia conducta egoísta y autosuficiente, está negando a Jesucristo que es la vida misma y crea de esta manera las condiciones para su propio fracaso y derrota, pues se convierte en idolatra. Tal vez una de las grandes razones aparte de la búsqueda desmesurara del tener, placer y poder es la mentalidad relativista del mundo actual en que vivimos, que lo hace creer que nada es malo y que la fe en Dios es un estorbo para su realización personal. Por eso estamos llamados, en cuanto a discípulos(as) de Jesucristo, a mantenernos vigilantes y abiertos a sus bendiciones, y dispuestos a llevar su Buena Noticia a quienes viven alejados de Él.

SALMO RESPONSORIAL: 149
R: El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 2, 1-12


“EN CANÁ DE GALILEA JESÚS COMENZÓ SUS SIGNOS”




En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No les queda vino." Jesús le contestó: "Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora." Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que él diga."
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: "Llenad las tinajas de agua." Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: "Sacad ahora y llevádselo al mayordomo." Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora."
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él. Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.



REFLEXIÓN:
En la Biblia se recurre al símbolo nupcial para representar la relación particular de Dios con su pueblo. Los amigos de una pareja que se ama sinceramente se congratulan por las decisiones que ellos toman y no hay lugar a la rivalidad. La rivalidad que se pudiera haber presentado entre los seguidores del Bautista y los seguidores de Jesús se resuelve apelando a este símbolo. El sentimiento que prevalece entre el novio y sus invitados es el de la amistad y el de la alegría. No hay rivalidad entre los seguidores de Jesús y los del Bautista. La figura de Jesús crece, pero no opaca a la del Bautista. Cada uno tiene lugar en la fiesta del reino. No hay lugar para rivalidades cuando de por medio está la salvación de un pueblo que sufre. Juan anuncia la salvación desde una orilla, la de la conversión y del arrepentimiento. Su llamado ético se dirige a los hijos dispersos de Israel. Jesús anuncia desde la otra orilla, parte de la exigencia ética de la conversión, pero concentra toda su energía en el anuncio de la salvación definitiva que acontece en su anuncio del evangelio.
¡Escuchemos la voz de Jesús allí donde él se manifiesta!

ORACIÓN
Gracias, Buen Señor, por este nuevo día y encuentro con tu bendita Palabra que me transforma. Hoy declaro, que soy tuyo(a), que te pertenezco. En ti coloco toda mi esperanza y confianza en este nuevo día. Llena mi vida con la presencia de tu Espíritu y calma mi sed. Llena las tinajas de mi vida con todo lo bueno que viene de ti. Quiero sumergirme en este día plenamente en la abundancia de tu amor. Te doy gracias y alabo tu nombre en todo tiempo y lugar. Amén.

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