martes, 1 de octubre de 2024

Sábado 19 de Octubre de 2024

 


“NUESTRA META ES CRISTO”

 

PRIMERA LECTURA

Efesios 1, 15-23

 

Dió a Cristo como cabeza, sobre todo, a la Iglesia, que es su cuerpo

 

Hermanos: Yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Se cuenta que Wolfgang Goethe poco antes de morir exclamó: "¡Más Luz!" No sabemos si para él era una certeza, el relato de lo que empezaba a vivir cuando moría, la expresión de un deseo irreprimible o la confesión de una esperanza absoluta. Esas palabras son también el mensaje del apóstol Pablo en el texto de la Carta a los Efesios que hemos escuchado hoy en la primera lectura. El generoso misionero de Cristo, cuando escribe a aquellos cristianos, les desea sobre todo eso: ¡Más Luz!

Hace décadas se libra una batalla mediática continua contra la religión, una batalla que se expresa en la repetición de esta idea: la fe produce violencia. El argumento es que quien tiene fe está demasiado seguro de poseer verdades inconmovibles y por lo tanto está seguro de que puede combatir a quienes no compartan lo que él piensa que es la verdad. Y de ahí viene el oscurantismo y la violencia. La solución, según ellos, es que la religión se recluya en autoexilio y se circunscriba al ámbito estrictamente privado.

 

Lo que no explican quienes afirman eso es por qué su descubrimiento, su verdad, sí puede imponerse al mundo entero, de modo que quien no la acepte debe soportar la presión de los grupos y colectivos que tienen la agenda que se repite en todas partes: aborto, eutanasia, erosión de la familia, aplauso al homosexualismo, al libertinaje. Las muertes que todo esto cause, las vidas que destroce, se supone que no son "violencia." El mundo, como se ve, está lleno de sutiles engaños, trampas sutiles, medias verdades, intereses ocultos. Por todo eso necesitamos más luz, como pide san Pablo, para que nunca se pierda de nuestros ojos en dónde está el peligro y en dónde la salvación, porque, según escuchábamos hoy, "todo lo puso Dios bajo los pies de Cristo, constituyéndolo cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y plenitud del que lo consuma todo en todos."

 

 

Salmo responsorial: 8

R. / Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

 

Señor, dueño nuestro,

¡qué admirable es tu nombre

en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.

De la boca de los niños de pecho

has sacado una alabanza. R.

 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,

la luna y las estrellas que has creado,

¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,

el ser humano, para darle poder? R.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La contemplación de las maravillas de la naturaleza, desde las más grandes hasta las más pequeñas, nos invita a reconocer la grandeza y majestad del Creador y agradecer su predilección por el ser humano, a quien puso al frente de la creación. Cada día se hace más grande nuestro asombro frente al cosmos y la sensación de pequeñez del ser humano. Por eso se acrecienta la gratitud a Dios que vino a ser parte de nuestra historia y pequeñez. 

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

Lucas 12, 8-12

 

El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir". Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El evangelio nos coloca en sintonía con el espíritu de libertad y de adhesión propia de los seguidores de Jesús. Aun en las tensiones y dificultades los discípulos deben dar testimonio de fidelidad, no pueden seguir el fariseísmo legalista, que hacía ver lo malo por bueno y lo bueno por malo, dañando así el camino de encuentro con Dios. Ellos deben hacer lo mismo que hizo Jesús desenmascarar esa realidad, por eso, no deben tener miedo, ya que tienen la libertad interior que Dios les ha regalado. Para el evangelio de Lucas las obras de Jesús, son obras realizadas por el Espíritu Santo, por eso, blasfemar contra el Espíritu Santo, es blasfemar contra Dios mismo. Lucas nos invita a recordar que no estamos solos, que así como hace tantos años, el Espíritu Santo sigue hablando por nosotros, que se sigue actualizando en la comunidad y que sigue impulsándonos para dar testimonio de Cristo vive y presente en medio nuestro. ¿Cómo vivimos la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida? ¿Sus dones como estimulan nuestro testimonio de vida?

 

ORACIÓN

Anhelamos conocerte Espíritu Santo, pues aunque no alcanzamos a percibir plenamente lo que es la grandeza de tu persona, sabemos  que nos haces  caer en cuenta que hemos fallado, que tu presencia hemos descuidado y que necesitamos que vengas y limpies todo lo que hay en nosotros. Por favor desciende sobre nosotros, úngenos, sacia nuestra sed, purifícanos y capacítanos, para poder ser mejores personas y vivir la verdadera religión del amor y la entrega al estilo de nuestro Amado Jesús. Amén 

 

“Hay situaciones de gran desigualdad y en éstas en las que las fuerzas, preparación e inteligencia se quedan cortas es donde más debemos confiar porque Jesús lucha a nuestro lado”

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