“LOS DETALLES Y LO
ESENCIAL”
PRIMERA LECTURA
Gálatas 5, 18-25
“Los que son de Cristo han crucificado su carne con
sus pasiones”
Hermanos: Si os guía el
Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están
patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería,
enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo,
sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os
prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de
Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión,
servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Contra esto no va la
ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y
sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Para que a nadie quede duda de
cuál es el género de libertad de la que habla Pablo en su Carta a los Gálatas,
la cual hemos venido escuchando en la primera lectura de estos días, hoy
aparece la palabra clave: crucificar. El cristiano es libre, y su manera de ser
libre es ser imagen del que es libre por excelencia: Cristo Crucificado. Quien
no ve en Cristo Crucificado el modelo mismo de la libertad seguramente no ha
entendido nada de la libertad cristiana. Ahora bien, reconozcamos que no es
fácil reconocer en Cristo a un hombre libre. No se predica casi de eso, si
vamos a ser sinceros. Muchos cristianos incluso pueden sentir que en la vida de
Cristo hay o había como una especie de "guión" que él debía cumplir,
como en el teatro o como en los dramas griegos, en los que el protagonista está
sujeto a voluntades que le trascienden. ¿Cómo ver a un hombre libre ahí?
Ahí no es posible verlo, tal
vez, pero en el testimonio de los evangelios, sí. Cristo aparece como quien
obra más allá de las presiones, las expectativas, los condicionamientos, las
amenazas, y en fin, todo aquello con que el mundo pretende atarnos y
manipularnos. Cristo es libre y su grito de libertad es su mismo grito de amor
en la Cruz, en la que toda estrategia de tinieblas fracasa y sólo el amor
extremo vence.
Salmo responsorial: 1
R. / El que te sigue, Señor,
tendrá la luz de la vida.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los
impíos,
ni entra por la senda de los
pecadores,
ni se sienta en la reunión de
los cínicos;
sino que su gozo es la ley del
Señor,
y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol
plantado al borde de la
acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen
fin. R.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el
viento.
Porque el Señor protege el
camino de los justos,
pero el camino de los impíos
acaba mal. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este
Salmo introducción a todo el salterio, expresa el sentimiento de un hombre que
eleva sus ojos a la situación entera del mundo, y considera cómo algunos
avanzan y otros caen. Cristo fue el primero de los bienaventurados, así como
Adán lo fue de los ignominiosos. Pero se ha de notar que todos concuerdan en
que buscan la felicidad, pero difieren en la manera de dirigirse hacia ella, y
al final de esto, en que algunos la alcanzan, y otros no. Jesús también
proclama dichosos a los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Seguir el
buen camino es seguir a Jesús, camino, verdad y vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
Lucas 11, 42-46
“¡Ay de vosotros, fariseos! ¡ay de vosotros,
juristas!”
En aquel tiempo dijo el Señor:
"¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la
ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el
amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de
vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y
las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal,
que la gente pisa sin saberlo!" Un jurista intervino y le dijo:
"Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Jesús
replicó: "¡Ay de vosotros también, juristas que abrumáis a la gente con
cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!"
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La ley puede generar relaciones de equidad que permitan un buen vivir
entre los seres humanos. La dificultad de la ley radica cuando esta puesta al
servicio de unos pocos, pierde su espíritu de transformación y es utilizada
para garantizar un orden deshumano, inhumano. Eso es justamente lo que Jesús a
través de los ayees explicita, ya que la ley se ha convertido en un yugo de
opresión. Los fariseos habían olvidado el valor y el respeto por el ser humano,
la práctica de la justicia y el deseo de construir una comunidad que hiciera la
voluntad de Dios. Por ello, Jesús lanza duras críticas a su sistema legitimador
del sufrimiento y de las cargas para los más empobrecidos. Los líderes de
Israel estaban lejos del proyecto que Dios quería instaurar. La ley debe
promover la vida, la libertad, la autonomía y debe estar al servicio del
crecimiento y desarrollo humano y social. Jesús desea terminar con todo aquello
que no permite al hombre y a la mujer avanzar en la propuesta de Dios.
ORACIÓN
Señor cuando sentimos que no
podemos ante tanto deber ser que el mundo nos presenta y que nos hace flaquear
en el ser personas de justicia y amor, te pedimos nos ayudes con la
fuerza de tu Espíritu a mantenernos fuertes y seguros para obrar más que en
leyes sin sentido, en tu proyecto de vida. Que aunque no sea fácil, nos
capacites y animes en humildad, sencillez y sabiduría. Amén
“En la ley del Espíritu están inmersos quienes ponen por encima de todo
el amor tanto a Dios como a los hermanos”
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