“PERMANECER EN CRISTO,
LE DA EL NORTE A LA EXISTENCIA HUMANA”
PRIMERA LECTURA
1JUAN 2,22-28
“Lo que habéis oído desde el principio
permanezca en vosotros”
Queridos hermanos: ¿Quién es el
mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el
que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre.
Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que
habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros
lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el
Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que
tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis
recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como
su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa-
según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que,
cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos
de él en su venida. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Desde la óptica de Juan hay una verdad
que es la más grande del mundo. Esa verdad está en Cristo, en cuanto, en
esa carne hemos visto, oído y palpado la revelación que Dios nos ha dado de su
amor y su salvación. Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que
tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del
anticristo; eso es lo propio de aquel o aquellos que se oponen al Señor Jesús.
Por eso es fuerte la exhortación:
"permanezcan en lo que han oído" (1 Jn 2,24). Es una advertencia
severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del
apóstol Pablo: "Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os
llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en
realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo,
os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea
anatema" (Gál 1,6-8). Este tipo de advertencias nos previenen contra
las "novedades", un tema que aparece muchas veces en el Nuevo
Testamento. El Evangelio es simple, claro, contundente, eficaz; las novedades,
que no son profundizaciones sino que pueden ser traiciones al Evangelio, tratan
más de seducir que de salvar, tratan de confundir y no de guiar, pueden
acariciar nuestra conducta pero no la deben cambiar.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han
contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han
contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este es un canto de aclamación a la
realeza de Dios, Señor del universo y de la historia. El despliegue del poder
salvador de Dios llega a su punto culminante en la encarnación de su Hijo y en
la victoria de este sobre la muerte y el pecado.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,19-28
“En medio de vosotros hay uno que no
conocéis”
Éste fue el testimonio de Juan, cuando
los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le
preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no
soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú
Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?"
Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos
dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él
contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino
del Señor", como dijo el profeta Isaías."
Entre los enviados había fariseos y le
preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni
Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en
medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que
no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania,
en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy reaparece con
fuerza la figura de Juan el Bautista. Se inicia reconociendo su labor de
mediación; es la voz que se alza invitando a repensar la vida y las relaciones
de manera nueva –no se puede vivir bajo el conformismo de un sistema que genera
enfermedad a su paso y con ella la muerte de muchas vidas inocentes. Es la voz que
nos invita a despertar y a no dejarnos manipular por los medios de comunicación
masiva que nos condenan a creer en la felicidad que promete una vida
consumista. Todos estamos llamados a ser, como Juan el Bautista, centinelas de
la vida que corre peligro. A alertar, advertir y custodiar. Somos servidores de
una Buena Noticia que hace libres a las personas. Seremos fieles a ella en la
medida en la que colocamos en el primer plano a Jesús de Nazaret y su Reino de
justicia, que nos invita a ser más humanos, mejores personas. ¿De qué piensas
liberarte o desintoxicarte en esta Navidad?
ORACIÓN
Gracias Señor por este nuevo día, por
tu amor y bendiciones. Que a lo largo de este nuevo año que comienza podamos
dar a conocer tu presencia en nuestra vida a los demás por medio de nuestro
propio testimonio. Amén.
“A Jesús se debe
dar a conocer con firmeza y valentía”
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