“SEÑOR,
¿CUÁL ES TU VOLUNTAD?”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 2,1-13
“Prepárate para las pruebas”
Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios,
prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes
en el momento de la prueba; pégate a él, no lo abandones, y al final serás
enaltecido. Acepta cuanto te suceda, aguanta enfermedad y pobreza, porque el
oro se acrisola en el fuego, y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza.
Confía en Dios, que él te ayudará; espera en él, y te allanará el camino. Los
que teméis al Señor, esperad en su misericordia, y no os apartéis, para no
caer; los que teméis al Señor, confiad en él, que no retendrá vuestro salario
hasta mañana; los que teméis al Señor, esperad bienes, gozo perpetuo y
salvación; los que teméis al Señor, amadlo, y él iluminará vuestros corazones.
Fijaos en las generaciones pretéritas: ¿quién confió en el Señor y quedó
defraudado?; ¿quién esperó en él y quedó abandonado?; ¿quién gritó a él y no
fue escuchado? Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona el pecado
y salva del peligro. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Una advertencia realista y saludable:
"prepárate para la prueba". Así nos hablan los que bien nos aman, los
que conocen el camino y saben que no es cariño ocultar las dificultades ni es
dulzura crear ilusiones engañosas. "Prepárate para la prueba" : no te
asustes, no decaigas, no te rindas. Sin embargo, hay diferencia entre la
resistencia de un estoico y la perseverancia de un santo. La fuente de la
fortaleza cristiana está en aquella frase: "pégate al Señor". La
clave no es: "juega a ser un superhombre"; ni tampoco: "haz de
cuenta que nada sucede"; ni menos: "anestésiate; aprende a
huir". La gran clave es: "pégate al Señor". ¿Y de dónde sacamos
razones para pegarnos al Señor? De la historia. De los testimonios que
conocemos. De aquello que nos ha sido predicado y hemos comprobado que en
verdad sucede en las vidas de personas concretas como nosotros, frágiles como
nosotros, incluso: pecadoras como nosotros. De ahí nace nuestra confianza
absoluta.
SALMO RESPONSORIAL 36
R./ Encomienda tu camino al Señor, y él
actuará.
Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R.
OREMOS CON EL SALMO
La prosperidad
que encuentran muchas veces los que viven apartados de Dios puede ser una tentación
para los fieles. El salmista, en la perspectiva antigua de una justicia de Dios
realizada aquí en la tierra, asegura que esa prosperidad es solo aparente
y pasajera. El justo debe confiar en el Señor y seguir haciendo el bien. El
Nuevo Testamento nos asegura que la amistad con Dios no puede ser frustrada ni
siquiera por la muerte. El Reino de Dios empieza en germen en el tiempo
presente, pero solo tiene su plenitud en la vida eterna de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 9,30-37
“El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos”
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se
marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase,
porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va
a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a
los tres días resucitará." Pero no entendían aquello, y les daba miedo
preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: "¿De
qué discutíais por el camino?" Ellos no contestaron, pues por el camino
habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce
y les dijo: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el
servidor de todos." Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo
abrazó y les dijo: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge
a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha
enviado." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Este
texto nos regala una instrucción que Jesús imparte a sus discípulos sobre la
humildad, porque parecen más interesados en la primacía o asegurarse un lugar
que en comprender las consecuencias de una vida entregada, coherente y
comprometida. Les recuerda que la superioridad y los abusos se corrigen
abajándose y siendo servidores de los demás. La vigencia y, a la vez, urgencia
de esta invitación de Jesús a sus discípulos es hoy impostergable. Frente a
tanta violencia cometida contra los trabajadores, campesinos, mujeres, niños y
niñas se hace necesaria la presencia de comunidades de fe que defiendan y
consuelen, con su servicio humilde y su denuncia valiente. Como personas de fe,
tenemos que esforzarnos por no aspirar a los lugares de preferencia o de poder,
porque esto nos hará alejarnos del querer de Dios para sus hijos e hijas.
Tenemos la oportunidad de humanizarnos, venciendo nuestro orgullo y
autosuficiencia, siendo servidores de los demás, especialmente de los más
vulnerables. ¿Cómo nos disponemos para servir a los más pequeños?
ORACIÓN
Señor ayúdanos a estar preparados para la prueba,
para las dificultades del camino, fortalece nuestro carácter para afrontar con
entereza los obstáculos, pero siempre sostenidos en ti, que Tú seas la roca que
nos sostiene, que siempre dependamos de ti y aprendamos a vivir pegados a
ti. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida Nubia Forero. Amén.
“Revisemos profundamente
nuestro corazón, cuáles son nuestras codicias y mentiras, porque el verdadero
camino es el del servicio, el del amor compasivo, el del perdón, el del Reino
de Dios.”
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