“NADA HUMANIZA TANTO COMO LAS BIENAVENTURANZAS”
PRIMERA LECTURA
1REYES 17, 1-6
“Elías sirve al Señor, Dios de Israel”
En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Acab:
"¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá
rocío ni lluvia si yo no lo mando."
Luego el Señor le dirigió la palabra: "Vete de aquí hacia el
oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe
del torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida."
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente
Carit, que queda cerca del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y
carne por la tarde, y bebía del torrente. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Con estos textos del libro de Reyes,
reflexionaremos el ministerio del profeta Elías. Elías vivió y ministró
durante el tiempo del reino dividido, bajo el rey Acab, uno de los reyes más
corruptos y malvados de Israel. Debido al pecado de Salomón, el reino había
sido dividido en dos partes unos 60 años antes. En el norte, la región conocida
como Israel, existió una sucesión de reyes malos. Dios, sin embargo, no dejó a
Israel sin testimonio. Envió a sus mensajeros para llamar a los israelitas al
arrepentimiento. Elías fue uno de estos grandes mensajeros. El nombre de Elías
significa “El Señor es mi Dios”. Durante sus años de profeta, el conflicto con
el pueblo de Israel, era que debían escoger a quien adorar, al Señor o a Baal,
Elías es escogido por Dios, para llamar a los hijos de Israel para
volverse a Dios y ser fieles a Él.
En su reinado, Acab y su esposa Jezabel
seguían desobedeciendo a Dios, Acab construyó en Samaria, un templo a
Baal, considerado el dios de la lluvia; decían que Baal cabalgaba sobre las
nubes, y lo buscaban para garantizar una buena cosecha. Hoy este texto nos
presenta una drástica acción del profeta, en virtud de su palabra poderosa,
este hombre de Dios azota al reino de Israel, que ha caído en esa espantosa e
insufrible idolatría, diciendo que no llovería hasta que el (Elías)
diera la palabra, con esto estaba atacando directamente la eficacia de la
falsa adoración a Baal que había establecido Acab. Luego Dios
aparta a Elías de la presencia de Acab, e incluso lo esconde, después de darle
su mensaje de juicio.
Hoy nos resta decir y preguntarnos: ¿En quién hemos puesto nuestra
confianza?, cuando tomamos en serio y mal entendida la libertad humana, que
implica también nuestra espantosa capacidad de obstinación, nuestro orgullo y
nuestra codicia, nuestro deseo de poder pueden llegar a crecer hasta volvernos
monstruos insaciables. Sólo cuando los recursos se acaban empezamos a descubrir
la locura de nuestros proyectos y el desastre que podemos causar no sólo
para nosotros, sino para los que nos rodean.
SALMO RESPONSORIAL:
120
R. / Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y
la tierra.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto de confianza segura en el Señor, el único que
puede ayudar. La ayuda material es símbolo de realidades más profundas,
intuidas en el “por siempre” con que termina el salmo.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5, 1-12
“Dichosos los pobres en el espíritu”
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y
se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándoles: "Dichosos
los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos
los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque
ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos
de Dios". Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el Reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os
persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y
contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma
manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros". Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
La lectura del Sermón de la Montaña, o himno de las Bienaventuranzas,
hay que leerlo siempre conservando el espíritu original que lo inspiró. Este
resumen que Jesús presenta responde a la lógica del Reino de Dios que él vivió
en su propia historia. Las Bienaventuranzas no responden a una lógica humana.
Más aún, una lectura en lógica puramente humana las haría simplemente
incomprensibles. Desde la originalidad bíblica del Antiguo Testamento, hay una
preferencia por los desheredados de la vida porque su pobreza y su realidad de
marginación los hacían capaces de abrirse y confiar plenamente en Dios y en su
designio salvador. Las Bienaventuranzas forman un todo. Son un conjunto
indivisible. No se puede escoger una de ellas y dejar de lado las otras. O se
asumen todas o no se asume ninguna. Ellas son una exigencia de fidelidad que
conducen a la felicidad.
Veamos también que en las Bienaventuranzas Jesús no es un predicador que
anuncia mirando solo a Dios que lo envió; sabe mirar a las personas concretas:
enfermos, oprimidos, pobres, prostitutas, sufrientes. De igual forma,
escuchando a Dios, sabe atender la voz de las personas que se dirigen a él con
invocaciones, lamentos y preguntas. Surge entonces la pregunta: ¿Por qué son
bienaventurados los sin ventura? El término “bienaventurado” no es un adjetivo;
es un sustantivo propio dirigido a quienes les ha sido negada la felicidad, la
plenitud, la conciencia, la alegría en un sistema injusto. Por ello se
convierten en los primeros destinatarios de la misión en la comunidad de vida
fundada por Jesús. No debemos pensar que se trata de una oferta para la
eternidad, porque es aquí y ahora. Se trata de un espacio comunitario donde
estamos invitados a dar sentido a nuestra existencia, donándola. Como los que
seguían a Jesús, hoy, nosotros, sedientos de felicidad verdadera ¿Dónde creemos
que está el sentido de la vida cristiana? ¿Revisamos permanentemente nuestra vida
de cristiano desde las Bienaventuranzas? ¿Somos fieles a las exigencias que
presenta las Bienaventuranzas?
ORACIÓN
Señor, fácilmente decimos que dependemos de ti y que Tú nos das todo,
que eres y serás siempre nuestro proveedor, pero cuando el mundo nos presenta
sus riquezas, muchas veces dudamos y nos desviamos. Señor requerimos de tu
fuerza sobrenatural para tomar tus Bienaventuranzas y hacerlas vida en nosotros y con los que nos rodean, queremos mantener la certeza, la confianza, la esperanza, en
que la verdadera riqueza eres tú, y que nuestro propósito debe ser la
búsqueda de tu Reino, de tu voluntad, creemos en tu
providencia, y en que eres la roca que nos sostiene. Amén.
“La verdadera felicidad se
encuentra al hacer felices a los demás”
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