NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
“MARÍA MADRE DE LA
EVANGELIZACIÓN”
PRIMERA LECTURA
GÁLATAS 4,4-7
REFLEXIÓN
Pablo a la comunidad de los Gálatas, caracteriza sus
escritos, entre otras cosas, por la crudeza de sus afirmaciones y la
radicalidad de sus argumentos a favor de una auténtica vida de hijos e hijas de
Dios, en abierta oposición a la vida de esclavos, o simples sirvientes de la
ley. En una clara alusión a María de Nazaret que hoy en fiesta de Nuestra
Señora de Guadalupe celebramos; San Pablo introduce en su carta lo que será
precisamente el fundamento de su teología sobre la libertad cristiana. El
cristiano está llamado a vivir en María como hijo adoptivo de Dios, en virtud
de su adhesión a Jesucristo por el Bautismo, sacramento en el cual se nos
regala el Espíritu del Hijo de Dios. La figura filial, fraternal es utilizada
por el apóstol para describir la fuente de la auténtica libertad del cristiano:
un verdadero hijo actúa con tranquilidad, con seguridad, con autonomía, con
libertad en la casa de su padre. Es amorosamente respetuoso y no teme acercarse
con confianza a Él. Por el contrario el esclavo, dentro del contexto del
imperio romano en el que se escribe esta carta, es alguien ajeno a la familia,
alguien a quien ni siquiera se le considera en el rango de persona, alguien
cuyo único vínculo con el señor de la casa es la ley que debe cumplir. Para el
esclavo, la ley es la fuente de su obediencia y el miedo al castigo es el
incentivo de sus acciones; por el contrario, el amor es la fuente de obediencia
filial y el temor a faltar a ese amor y el deseo de corresponder adecuadamente,
es el motor que impulsa a la persona a actuar. Eso se hace evidente en
Jesús (el Hijo de mujer), y puede hacerse realidad en todo hijo de mujer
que se abra a la acción del Espíritu. Todo se puede resumir en una sola frase:
“Así que ya no eres esclavo, sino hijo”.
SALMO RESPONSORIAL:
66
R./Oh Dios, Que te alaben los
Pueblos; ¡Que Todos Los pueblos te alaben!
Que el Señor tenga compasión y nos bendiga,
que nos mire con buenos ojos,
para que todas las naciones de la tierra
conozcan su voluntad y salvación. R.
Que las Naciones griten de alegría,
Pues tú gobiernas los pueblos estafa justicia;
¡Tú diriges Las Naciones del Mundo! R.
La tierra ha de dado do Fruto;
¡Nuestro Dios nos ha bendecido!
¡Que Dios nos bendiga!
¡Que le honra rinda El Mundo entero! R.
OREMOS CON EL SAMO
En esta hermosa oración, la comunidad agradece al
Señor los frutos de la tierra. Además, le suplica que renueve constantemente
sus bendiciones, a fin de que todos los pueblos reconozcan en el Dios de Israel
al único Dios. Esta perspectiva universalista se destaca particularmente en el
estribillo, que se repite “alaben oh Dios las naciones, que te alaben todos los
pueblos”. Todos experimentamos los frutos de su bondad.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1, 39-48
Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo
de la región montañosa de Judea, y entró en la casa de Zacarías y saludó
a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le
estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con
voz muy fuerte, dijo:
—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y
ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de
mi Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de
alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse
las cosas que el Señor te ha dicho! María dijo: «Mi alma alaba la
grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque
Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me
llamarán dichosa. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy, la comunidad lucana nos narra
cómo María, después de la anunciación no se queda instalada egoístamente
en su propio bienestar, sino el Espíritu de Dios que lleva dentro de su
vientre, la lleva al servicio, a la misión; dando a entender que lleva a Jesús
en su corazón y vida por naturaleza debe colocarse en una continua
disposición a la misión. María emprende el camino, hasta la
casa (comunidad) de su prima Isabel, madre de Juan el Bautista, para
ayudarla en los meses que le restan de embarazo; en esta misión se da el
encuentro de dos generaciones: María, que representa al proyecto y
generación nueva, traída por Jesús el Señor, e Isabel que representa la antigua
alianza en la generación de los adultos mayores. Al saludo de María (palabra de
bendición), el pequeño que se gesta en el vientre de Isabel “salta de alegría”,
como reconocimiento al salvador que llega a visitarle. Entonces Isabel responde
a aquel saludo también con una alabanza de bendición que exalta a María como la
feliz, la bienaventurada, la llena de la gracia, del favor de
Dios. Pero también reconoce la fe de María que
libremente “creyó” en el anuncio del ángel y acepto el plan
salvador y liberador de Dios. Ella, tú y yo que creemos, somos los favorecidos
de Dios.
En María, Dios nos invita y enseña a estar abiertos a
la acción del Espíritu, que todo lo puede, a la escucha de la palabra para
ponerla en práctica, a optar con una disposición libre a trabajar, por
hacer realidad el Reino de Dios, que es amor , justicia, perdón y
solidaridad entre todos nosotros.
Esta experiencia de encuentro transformador entre
María e Isabel se sigue dando a diario en personas que como tú y yo, le creemos
al Señor y creemos en sus promesas de bendición y vida.
Buen Dios, que en este tiempo de Adviento estemos
listos a responderte a la hora que nos necesites. Inúndanos de tu Espíritu de
amor y danos la oportunidad de hacer de este diciembre una entrega y servicio a
los demás. Que como María de Nazaret nuestro espíritu se llene de júbilo en ti
nuestro Salvador, porque te has fijado en la humildad de tus siervos a los que
hoy llamas a participar de tu gloria. Amén.
“Nos convertimos en
servidores si promovemos en los demás el tesoro que lleva cada uno dentro”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: