martes, 1 de diciembre de 2020

Sábado 12 de Diciembre de 2020

 

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

 

“MARÍA MADRE DE LA EVANGELIZACIÓN”

 

PRIMERA LECTURA

GÁLATAS 4,4-7

 

 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama ¡Abba, Padre¡. Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Pablo a la comunidad de los Gálatas, caracteriza sus escritos,  entre otras cosas, por la crudeza de sus afirmaciones y la radicalidad de sus argumentos a favor de una auténtica vida de hijos e hijas de Dios, en abierta oposición a la vida de esclavos, o simples sirvientes de la ley. En una clara alusión a María de Nazaret que hoy en fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe celebramos; San Pablo introduce en su carta lo que será precisamente el fundamento de su teología sobre la libertad cristiana. El cristiano está llamado a vivir en María como hijo adoptivo de Dios, en virtud de su adhesión a Jesucristo por el Bautismo, sacramento en el cual se nos regala el Espíritu del Hijo de Dios. La figura filial, fraternal es utilizada por el apóstol para describir la fuente de la auténtica libertad del cristiano: un verdadero hijo actúa con tranquilidad, con seguridad, con autonomía, con libertad en la casa de su padre. Es amorosamente respetuoso y no teme acercarse con confianza a Él. Por el contrario el esclavo, dentro del contexto del imperio romano en el que se escribe esta carta, es alguien ajeno a la familia, alguien a quien ni siquiera se le considera en el rango de persona, alguien cuyo único vínculo con el señor de la casa es la ley que debe cumplir. Para el esclavo, la ley es la fuente de su obediencia y el miedo al castigo es el incentivo de sus acciones; por el contrario, el amor es la fuente de obediencia filial y el temor a faltar a ese amor y el deseo de corresponder adecuadamente, es el motor que impulsa a la persona a actuar. Eso se hace evidente en Jesús  (el Hijo de mujer), y puede hacerse realidad en todo hijo de mujer que se abra a la acción del Espíritu. Todo se puede resumir en una sola frase: “Así que ya no eres esclavo, sino hijo”. 

    

SALMO RESPONSORIAL: 66

R./Oh Dios,     Que te alaben los Pueblos; ¡Que Todos Los pueblos te alaben!

 

Que el Señor tenga compasión y nos bendiga,

que nos mire con buenos ojos,

para que todas las naciones de la tierra

conozcan su voluntad y salvación. R.

 

Que las Naciones griten de alegría,

Pues tú gobiernas los pueblos estafa justicia;

¡Tú diriges Las Naciones del Mundo! R.

 

La tierra ha de dado do Fruto;

¡Nuestro Dios nos ha bendecido!

¡Que Dios nos bendiga!

¡Que le honra rinda El Mundo entero! R.

 

OREMOS CON EL SAMO

En esta hermosa oración, la comunidad agradece al Señor los frutos de la tierra. Además, le suplica que renueve constantemente sus bendiciones, a fin de que todos los pueblos reconozcan en el Dios de Israel al único Dios. Esta perspectiva universalista se destaca particularmente en el estribillo, que se repite “alaben oh Dios las naciones, que te alaben todos los pueblos”. Todos experimentamos los frutos de su bondad.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 1, 39-48

 

Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea,  y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.  Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo:

—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor?  Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre.  ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!  María dijo: «Mi alma alaba la grandeza del Señor;  mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

En el evangelio de hoy, la comunidad lucana nos narra cómo María,  después de la anunciación no se queda instalada egoístamente en su propio bienestar, sino el Espíritu de Dios que lleva dentro de su vientre, la lleva al servicio, a la misión; dando a entender que lleva a Jesús en su corazón y vida por naturaleza   debe colocarse en una continua disposición  a la misión.  María emprende el camino, hasta la casa  (comunidad) de su prima Isabel, madre de Juan el Bautista, para ayudarla en los meses que le restan de embarazo; en esta misión se da el encuentro de dos generaciones: María,  que representa al proyecto y generación nueva, traída por Jesús el Señor, e Isabel que representa la antigua alianza en la generación de los adultos mayores. Al saludo de María (palabra de bendición), el pequeño que se gesta en el vientre de Isabel “salta de alegría”, como reconocimiento al salvador que llega a visitarle. Entonces Isabel responde a aquel saludo también con una alabanza de bendición que exalta a María como la feliz, la bienaventurada, la llena de la gracia, del  favor de Dios.    Pero también reconoce la fe de María que libremente  “creyó” en el anuncio del ángel  y acepto el plan salvador y liberador de Dios. Ella, tú y yo que creemos, somos los favorecidos de Dios.

En María, Dios nos invita y enseña a estar abiertos a la acción del Espíritu, que todo lo puede, a la escucha de la palabra para ponerla en práctica, a optar con una disposición libre  a trabajar, por hacer realidad el Reino de Dios, que es amor , justicia, perdón  y solidaridad entre todos nosotros.

Esta experiencia de encuentro transformador entre María e Isabel se sigue dando a diario en personas que como tú y yo, le creemos al Señor y creemos en  sus promesas de bendición y vida.

 ORACIÓN

Buen Dios, que en este tiempo de Adviento estemos listos a responderte a la hora que nos necesites. Inúndanos de tu Espíritu de amor y danos la oportunidad de hacer de este diciembre una entrega y servicio a los demás. Que como María de Nazaret nuestro espíritu se llene de júbilo en ti nuestro Salvador, porque te has fijado en la humildad de tus siervos a los que hoy llamas a participar de tu gloria. Amén. 

 

 

“Nos convertimos en servidores si promovemos en los demás el tesoro que lleva cada uno dentro”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: