“EL CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA SE DA EN UNA HISTORIA CONCRETA”
PRIMERA LECTURA
GÉNESIS
49,2.8-10
REFLEXIÓN
El capítulo 49 del Génesis es un texto muy antiguo donde Jacob
pronuncia las últimas palabras referentes a sus hijos. Entre los doce hijos hay
uno que tiene la preeminencia; no es el primogénito que era Rubén, sino Judá,
el cuarto. Es el heredero de las promesas. Ha vencido a sus enemigos y por eso
sus hermanos le rinden pleitesía. Una familia de esa tribu será la escogida
para regir a Israel, y dentro de ella una persona. Pero inclusive más allá de
David, el texto apunta a un personaje especial: el Mesías.
Las llamadas “bendiciones de Jacob” son una colección de dichos,
en principio independientes y de géneros literarios diversos: reprensiones,
maldiciones, bendiciones, promesas, etc., sobre las tribus de Israel. Por la
lista de tribus, más antigua que la de otros lugares, puede deducirse que esta
colección es relativamente antigua, anterior o contemporánea al yahvista, que
podría también ser el autor. Lo que más podría justificar el calificativo de
“bendiciones” sería el hecho de que todo este conjunto se encuentra encajado
actualmente en la narración sacerdotal sobre la última bendición o testamento
de Jacob antes de morir.
La dimensión religiosa de estas “bendiciones” es muy poco
perceptible para el lector moderno, pero a los ojos de los israelitas que veían
su historia bajo la guía y planificación de Dios era del todo evidente. Además,
los destinos futuros de cada una de las tribus se consideran fruto de la
palabra profética del patriarca, cuya eficacia igual que la de los profetas
posteriores es incuestionable y va modelando la historia. Tanto por su amplitud
como por su contenido destacan los versículos sobre Judá y José.
SALMO
RESPONSORIAL: 71
R/Que
en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
tu
justicia al hijo de reyes,
para
que rija a tu pueblo con justicia,
a
tus humildes con rectitud. R.
Que
los montes traigan paz,
y
los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra
a los hijos del pobre. R.
Que
en sus días florezca la justicia
y
la paz hasta que falte la luna;
que
domine de mar a mar,
del
Gran Río al confín de la tierra. R.
Que
su nombre sea eterno,
y
su fama dure como el sol;
que
él sea la bendición de todos los pueblos,
y
lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
OREMOS CON EL
SALMO
Oración por el Rey de Israel, en la que
se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y
la paz. El éxito del Rey asegura la prosperidad para todo el pueblo.
Ya en el judaísmo este salmo fue
interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la liturgia cristiana. Cristo
es el verdadero rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.
MATEO 1,1-17
David,
de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías,
Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán,
Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós,
Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro
de Babilonia.
Después
del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel,
Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a
Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así,
las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia
hasta el Mesías, catorce. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Durante
estos días cobra mayor fuerza y carácter festivo la preparación de la celebración
navideña en la mayoría de familias y comunidades cristianas. Litúrgicamente, hoy
comienzan a leerse en la celebración eucarística los relatos de infancia,
entrelazando las narraciones de Mateo y de Lucas y entramos en la última etapa del Adviento. Los días 17 al 24 se
consideran “ferias privilegiadas” pues, como una especie de novenario previo a
nuestra gran fiesta de Navidad, nos preparamos para celebrar a Jesús en quien
se cumplen todas las esperanzas largamente esperadas sobre la llegada del
Mesías, quien desde el libro del Génesis se proclamaba como surgiendo de la
tribu de Judá. Al hablar de 14 generaciones en tres períodos de la historia
desde Abrahán, pasando por David y hasta José nos presentan la bendición a
todas las naciones, a toda la humanidad en la persona de Jesús, el Mesías
davídico. Por otra parte se nos habla del cumplimiento de las promesas del
Padre. La gloria del hombre es Dios; el hombre, en cambio, es el receptor de la
actuación de Dios, de toda su sabiduría y su poder. Pidámosle al Señor nos
conceda la sabiduría de su Espíritu para que adquiramos un corazón sencillo.
Señor,
sabemos que muchas veces no nos comportamos a la altura de nuestra dignidad,
como hijos(as) tuyos(as), con frecuencia nos apartamos de ti, pero hoy aún así, tu quieres que seamos
parte de tu proyecto familiar y comunitario; ayúdanos Señor, necesitamos hoy de ti, regálanos
tu Espíritu, danos tu sabiduría para ser honestos contigo, con nosotros mismos
y con los demás. Amén.
“En medio de la
incertidumbre de lo humano va apareciendo la belleza, la sabiduría, la
perfección de lo divino”
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