martes, 1 de diciembre de 2020

Jueves 17 de Diciembre de 2020

 “EL CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA SE DA EN UNA HISTORIA CONCRETA”


PRIMERA LECTURA

GÉNESIS 49,2.8-10

 “No se apartará de Judá el cetro”

 En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: "Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

El capítulo 49 del Génesis es un texto muy antiguo donde Jacob pronuncia las últimas palabras referentes a sus hijos. Entre los doce hijos hay uno que tiene la preeminencia; no es el primogénito que era Rubén, sino Judá, el cuarto. Es el heredero de las promesas. Ha vencido a sus enemigos y por eso sus hermanos le rinden pleitesía. Una familia de esa tribu será la escogida para regir a Israel, y dentro de ella una persona. Pero inclusive más allá de David, el texto apunta a un personaje especial: el Mesías.

Las llamadas “bendiciones de Jacob” son una colección de dichos, en principio independientes y de géneros literarios diversos: reprensiones, maldiciones, bendiciones, promesas, etc., sobre las tribus de Israel. Por la lista de tribus, más antigua que la de otros lugares, puede deducirse que esta colección es relativamente antigua, anterior o contemporánea al yahvista, que podría también ser el autor. Lo que más podría justificar el calificativo de “bendiciones” sería el hecho de que todo este conjunto se encuentra encajado actualmente en la narración sacerdotal sobre la última bendición o testamento de Jacob antes de morir.

La dimensión religiosa de estas “bendiciones” es muy poco perceptible para el lector moderno, pero a los ojos de los israelitas que veían su historia bajo la guía y planificación de Dios era del todo evidente. Además, los destinos futuros de cada una de las tribus se consideran fruto de la palabra profética del patriarca, cuya eficacia igual que la de los profetas posteriores es incuestionable y va modelando la historia. Tanto por su amplitud como por su contenido destacan los versículos sobre Judá y José.

 

SALMO RESPONSORIAL: 71

R/Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

 Dios mío, confía tu juicio al rey,

tu justicia al hijo de reyes,

para que rija a tu pueblo con justicia,

a tus humildes con rectitud. R.

 

Que los montes traigan paz,

y los collados justicia;

 que él defienda a los humildes del pueblo,

socorra a los hijos del pobre. R.

 

Que en sus días florezca la justicia

y la paz hasta que falte la luna;

que domine de mar a mar,

del Gran Río al confín de la tierra. R.

 

Que su nombre sea eterno,

y su fama dure como el sol;

que él sea la bendición de todos los pueblos,

y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Oración por el Rey de Israel, en la que se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y la paz. El éxito del Rey asegura la prosperidad para todo el pueblo.

Ya en el judaísmo este salmo fue interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la liturgia cristiana. Cristo es el verdadero rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.      

 

 LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 1,1-17

 “Genealogía de Jesucristo, hijo de David”

 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Durante estos días cobra mayor fuerza y carácter festivo la preparación de la celebración navideña en la mayoría de familias y comunidades cristianas. Litúrgicamente, hoy comienzan a leerse en la celebración eucarística los relatos de infancia, entrelazando las narraciones de Mateo y de Lucas y entramos en la última etapa del Adviento. Los días 17 al 24 se consideran “ferias privilegiadas” pues, como una especie de novenario previo a nuestra gran fiesta de Navidad, nos preparamos para celebrar a Jesús en quien se cumplen todas las esperanzas largamente esperadas sobre la llegada del Mesías, quien desde el libro del Génesis se proclamaba como surgiendo de la tribu de Judá. Al hablar de 14 generaciones en tres períodos de la historia desde Abrahán, pasando por David y hasta José nos presentan la bendición a todas las naciones, a toda la humanidad en la persona de Jesús, el Mesías davídico. Por otra parte se nos habla del cumplimiento de las promesas del Padre. La gloria del hombre es Dios; el hombre, en cambio, es el receptor de la actuación de Dios, de toda su sabiduría y su poder. Pidámosle al Señor nos conceda la sabiduría de su Espíritu para que adquiramos un corazón sencillo.

 ORACIÓN

Señor, sabemos que muchas veces no nos comportamos a la altura de nuestra dignidad, como hijos(as) tuyos(as), con frecuencia nos  apartamos  de ti, pero hoy aún así, tu quieres que seamos parte de tu proyecto familiar y comunitario;  ayúdanos Señor, necesitamos hoy de ti, regálanos tu Espíritu, danos tu sabiduría para ser honestos contigo, con nosotros mismos y con los demás. Amén.

“En medio de la incertidumbre de lo humano va apareciendo la belleza, la sabiduría, la perfección de lo divino”

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