San
Antonio de Padua
“LA RADICALIDAD DE UNA VIDA BAJO
EL QUERER DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
1REYES 18, 20-39
“Que sepa este
pueblo que tú eres el Dios verdadero, y que tú les cambiarás el corazón”.
En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo
Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías
se acercó a la gente y dijo: "¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si
el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal."
La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les
dijo: "He Quesada yo solo como profeta del Señor, mientras que los
profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos:
vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin
prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin
prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y
el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero."
Toda la gente asintió: "¡Buena idea!" Elías
dijo a los profetas de Baal: "Elegid un novillo y preparadlo vosotros
primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el
fuego." Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron
invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: "¡Baal,
respóndenos!"
Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras
brincaban alrededor del altar que habían hecho.
Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos:
"¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado,
o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!"
Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras,
según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el
cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora
de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.
Entonces Elías dijo a la gente: "¡Acercaos!" Se
acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido:
cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho:
"Te llamarás Israel"; con las piedras levantó un altar en honor del
Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló
la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: "Llenad
cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña." Luego
dijo: "¡Otra vez!" Y lo hicieron otra vez. Añadió: "¡Otra
vez!" Y lo repitieron por tercera vez.
El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se
llenó de agua. Llegada la hora de la
ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: "¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac
e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he
hecho esto por orden tuya. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este
pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará
el corazón."
Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la
leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja.
Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando:
"¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!"
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Elías sometió a los israelitas a una prueba de fuego,
literalmente. La expresión que utilizó fue contundente y logró el efecto
querido. "El Dios que responda, ese es Dios."
Contrasta en la escena la multitud de seguidores de Baal
y la soledad de Elías. Es una experiencia que puede aproximarse a lo que alguna
vez hemos vivido o viviremos. Como creyentes, más de una vez encontraremos que
somos pocos o que estamos solos. Nuestra fe se sentirá puesta a prueba cuando
el frío de esa soledad pretenda apagar todo rescoldo de fe en nuestras almas.
Los sacerdotes de Baal hacían oración a su modo. Una
especie de oración larga que incluía rituales horrendos como hacerse cortadas y
derramar sangre para "convencer" a su dios. La plegaria de Elías, en
cambio, es breve, directa, colmada de confianza. No hace un negocio con Dios,
no pretende convencerlo. No pide para sí, sino que pide que se manifieste la
verdad y la gloria del Dios que sí es. Aprendemos del relato que orar no es convencer
a Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 15
R. / Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
"Tú eres mi bien." R.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus
libaciones con mis manos,
ni tomaré sus
nombres en mis labios. R.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.
OREMOS CON EL SALMO
La
confianza y el gozo profundo que brotan de la intimidad con Dios, son los
sentimientos predominantes en este Salmo. Los vs. 5-6 permiten suponer que su
autor es un levita – es decir, una persona consagrada al culto de Dios en el
Templo de Jerusalén– que se encuentra en un grave peligro y acude al
Señor, fuente de vida, para que lo libre de la muerte. El Nuevo Testamento
asigna a este Salmo un sentido mesiánico, citándolo como un anuncio anticipado
de la Resurrección de Cristo.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5, 17-19
“No he venido a abolir, sino a dar plenitud”
«No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas:
no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el
cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la
ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo
enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos». Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Hoy celebramos a san Antonio de
Padua, uno de los santos más queridos en la devoción popular. El texto del
evangelio nos habla del cumplimiento fiel de la Ley. Al darnos el mandamiento
del amor a Dios y al prójimo como un único mandamiento, Jesús nos dio la
posibilidad de cumplir la Ley de Dios hasta el extremo. Esa entrega generosa a
Dios y a los demás, hace que personas sencillas del pueblo se perfeccionen en
el seguimiento de Jesús y sean reconocidas como modelos de vida. Son personas
que superan dificultades, perdonan ofensas, comparten sus bienes, se van
despojando de sus egoísmos. El Espíritu de Dios puede actuar en ellas con
libertad y las va modelando de acuerdo al querer de Dios. San Antonio de Padua
fue de esas personas que dejó al Espíritu actuar en su vida con sencillez.
Creyó en el Señor, vivió y predicó lo que creía, por eso en él, como en tantas
y tantos otros, se ha cumplido la profecía de Jesús: son considerados grandes
en el Reino de los cielos.
ORACIÓN
Señor
Jesús necesitamos asumir con verdadero propósito y sabiduría tus mandamientos
que no son más que maneras de vivir en el verdadero amor. Nuestra debilidad humana muchas veces nos
hace tibios(as), por favor que seamos la luz de tu Espíritu ayudándonos cada
día a ser más firmes para no caer en desobediencia a un Dios que lo único que
quiere es el bien para cada uno(a) de
sus hijos(as). Amén
“La
interpretación exagerada y rígida de la ley nos lleva a ser tiranos (as) y
dejar de lado la caridad y el amor con los demás”
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