viernes, 1 de junio de 2018

Vienes 01 de Junio de 2018

“PURIFICAR, ORAR, PERDONAR”

 PRIMERA LECTURA
1PEDRO 4,7-13

“Sed buenos administradores de la múltiple gracia de Dios

Queridos hermanos: El fin de todas las cosas está cercano. Sed, pues, moderados y sobrios, para poder orar. Ante todo, mantened en tensión el amor mutuo, porque el amor cubre la multitud de los pecados. Ofreceos mutuamente hospitalidad, sin protestar. Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable Palabra de Dios. El que se dedica al servicio, que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Queridos hermanos, no os extrañéis de ese fuego abrasador que os pone a prueba, como si os sucediera algo extraordinario. Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
La palabra "gracia" está relacionada, en su lengua griega original, con la palabra "carisma," que significa “regalo”. El amor "por gracia" es también un amor regalado. En ese sentido, un seguidor de Cristo es aquel que se sabe amado más allá de todos los méritos, de todas las razones e incluso, amado más allá de lo razonable.
Desde esa abundancia de amor y de certeza de ser amados se estructuran todas las relaciones con nuestro prójimo: no es por deber, ni por la urgencia de lograr igualdad, ni la necesidad de obtener unos resultados sino la prisa por amar, amar desinteresadamente, amar como nos ama Dios. Exactamente lo opuesto de lo que sucede en la mentalidad del mundo, para la cual esperar y exigir el propio provecho es lo "obvio," lo "estándar," lo esperable.
Pedro añade otra razón de nuestro amor al otro: el final del mundo presente. Desde su óptica, los bienes y las cosas que pasan pueden servirnos para transmitir un bien que dura, pueden transmitir un mensaje eterno. Ser cristiano, desde esta perspectiva, es asunto de un buena administración, y saber administrar es adquirir lo eterno a precio de lo pasajero.

Salmo responsorial: 95
R/Llega el Señor a regir la tierra.

Decid a los pueblos: "El Señor es rey,
 él afianzó el orbe, y no se moverá;
 él gobierna a los pueblos rectamente." R.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
 retumbe el mar y cuanto lo llena;
 vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
 aclamen los árboles del bosque. R.

Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
 regirá el orbe con justicia
 y los pueblos con fidelidad. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo, es un canto celebrativo, que expresa la alegría del pueblo fiel al Señor, e invitación universal a reconocer la gloria y el poder de Dios. Nuestra celebración comunitaria, también debe ser expresión de la alegría que nace de nuestra fe en la obra salvadora de Dios en Cristo.
LECTURA DEL EVANGELIO
Marcos 11,11-26

“Mi casa se llamará casa de oración”

Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: "Nunca jamás como nadie de ti." Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: "¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos." Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado." Jesús contestó: "Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: "Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Son los últimos días de Jesús sobre la tierra. Jesús siente hambre, como cuando estuvo en el desierto y el Diablo lo tentó. Es un ser plenamente humano, con sus necesidades, cansancios y fragilidades. Se acercó a la higuera, símbolo del Templo, buscando frutos pero solo encontró hojarasca. El gesto profético de echar a los mercaderes demuestra que el tiempo de dar frutos para el Templo ha pasado. Por dureza de corazón, por estar encerrado en una religión exterior y vacía dejó pasar el tiempo de la visita de Dios. El pueblo se ha vuelto estéril y ya no tendrá nuevas oportunidades porque el Reino está siendo ofrecido universalmente a todos los pueblos del mundo para que den frutos de justicia, de hermandad, de libertad. Esto vale para toda persona o institución que se quede en ritos vacíos, que no producen frutos de verdad. Si el monte puede ser arrojado al mar por una fe firme y sin vacilaciones, cualquier estructura injusta puede ser arrancada si tenemos confianza firme en la eficacia del Reino de Dios para transformar la sociedad.

ORACIÓN
Amado Dios en este día cantamos y nos gozamos en el Espíritu  porque tu Palabra nos lleva a reconocer que nos enseñas a dar fruto con acciones de bendición hacia nuestro prójimo. Ayúdanos por favor a estar siempre pendientes a reflejar que es posible otro sistema de vida donde puede prevalecer el amor manifestado en buen trato, amor, justicia y solidaridad. Amén


“A Dios no le agrada la frondosidad de hojas de una piedad vacía o de rezos rutinarios y estériles sino la fecundidad de obras de fe y amor”

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