martes, 1 de mayo de 2018

Lunes 07 de Mayo de 2018


“¡GRACIAS SEÑOR POR TU ESPÍRITU”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 16,11-15

“El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo”

En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de Macedonia. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: "Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa." Y nos obligó a aceptar. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Dios  te pedimos que podamos aprender de esta mujer sencilla, abierta, humilde, franca y audaz; que nosotros, a ejemplo de ella, sepamos abrir nuestros hogares a la predicación, nuestros corazones al Evangelio, y nuestra voz a la proclamación de la fe que salva.
SALMO RESPONSORIAL: 149
R./ El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
 es un honor para todos sus fieles. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es una invitación universal a la alabanza con acompañamiento de música y de danzas. El salterio concluye con una invitación a la alabanza a Dios. La oración no se reduce a pedir dones y favores, sino que tiene que ser sobre todo reconocimiento del amor y del poder de Dios.   

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 15,26-16,4ª

R./ El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la genuina experiencia cristiana, en la hora primera de la Iglesia, el seguir a Jesús era una cuestión compleja. La vida del discípulo estaba en peligro al aceptar la propuesta del Crucificado-Resucitado y recibirlo como Señor y Salvador. Jesús comprende lo peligroso de esta decisión. Por eso alerta a los discípulos de lo difícil que será seguirle y lo complejo que será mantenerse fiel a su causa. Ser cristiano era de verdad una exigencia profunda y radical. No era una cuestión religiosa, tampoco era un asunto cultico. Aceptar a Jesús era una cuestión existencial que llevaba a la persona a cambios profundos de sus estructuras personales y a trabajar por cambiar las estructuras sociales que no se ajustaban al querer de Dios. Por ello el ser cristiano tenía la revolución como una realidad más característica. Pero el modelo eclesial y el acomodo que hicimos con las estructuras del mundo hicieron que el cristianismo perdiera esa fuerza vital y dejara de ser un problema para los grupos de poder. ¿Tu experiencia de vida está a favor del poder o del servicio?

ORACIÓN
Hoy te pedimos Buen Dios, que nos regales la gracia de vivir siempre esperando a Cristo Resucitado, no con cara de derrota y tristeza  sino con rostro de victoria. Te damos gracias, te alabamos y te bendecimos por este bendito día. Declaramos con confianza que tu Espíritu Santo, guía diariamente nuestra vida. Clamamos y rogamos a ti, una y otra vez  enciendas en nuestra vida el fuego de tu amor.  Ven Espíritu Santo. Amén

“El Espíritu Santo visita el corazón de quienes permanecen con Dios y enciende en ellos el fuego de su amor”

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