“DEJARLO
TODO”
PRIMERA LECTURA
1PEDRO 1,10-16
“Predecían la gracia destinada a
vosotros; por eso, controlaos bien, estando a la expectativa”
Queridos
hermanos: La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los profetas,
los que predecían la gracia destinada a vosotros. El Espíritu de Cristo, que
estaba en ellos, les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la
gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué circunstancia lo
indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que trataban no era para su
tiempo, sino para el vuestro. Y ahora se os anuncia por medio de predicadores
que os han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu enviado del cielo.
Son cosas que los ángeles ansían penetrar. Por eso, estad interiormente
preparados para la acción, controlándoos bien, a la expectativa del don que os
va a traer la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no os amoldéis
más a los deseos que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. El que
os llamó es santo; como él, sed también vosotros santos en toda vuestra
conducta, porque dice la Escritura: "Seréis santos, porque yo soy
santo." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
El
apóstol Pedro nos recuerda cómo hay un tema que atraviesa las Sagrada
Escrituras: la salvación. Se trata de esto: el ser humano necesita ser salvado
y Dios ha provisto su salvación en Jesucristo. Ahí está todo. El hombre
necesita salvación porque en el camino de sus anhelos más profundos y
auténticos hay tres obstáculos gigantescos, que parecen aplastar nuestra
esperanza; ellos son la ignorancia, el pecado y la muerte. Ignorancia de
nuestra verdadera dignidad; pecado que nos ata a bienes parciales, transitorios
o aparentes; y por último, la muerte, que se burla de todo lo que intentamos y
perpetúa su dominio en todos y en todas partes.
Y
luego viene otra pregunta: cómo nos salva Jesucristo. Respondemos: de la
ignorancia, porque su vida y sus palabras revelan que somos preciosos para el
Dios que nos creó. Del pecado, porque su sacrificio eficaz nos arranca del
poder de Satanás y abre un camino para el Espíritu Santo que empieza a vivir y
transformarnos desde dentro. Y de la muerte porque él mismo venció a la muerte,
y es capaz de comunicar vida inmortal a los que creemos en su Nombre.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / El Señor da a conocer su
victoria.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un himno de alabanza al Señor, que
estableció su trono en Sión para revelarse a Israel como Rey justo y poderoso.
La benevolencia y la justicia con que el Señor gobierna a su Pueblo se
manifiesta, en las figuras de Moisés, Aarón y Samuel: ellos son, a un mismo
tiempo, los mediadores de la Revelación divina y un ejemplo
constante para los seguidores. El despliegue del poder salvador de Dios llega a
su punto culminante en la encarnación de su Hijo y su victoria frente a la
muerte y la desobediencia.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10,28-31
“Recibiréis en este tiempo cien
veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna”
En
aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: "Ya ves que nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido." Jesús dijo: "Os aseguro que quien
deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y
por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y
hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la
edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos
primeros." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pedro
se compara con el joven rico que no se animó a seguir a Jesús pobre y le hace
notar a Jesús que ellos lo dejaron todo para seguirlo. Jesús responde que todo
lo que se deje por su Persona y por el Evangelio se ha de recuperar
multiplicado por cien. Dios no se queda con nada. No le interesan nuestros
bienes sino nuestras personas, nuestros corazones libres y disponibles. En esta
enumeración que hace Jesús, todo se recupera menos el padre. Porque en la
sociedad patriarcal en que vivían, el padre representaba la sociedad dominadora
que impedía la horizontalidad, la hermandad entre iguales. Por eso enseñará más
adelante: “A nadie llamen padre porque uno solo es el Padre de Ustedes El que
está en el cielo”. En la tierra y especialmente en su comunidad, todos somos
iguales, todos hermanos y hermanas. Este proyecto del Reino sin dominaciones ni
discriminaciones debe ser ensayado en comunidades cristianas para que el mundo
vea que es posible vivir el sueño de una sociedad reconciliada donde se
comparten la vida y los bienes.
ORACIÓN
Gracias Señor por
enseñarnos con tu ejemplo que la prioridad de nuestro paso por esta tierra es
para seguir tu causa y el evangelio del amor
a Dios a nuestro prójimo, sin dejarnos absorber por la dependencia a
personas, cosas o ideales que nos distraen del caminar contigo. Que entendamos
que no es abandonar a los nuestros, sino aún con ellos, que seas Tú el centro de nuestra vida. Ayúdanos por
favor a vivirlo así. Amén
“Si el sufrimiento
tiene un propósito, si se padece por amor, por alguien amado, resulta
edificante y soportable”
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