martes, 1 de mayo de 2018

Domingo 13 de Mayo de 2018

ASCENCIÓN DEL SEÑOR

“MIRANDO AL CIELO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 1,1-11

“Lo vieron levantarse”

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" Jesús contestó: "No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo." Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La lectura de hoy nos invita, con los apóstoles, a "aguardar a que se cumpla la promesa del Padre". Él es el que lo da todo y los hombres tenemos que esperar de aquella trascendencia, la fuerza que puede transformar este mundo.
Veamos como Lucas  en el texto resume la enseñanza de Cristo Resucitado, en sus apariciones a los discípulos, como una predicación sobre el Reino de Dios. Recordamos bien que el inicio de su ministerio público fue un anuncio similar: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio" (Marcos 1,15).  Aprendemos de aquí que en la Resurrección del Señor se da como un nuevo comienzo. El proyecto de Jesucristo no ha cambiado. Ni siquiera la muerte lo ha cambiado. Torturarlo, abandonarlo, crucificarlo, llevarlo a la muerte y depositarlo en el sepulcro... nada de ello fue capaz de romper la obediencia de amor de Cristo hacia su Padre. Una vez levantado de entre los muertos, no tiene un nuevo proyecto sino el mismo de siempre: que el nombre de Dios sea glorificado, que su voluntad sea escuchada y obedecida; en resumen: ¡que venga el Reino de Dios, que Dios reine!
SALMO RESPONSORIAL: 46
R. / Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

Pueblos todos batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.

Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.

OREMOS CON EL SALMO
El tema de este himno es la realeza universal del Señor puesta de manifiesto victoriosamente cuando él entregó en herencia a su Pueblo la Tierra prometida. Dentro del salmo se percibe el eco de una celebración de entronización del Arca de la Alianza en el Santuario de Sion. Cuando se fue perdiendo el recuerdo de esta fiesta, el Salmo se aplicó al triunfo final de Dios y a la implantación definitiva de su Reino.
SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 1,17-23

“Lo sentó a su derecha en el cielo

Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo descubre el secreto de los proyectos de Dios y encuentra a Cristo como en la cima de todos los ideales de Dios. Todo fue creado por Él y para Él. Toda creatura, así sea el hombre más inteligente, es creatura. No tiene razón de ser si no es orientándose hacia aquel por quien fueron hechas todas las cosas y para el cual son todas las cosas; también se habla del Cristo que planifica todo, en todo. Es decir, la creatura está vacía cuando se la quiere divorciar del Creador. Así como un rayo de luz, cuando se quisiera separar del foco, se convierte en tinieblas, el hombre, la creatura, el sol, la estrella, todo cuanto existe, si se separa de esa plenitud que le da el ser, queda vacío. El hombre es un absurdo, cuando no se orienta hacia Dios. Cristo aparece hoy como la clave de toda la historia, como fuente de la trascendencia.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 16,15-20

“Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos." Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El tema principal de este domingo es,  «la Ascensión», la subida misma de Jesús al cielo. Un segundo tema que es el final del evangelio de Marcos es el que asocia un mandato misionero de Jesús, el envió de sus discípulos, en el momento de «su despedida antes de partir para el cielo».  Hoy sabemos que tal despedida-subida no es histórica, sino una genial composición literaria de Lucas, y que el capítulo final del evangelio de Marcos es añadido posteriormente. Pero nada de ello debe dañar ese envió a la Misión.
Con la celebración de la fiesta de la  Ascención, celebramos una fiesta de  esperanza,  de la trascendencia humana. Nos deja entrever, cuál es el sentido último de todos nuestros esfuerzos, de todas nuestras luchas, de todas nuestras renuncias. Encontrar nuestro camino, encontrar nuestro destino, encontrar la clave de comprensión para la vida que llevamos en esta tierra. Por eso, la primera enseñanza que nos trae esta fiesta  es que nuestra esperanza tiene un ancla firme, tiene un cimiento cierto: nosotros no trabajamos únicamente para esta tierra. No hay proporción entre el amor que sembramos y la cosecha que recibimos. Mas, sí sabemos que el que siembra verdaderamente en el amor, el que siembra verdaderamente en la caridad que Cristo nos ha dado, ése está sembrando para la eternidad. Es tener la  certeza del camino que nos ha mostrado Jesús, que amar hasta el extremo como Él  lo hizo aunque  implique pasar por la cruz, tiene sentido.
Otra reflexión que podemos hacer hoy es : ¿Qué significa que Jesucristo haya resucitado de entre los muertos? El que la  muerte ya no tiene poder sobre Él. Cuando la muerte deja de tener poder sobre Cristo, cuando la muerte ya no tiene imperio sobre Cristo, significa que nada ni nadie puede detener la fuerza del mensaje de Jesús. ¡Nada ni nadie puede detener su mensaje de esperanza, de gracia, de reconciliación! Los que tienen su mirada puesta en Jesucristo, no solamente tienen esperanza como un hermoso sentimiento. Tienen valor, tienen vigor, como una poderosa fuerza que nadie puede detener. Es la fuerza que llevó a los discípulos a continuar la misión y la que nos debe  llenar  de valor y nos debe llevar a nosotros también a llevar la Buena Nueva a todos los lugares, a  proclamar con gozo y firmeza el evangelio.
Contemplemos pues a Jesús Resucitado, que cumple su misión entregando la vida en la cruz, para que obtuvieramos la bendición, que Asciende y se sienta a la derecha del Padre, pero que no nos deja solos y nos promete una nueva experiencia maravillosa: Pentecostés...la venida del Espíritu Santo. Comprometámonos con la acción de su Espíritu, demos gracias por toda la experiencia pascual que hemos vivido y pidamos a Dios que nos acompañe, en el anuncio misionero de la salvación. Pongamos nuestra confianza en la promesas del Señor de estar  con nosotros  todos los días, hasta el  fin del mundo.

ORACIÓN
Que difícil pudo haber sido para tus discípulos(as) comprender lo que tu les contabas que iba a pasar, pero que gozo para ellos ser testigos presenciales de tu rencuentro con ellos dándoles dones e instrucciones  precisas de lo que debían hacer de ahora en adelante para que muchos se volvieran a Dios a fin de transformar vidas y sistemas injustos y opresores. Por eso hoy también nos alegramos y te pedimos nos sigas guiando y fortaleciendo en esta gran comisión. Amén

“Continuemos con la mirada fija en Jesús como modelo para transmitir el Evangelio y utilizando los dones y capacidades que el Espíritu nos da”


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