sábado, 1 de octubre de 2016

OCTUBRE 2016

UNA DECISIÓN EQUIVOCADA

En los últimos años se recuerda  el 11 de septiembre de 2001 como el día más trágico  que vivió Estados Unidos, por la caída de las torres gemelas y los diferentes acontecimientos que ocurrieron ese día. Pero para muchos de nosotros, ese no fue el peor, ni el más triste día sino que realmente fue  el  año de 1963, el más lamentable  y no sólo para Estados Unidos sino también para todo el mundo.  No hubo ninguna guerra, no hubo atentados ni catástrofes, la economía estaba más floreciente que nunca. Entonces se preguntarán: “¿Qué es lo tan terrible para una nación en progreso como esa?”. Aquel año, nada más ni nada menos que por mandato presidencial se decidió quitar de las escuelas públicas, la lectura de la Biblia y la oración  como práctica diaria, realizada durante mucho tiempo en ese país; se prohibió que el nombre de Dios siguiera apareciendo con todos sus signos en la constitución y diferentes formas políticas y sociales. ¡Una lamentable decisión! que trajo como consecuencia el comienzo de su decadencia social y espiritual. A partir de allí  comenzaron a multiplicarse prácticas como la hechicería, el espiritismo y el culto satánico. En la actualidad el satanismo es la subcultura con mayor difusión entre los jóvenes. La venta de películas, música y videos satánicos, va en considerable aumento y la drogadicción y delincuencia juvenil han alcanzado niveles  alarmantes. Cuando sacamos a Dios de nuestras vidas, todo nuestro ser se encamina poco a poco, hacia senderos equivocados que irremediablemente nos llevan a destinos trágicos (Deuteronomio11,26-28).

Después de todo esto ha sobrevenido cada vez más  este caos que vivimos en el mundo. Se ha quitado la oración en los colegios, no se permite leer la Biblia. Más adelante algunos científicos, psicólogos, psiquiatras y educadores afirmaron que no deberíamos corregir a nuestros hijos cuando se portarán mal, y todos dijimos “OK”, aceptamos no corregiremos más. Más tarde llego la orden a rectores, decanos, directores y maestros de escuela y universidades que no debían disciplinar a sus alumnos  y los padres dijeron: “OK aceptamos”. Luego nos dijeron: permitamos que nuestros hijos vivan en libertad y no se la cohibamos, dejémosles que tomen, consuman lo que quieran, a nuestras hijas, escojan lo que quieran hacer con su cuerpo que eso está bien. La industria del entretenimiento y del arte  nos dijo hagamos películas y shows que promuevan el exhibicionismo y la profanación y violencia sexual, el consumo de drogas, la homosexualidad, que solo son medios para que la gente se divierta y el que no quiera que no las vea, y la mayoría dijeron: ACEPTAMOS..
Sacamos a Dios de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestra sociedad y todavía nos estamos preguntando porque hemos perdido los nuevos valores, porque nuestros jóvenes no tienen conciencia, porque no distinguen entre el bien y el mal, porque son tan rebeldes y agresivos, porque no les molesta traicionar, golpear o matar a alguien incluyendo a sus amigos y a veces hasta sus propios padres y familiares y llegar al suicidio; situaciones que hoy estamos viviendo cada vez más en aumento. ¿Por qué tantos embarazos no deseados, niñas  y niños violados, SIDA, drogas, enfermedades venéreas, abortos, injusticias, desigualdades, inseguridades, aumento de las enfermedades mentales y emocionales, soledad, depresión, miedo, etc. ?.  Y encontraríamos la respuesta probablemente en que finalmente estamos cosechando “solamente lo que estamos sembrando”( Gálatas 6,6-7).  Escuché una oración de un joven que decía: “Querido Dios ¿Si de verdad existes porqué no salvaste a los niños que murieron en el incendio del bus en Aracataca?” y firmó sinceramente: “estudiante muy preocupado”. Un tiempo después recibió la respuesta así: “Amado estudiante preocupado, a mí me sacaron de los colegios, a mí no me permiten estar en la escuelas, a mi no me permiten hacer prácticamente nada. Sinceramente Dios”
Reflexionemos donde tenemos hoy a Dios, en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras realidades y dejemos que ocupe el primer lugar, seguro que no saldremos defraudados.

“DIOS ESTA TAN LEJOS COMO LO HEMOS PUESTO NOSOTROS HOY”




Roberto Zamudio

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: