DÉCIMO
FRUTO DE LA MISERICORDIA: LA HUMILDAD
Si fuéramos a las diferentes
fuentes que nos pueden acercar a la definición de la palabra Humildad, no
lograríamos apuntar al mejor y mayor protagonista que queda fuera de concurso
en este tema, es decir nuestro Amado Señor Jesucristo: “Aprendan de mí que soy
manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” (Mateo 11,29)
. Los linguistas, psicólogos,
sociólogos, es decir la ciencia, han dado opiniones y definiciones sobre la
humildad. Nosotros, hoy aquí queremos acercarnos más bien un poco al
pensamiento bíblico sobre la humildad. En este texto de Mateo que mencionamos antes, nuestro Maestro Jesús nos la define como un
descanso para el alma. Que preciosa definición, reposo y medicina para el alma,
es decir para los pensamientos, para las emociones o sentimientos en toda la
parte psíquica del ser humano. Ser humilde significa no estar buscando
conflictos y pleitos en todo momento, no enredarte en problemas sin necesidad.
Hay personas especialistas en buscar y crear problemas y conflictos. Tranquilas
y tranquilos, no nos preocupemos por buscarlos, los problemas llegan solitos; y
entonces en esta clave es que consiste ser humilde. La respuesta es simple, en
ser como Jesús, el mejor ejemplo de humildad que se conoce.
En este el año de la misericordia
que ya casi está finalizando, para reflexionar sobre el tema de la humildad
quisiera que nos acompañara en esta meditación el texto de Gálatas 5,22, donde
se enumera algunos frutos espirituales, donde aparece la humildad. Algunas
versiones bíblicas antiguas traducen humildad como “mansedumbre”, que significa
más o menos: “Un carácter sereno o tranquilo, complaciente y sin altanería, es
decir manso”.
Analicemos ahora como la Biblia
relaciona, o defina la humildad respecto a:
-
La humildad es aceptación o
contentamiento. El texto que les propongo aquí es muy conocido algunos los
saben de memoria y en algunos ambientes protestantes lo repiten como cotorras:
“Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en época de abundancia. He
aprendido a vivir en todas las circunstancias, he sabido pasar por el hambre y
tener de sobra, como sufrir también la escasez. Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.” (Filipenses 4,12-13). En este texto Pablo se presenta como un
hombre realmente humilde. ¿En qué consiste aquí el contentamiento como
humildad?. En que uno muestra un espíritu humilde de dos maneras: Si pasa por
pobreza, no reniega; si posee riquezas no se envanece o enorgullece. Uno está
contento todo el tiempo, contento si tiene y contento si no tiene. La Biblia
enseña que uno tiene que ser siempre el mismo, en época de escasez o en época
de abundancia. La humildad es aquí invariable.
-
La humildad como servicio a Dios: Pablo
nos enseña desde su propia experiencia personal la humildad como servicio a
Dios, que no hay un trabajo con mayor humildad que el servirle a Dios. Entre
los judíos, los rabinos, los ortodoxos y los obispos católicos se ha usado un
gorrito llamado “Kipá” y “Solideo” en latín, que utilizan todo el día en sus
actividades. Este tiene un significado muy grande: les recuerda todo el día que
por encima de ellos siempre hay alguien, solideo: solo Dios.
-
Humildad es tolerancia: Efesios 4,2. Ser
tolerante es ser amable, ser amoroso y bondadoso; es ser paciente, fruto que
trabajaremos el próximo mes, y todo esto es ser humilde. El mundo de hoy ha
rebasado los límites de la intolerancia; prácticamente nadie soporta a nadie.
Estamos muy lejos del concepto bíblico de la humildad. Confundimos y fingimos
ser humildes. San Pablo nos presenta una ecuación interesante sobre la
humildad: TOLERANCIA + AMABILIDAD + PACIENCIA + AMOR = HUMILDAD.
-
La humildad es ceder los derechos:
Vivimos la edad del egoísmo, nadie quiere ceder sus derechos, todos se
consideran superiores al resto de la humanidad. (Filipenses 2,3). En la Biblia
si no yo cumplo mi deber automáticamente recibo mi derecho.
-
Humildad es justa medida. San Pablo en
la carta a los Romanos 12,3, nos resume el concepto de una autoestima
equilibrada en clave de humildad, y que es lo que dice aquí Pablo. “No te creas
más de lo que eres”. Debemos valorarnos con equidad, ni más ni menos. No soy
más porque me elogien o aplaudan, ni soy menos porque me calumnien, critiquen,
vituperen simplemente lo que soy eso soy. ( Tomas de Kempis).
Y para terminar deberíamos evaluarnos y reflexionar con este
texto de Filipenses 2, 5-11 que nos
habla sobre la humildad.
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