sábado, 1 de octubre de 2016

DÉCIMO FRUTO DE LA MISERICORDIA: LA HUMILDAD

Si fuéramos a las diferentes fuentes que nos pueden acercar a la definición de la palabra Humildad, no lograríamos apuntar  al mejor  y mayor protagonista que queda fuera de concurso en este tema, es decir nuestro Amado Señor Jesucristo: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” (Mateo 11,29) . Los linguistas,  psicólogos, sociólogos, es decir la ciencia, han dado opiniones y definiciones sobre la humildad. Nosotros, hoy aquí queremos acercarnos más bien un poco al pensamiento bíblico sobre la humildad.  En este texto de Mateo que mencionamos antes,  nuestro Maestro Jesús nos la define como un descanso para el alma. Que preciosa definición, reposo y medicina para el alma, es decir para los pensamientos, para las emociones o sentimientos en toda la parte psíquica del ser humano. Ser humilde significa no estar buscando conflictos y pleitos en todo momento, no enredarte en problemas sin necesidad. Hay personas especialistas en buscar y crear problemas y conflictos. Tranquilas y tranquilos, no nos preocupemos por buscarlos, los problemas llegan solitos; y entonces en esta clave es que consiste ser humilde. La respuesta es simple, en ser como Jesús, el mejor ejemplo de humildad que se conoce.
En este el año de la misericordia que ya casi está finalizando, para reflexionar sobre el tema de la humildad quisiera que nos acompañara en esta meditación el texto de Gálatas 5,22, donde se enumera algunos frutos espirituales, donde aparece la humildad. Algunas versiones bíblicas antiguas traducen humildad como “mansedumbre”, que significa más o menos: “Un carácter sereno o tranquilo, complaciente y sin altanería, es decir manso”.
Analicemos ahora como la Biblia relaciona, o defina la humildad respecto a:
-          La humildad es aceptación o contentamiento. El texto que les propongo aquí es muy conocido algunos los saben de memoria y en algunos ambientes protestantes lo repiten como cotorras: “Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en época de abundancia. He aprendido a vivir en todas las circunstancias, he sabido pasar por el hambre y tener de sobra, como sufrir también la escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4,12-13). En este texto Pablo se presenta como un hombre realmente humilde. ¿En qué consiste aquí el contentamiento como humildad?. En que uno muestra un espíritu humilde de dos maneras: Si pasa por pobreza, no reniega; si posee riquezas no se envanece o enorgullece. Uno está contento todo el tiempo, contento si tiene y contento si no tiene. La Biblia enseña que uno tiene que ser siempre el mismo, en época de escasez o en época de abundancia. La humildad es aquí invariable.     
-               La humildad como servicio a Dios: Pablo nos enseña desde su propia experiencia personal la humildad como servicio a Dios, que no hay un trabajo con mayor humildad que el servirle a Dios. Entre los judíos, los rabinos, los ortodoxos y los obispos católicos se ha usado un gorrito llamado “Kipá” y “Solideo” en latín, que utilizan todo el día en sus actividades. Este tiene un significado muy grande: les recuerda todo el día que por encima de ellos siempre hay alguien, solideo: solo Dios.
-          Humildad es tolerancia: Efesios 4,2. Ser tolerante es ser amable, ser amoroso y bondadoso; es ser paciente, fruto que trabajaremos el próximo mes, y todo esto es ser humilde. El mundo de hoy ha rebasado los límites de la intolerancia; prácticamente nadie soporta a nadie. Estamos muy lejos del concepto bíblico de la humildad. Confundimos y fingimos ser humildes. San Pablo nos presenta una ecuación interesante sobre la humildad: TOLERANCIA + AMABILIDAD + PACIENCIA + AMOR = HUMILDAD.
-          La humildad es ceder los derechos: Vivimos la edad del egoísmo, nadie quiere ceder sus derechos, todos se consideran superiores al resto de la humanidad. (Filipenses 2,3). En la Biblia si no yo cumplo mi deber automáticamente recibo mi derecho.
-          Humildad es justa medida. San Pablo en la carta a los Romanos 12,3, nos resume el concepto de una autoestima equilibrada en clave de humildad, y que es lo que dice aquí Pablo. “No te creas más de lo que eres”. Debemos valorarnos con equidad, ni más ni menos. No soy más porque me elogien o aplaudan, ni soy menos porque me calumnien, critiquen, vituperen simplemente lo que soy eso soy. ( Tomas de Kempis).
Y para terminar  deberíamos evaluarnos y reflexionar con este texto de  Filipenses 2, 5-11 que nos habla sobre la humildad.



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