APLICANDO LA LLAVE DE LA RESTITUCIÓN
El
libro del profeta Joel, en el capítulo 2 increpa cuestionando al pueblo y hoy a
nosotros: ¿Cuántos años has perdido a causa de la langosta que se ha comido tu
cosecha? ¿Acaso los errores cometidos en el pasado, los egoísmos, las malas
decisiones y ambiciones personales nos han robado el gozo, la paz, la felicidad
y productividad?.
Tal
vez hoy como el pueblo de Israel ante las palabras del profeta nos sintamos un
poco desanimados al pensar en el tiempo que parece haberse perdido y que
pareciera que nunca se volviera a ganar. Si es así, si ves que en alguna área
de tu vida descubres pérdidas, frustraciones, tomemos las palabras que Dios
trajo con el profeta como motivación pero como una práctica real para vivir:
“Aunque hayan sido desobedientes por lo que tuve que reprenderles y
disciplinarlos con la plaga de la langostas (Pruebas y adversidades) aún hay
esperanza para ustedes mi pueblo. El Señor que es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y abundante en misericordia y bondad nos dice, les recompensaré
y les restituiré todo lo perdido (Joel 2,25).”
Para
aplicar esta llave de la restitución quisiera que tuviéramos en cuenta tres
tareas o compromisos a realizar para poderlas vivir:
1. Reconocer
que nos hemos equivocado (Reconciliarnos): Si reconocemos la equivocación del
pasado, el Buen Dios estará presto para escucharnos, perdonarnos y bendecirnos
(Restituirnos); redimir o restaurar nuestro pasado y llenar de bendición nuestro
presente y nuestro futuro de una vida de esperanza, sueños y realizaciones.
2. Corregir
los errores. Para recibir restitución yo tengo que enmendar los daños causados,
pagar las deudas; para recibir restitución tengo que dar restitución a los
demás.
3. Apartarme
o alejarme de toda situación, persona o tentación que me quiera volver a
esclavizar en la deuda y el error. Jesús el Señor quiere y puede sacar cosas
buenas del tiempo perdido de las oportunidades desperdiciadas de los
sufrimientos y frustraciones. Él lo hace como Buen Pastor, Maestro de
Misericordia enseñándonos a entender las debilidades que tenemos y a corregir y levantarnos de los errores
cometidos para vivir en restitución.
Aunque los días y quizás los años anteriores
puedan haber sido arruinados, desperdiciados o frustrados, ánimo, levántate en
el nombre del Señor. No tengas miedo,
Dios está deseoso y ansioso de restaurarnos, recompensarnos y restituirnos. Y
de hacer un nuevo hoy, un árbol nuevo de nuestra vida que de fruto abundante. A
partir de este nuevo mes, que sigamos trabajando, luchando, pero que disfrutemos
del fruto de nuestro trabajo como signo de la restitución. Lo que hemos
aprendido de los errores del pasado, ahora puede ser toda una escuela de
aprendizaje para compartir con otros,
que están atravesando la misma situación. De tal manera la restitución
se convierte en un servicio o apostolado, de entrega generosa a los demás.
Oro
por ti, los tuyos, tus proyectos para este nuevo mes. Pido al Señor que tú
también lo hagas, haciendo una declaratoria de fe, para que este nuevo mes el
dueño de la vida nos llene de su bendición, recompensa y restitución.
Amén.
Roberto
Zamudio
DÉCIMA LLAVE DE BENDICIÓN: LA RESTITUCIÓN
Abordaremos
en este mes una enseñanza que en el nombre del Señor Jesús se que traerá
grandes bendiciones a todos los que presten un
oído atento a esta llave que la
llamaremos RESTITUCIÓN.
El
apóstol Pedro interpela a Jesús, sobre esta llave: “Nosotros, lo hemos dejado
todo por seguirte, ¿Qué sacaremos de todo esto?”; y en seguida Jesús le
responde a Pedro y en él a todos los discípulos(as) del ayer, hoy y siempre:
“Les aseguro que todo el que por mí y la causa del evangelio haya dejado casa,
hermanos, madre, padre, hijos y terrenos, recibirá en esta vida cien veces más
de lo dejado y en la edad venidera, la Vida Eterna.” (Marcos 10,28-31).
Restituir
es devolver, recompensar, restaurar o reivindicar. Eso es exactamente lo que
Jesús hace caer en cuenta al apóstol Pedro en el pasaje que hemos citado: Nadie
que lo deje todo e invierta en Jesús y su proyecto de vida se quedará sin
recibir cien veces más como restitución. Si Dios restituye al ciento por uno y
si las matemáticas no fallan, significa que paga un interés del 10.000%. No hay entidad financiera que otorgue ese
beneficio en ninguna parte del mundo. Por supuesto la restitución es gratuita;
pero también pensemos que para que me devuelvan, restituyan, restauren o reivindiquen algo, tengo que haberlo
perdido, es necesario que se me haya envejecido o dañado o se me haya
desconocido u omitido.
Profundicemos
un poco más este tema de la restitución tratando de mirar algunas etapas o
niveles de ella misma:
1. DESPOJO
Y RESTITUCIÓN: Pedro el apóstol tiene derecho para reclamarle a Jesús, posee
autoridad moral para hacer su pregunta: “¿Qué sacaremos nosotros con seguirte?”.
Recordemos que Pedro junto con su hermano Andrés y con Santiago y Juan conformaban
una microempresa de pesca en el lago de Galilea; allí mismo en su trabajo y
entorno, Jesús se presenta ante ellos y les hace una propuesta: “Vengan, coman
y síganme”. Pedro y los otros sin vacilar lo dejaron todo y se marcharon tras
el Nazareno; por eso Pedro dice ahora: “Bueno, Jesús tu predicas muy lindo,
pero yo deje todo por ti, ¿Qué es lo que voy a recibir a cambio? La respuesta
de Jesús no admite interpretación, es directa y explícita: “Recibirán
recompensa o restitución, cien veces más”. La promesa no es para unas pocas
personas, no se trata de algo selectivo,
sino más bien colectivo, es para todos. Repito, ninguno que se haya
despojado y haya invertido su vida en
Jesús se quedará sin restitución o recompensa. Donde dice terrenos hay que
entender riquezas en general, pues toda clase de tesoros estaban representados
en la tierra que era la gran posesión de ese tiempo y sigue siéndolo hoy, de
tal manera que la restitución que ofrece Jesús es práctica es palpable, es
decir es algo real.
2. RESTITUCION
TEMPORAL Y ETERNA: Es fácil entender los dos niveles de restitución marcados
por Jesús: el primero nos habla de una restitución temporal, es decir ahora, en
este tiempo, aquí en la tierra. Una restitución al 100% en nuestro paso aquí,
por este planeta, algo para disfrutar en nuestra vida actual. En cambio el
segundo nivel o promesa ofrece una restitución o recompensa eterna,
interminable: en la edad o tiempo venidero, la Vida Eterna. Quizás como en el pasado se perciben dos
corrientes igualmente erróneas en el evangelio.
Como decían unas abuelas, hay gente que siempre le andan buscando patas
al gato. Y algunos creen se las han encontrado. La primera corriente nos dice
que la vida terrenal no es importante para Dios, que Jesús nos da las cosas espirituales
pero no las materiales, que su función al hacerse hombre se ha limitado a
entregarnos la vida eterna después de que muramos. Eso es una mala interpretación y distorsión de la Palabra de Dios. La segunda corriente
que hoy se busca y se anuncia tanto, es un manual de “Exitología”,
triunfalismo, pare de sufrir, de actitud mental positiva y cosas así por el
estilo (Nueva era), una búsqueda de Dios facilista y triunfalista, solo para el
momento y aquí en la tierra, pero nunca para trascender, nunca pensando en la
otra y Eterna Vida, es decir la del cielo. Una distorsión aún peor que la
anterior. Pero ¿qué dice Jesús? En el pasaje leído anteriormente el coloca el
hacha en la raíz, el verdadero sentido de una balanza, es decir el equilibrio
perfecto: Hay una restitución eterna en el cielo, pero hay restitución temporal
aquí en la tierra, en este tiempo. Sin sombra de confusiones en la perspectiva
bíblica la restitución es terrenal y celestial.
3. EJEMPLOS
BÍBLICOS DE RESTITUCIÓN:
-
Ismael
el Beduino: La historia es bien conocida. En vista de que Sara no podía
tener hijos, ella y Abraham convienen en que el patriarca se acueste con la
esclava Agar. El viejo Abraham ni corto ni perezoso hace su trabajo y como
resultado nace Ismael. Pasado el tiempo la promesa de Dios se cumple y nace
Isaac (Génesis 21, 9-13). Más adelante Ismael y su madre son exiliados y
perseguidos por Sara y los de su misma tribu. Pero allí más adelante viene la
restitución ofrecida por Dios a Ismael y su madre. Ellos en realidad no se despojan, al
contrario son despojados por viva fuerza, pero Dios es justo,
misericordioso y equitativo (Génesis 26,
8-9). Aquel que fue despojado de su padre y de su hermano por celos de Sara,
recibe una completa restitución personal y “familiar”, es decir todos los
descendientes de Ismael, que es la raza
o cultura conocida como árabe, ha recibió una gran recompensa de Dios que ha
traído bendición no solamente a su cultura sino a la raza humana. Los
ismaelitas o árabes han aportado inventos de importancia como el alcohol, el álgebra,
los números arábigos, el alfiler, el alambre, el alcantarillado; una literatura
excelente que bastaría con mencionar las mil y una noches; una arquitectura
formidable, de la cual quedan vestigios en países como España. Como restitución
de Dios los Ismaelitas o árabes miles de años después del despojo al que fueron
sometidos en el desierto, son los dueños del petróleo y sus riquezas no tienen
comparación. Los árabes hacen presencia en todo el mundo, y es fácil observarlos como gente de éxito.
-
Raquel la estéril: Recordemos un poco la
historia, Jacob ha tenido que salir de Canaán porque su hermano Esaú lo busca
para matarlo por haberle robado la primogenitura (Génesis 29,31). Jacob
exiliado de su tierra tiene que ser sometido al trabajo, la ley y las trampas de su tío-suegro, que tiene
varias hijas, pero que lo obliga a casarse primero con la más fea ( Lea) y no
con la que a Jacob le gustó y empezó a amar (Raquel) . Jacob lucha durante 14
años de trabajo arduo por una mujer que resultó al final ser de vientre estéril
(Génesis 29, 32-35). Pero Dios es justicia y equidad, y tiene una recompensa o
restitución para Jacob y Raquel (Génesis 30, 22-24). La gran restitución es José que quiere decir
prosperador o multiplicador.
-
Otro ejemplo de restitución es José:
Thomas Mann escritor alemán el único que ha ganado dos veces el premio Nobel de
Literatura, escribió una de sus obras más importantes: José y sus hermanos” y
fue él quien dijo que es la más bella historia que la humanidad conoce. El
fruto de la restitución de Raquel fue José, que fue despojado por sus propios
hermanos y vendido como esclavo precisamente a los ismaelitas. En Egipto fue a
parar a la cárcel por negarse al acoso sexual de la mujer de su patrón. Y como
sabía interpretar sueños proféticamente terminó ante el faraón ejerciendo este
extraño oficio ( Génesis 41,38-44). Podríamos decir que quizás esta es la
campeona de las restituciones: Un esclavo preso convertido en el gobernante más
poderoso de la tierra. José también recibe una gran recompensa o restitución
sentimental; una hermosa mujer a quien amar. (Génesis 41, 46-49). José también
recibe restitución de Dios no solo personal, sino una gran cantidad de
restitución a nivel familiar. (Génesis 41, 50-51)
-
Otro ejemplo de restitución es Job el
desechado: Este antiquísimo libro de Job, contiene quizás el más bello poema
del dolor humano. (Job 1,1). Destacamos las cualidades personales de Job: varón
piadoso y perfecto, recto, temeroso de Dios
y apartado del mal (Job 1,2-3). Pero también nos tiene que quedar claro,
que Job era un potentado, un hombre de alta clase social en su patria. (Job
1,4-5): Pero un hombre rico y santo, ¿Cuál es el problema que se presenta en la
vida de Job? (Job 1,6-22). Después de esta narración de tantas calamidades que
le llegan a Job, la gran clave es: Cuando viene la prueba, maldecir , quejarse
e increpar a Dios es la actitud más incorrecta que se puede tomar; la mejor es
guardar silencio, tener paciencia, creer y esperar la restitución divina.(Job 42,10-17).
En torno a Job la gran lección que debemos aprender como una gran verdad y
principio bíblico es esta: “ Dios restituye lo que Satanás roba”
-
Zaqueo: Para nadie es un secreto que a
Jesús le gustan las malas compañías, es el caso del recaudador de impuestos,
servidor de la Dian de esa época, Zaqueo. (Lucas 19,1-7). Los publicanos eran
los recaudadores de impuestos que desangraban
a su propia gente quitándoles el dinero, con impuestos exagerados, que
los serruchaban con los funcionarios de Roma. Eran desalmados y apátridas, por
eso la gente los detestaba tanto. Pero un día Jesús viene a su casa le toca el
corazón y la mente, y Zaqueo entiende
exactamente el principio de la restitución: la mitad de sus riquezas serán
ahora para los pobres, si comprueba que ha defraudado a una persona le
devolverá el dinero cuadruplicado. Así como era astuto para los negocios, lo es
ahora para las leyes espirituales. La llave verdadera de la restitución
consiste en que yo mismo debo restituir. Debo restituir amor, dinero, fama,
honra, cualquier cosa que le haya quitado al prójimo, si no restituyo yo, no
seré restituido. (Lucas 19, 8-10). El corazón del evangelio o mensaje de Jesús
que es el Sermón del Monte o las Bienaventuranzas que es la Constitución Nacional
del Reino de Dios nos habla de restitución. Jesús advirtió: si traes tu ofrenda
ante el altar de Dios y te acuerdas que tienes un problema con tu hermano, deja
tu ofrenda y ve primero y restituye a tu hermano y luego ve a presentar tu
ofrenda. Si yo restituyo recibiré
restitución. Pero impacta sobre todo lo que afirma el Señor Jesús sobre Zaqueo:
“hoy ha llegado la salvación a esta casa”. La salvación es la mayor restitución
que Jesús nos da.
-
Pablo prisionero: Saulo de Tarso como se
le conocía en el mundo judío, hombre notable y de buena fama, conocedor y
cumplidor fiel de la ley. Que un día en su encuentro personal con Jesús en el
camino a Damasco, decide despojarse de su orgullo, soberbia e intelectualidad,
para asumir el amor misericordioso de Dios, y que como premio recibe la
recompensa o restitución de ser verdaderamente libre, y encontrarle el
verdadero sentido a la vida (Hechos 16, 35-39).
La restitución o recompensa que el Señor dio a
Pedro, Pablo y todos estos personajes bíblicos, hoy también es para ti y para mí.
El que dialogó hace más de dos mil años con los apóstoles, el que exhortó al
joven rico a que entendiera la ley del despojo, generosidad y de la
restitución, es aquel que se hizo hombre y vino a todos nosotros, porque
estábamos destituidos de la presencia
del Dios Eterno, y Él al despojarse en la cruz de todo por amor a nosotros, se
convirtió en nuestra verdadera y eterna restitución.
Reflexionando en torno a este tema: ¿Has perdido
algo en tu vida?____________
¿Dios te ha restituido en alguna área?____________________________________
¿Has restituido a las personas que le has
afectado?_________________________
Citas Bíblicas
Despojo
y restitución: Marcos 10, 28-31
Ismael:
Génesis 21, 9-13
Raquel:
Génesis 30, 22-24
José:
Génesis 41, 38-42
Job:
Job 42 10-17
Zaqueo:
Lucas 19 8-10
Pablo:
Hechos 16,37
“JESÚS, AL
DESPOJARSE DEL TODO POR AMOR A NOSOTROS, SE CONVIRTIÓ EN NUESTRA ETERNA Y
VERDADERA RESTITUCIÓN”
PROMESA
BÍBLICA DEL MES.
“Recibirán
cien veces más de lo dejado en esta vida y la Vida Eterna.” Marcos 10, 29-30
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Buen
Dios, en este nuevo día, que tu nos regalas, queremos desde el amanecer
ofrecerte un pensamiento, sentimiento y palabra de gratitud alabanza y
adoración. Te entregamos todo momento difícil, que estemos atravesando, toda
adversidad, pérdida y equivocación. Te suplicamos, nos perdones por los muchos
errores cometidos; regálanos una experiencia de tu amor misericordioso. Te
pedimos misericordia y perdón por el daño causado a los demás y al planeta, que
tú nos has prestado para amar, cuidar, proteger y suplirnos. Restituye esta
tierra, nuestra vida y familia, y recompensa todo lo que nos ha sido robado.
Ayúdanos a recuperar la memoria y la conciencia de misericordia, justicia y
solidaridad, para que haya un equilibrio sano entre tus criaturas y todo lo creado.
Queremos
en este día, caminar de tu mano y seguir tus pasos y huellas, haciendo de este
día un seguir construyendo esa nueva cultura y civilización del amor a la cual
tú nos llamas e invitas. Te amamos Padre Dios, Creador, Liberador y Consolador
nuestro, luz del mundo y especialmente de nuestra vida. Amén.
ORACIÓN
AL FINALIZAR EL DÍA
Buen
Jesús, a esta hora queremos recogernos ante tu presencia en medio de la noche,
para darte gracias, alabarte y bendecirte por todo lo vivido durante esta
jornada, experimentamos hoy tu amor, en tantas circunstancias, como el alimento
material, el de tu Palabra, a través de la vocación y el trabajo físico que tu
nos has regalado, ahí hemos experimentado como la fuerza de tu amor nos motiva
y le encontramos sentido a todo lo que hoy realizamos. Todo lo vivido hoy sabemos
es gracias a tu acción, que en desborde generoso de tu amor recompensas y
restituyes a tus hijos e hijas, dándonos la oportunidad de levantarnos,
corregir nuestros errores y comenzar un tiempo nuevo.
Según
tus promesas de amor, vamos al descanso en esta noche seguros de que tu acción
como segador, sembrador y cosechador de nuestro ser eres tú, aún de
aquellos corazones y vidas que no te
reconocen, y que no han logrado una amistad y comunión contigo. Gracias por
este sanador, restaurador y liberador sueño que me espera en ti. Amén
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