jueves, 1 de octubre de 2015

OCTUBRE 2015

APLICANDO LA LLAVE DE LA RESTITUCIÓN

El libro del profeta Joel, en el capítulo 2 increpa cuestionando al pueblo y hoy a nosotros: ¿Cuántos años has perdido a causa de la langosta que se ha comido tu cosecha? ¿Acaso los errores cometidos en el pasado, los egoísmos, las malas decisiones y ambiciones personales nos han robado el gozo, la paz, la felicidad y productividad?.
Tal vez hoy como el pueblo de Israel ante las palabras del profeta nos sintamos un poco desanimados al pensar en el tiempo que parece haberse perdido y que pareciera que nunca se volviera a ganar. Si es así, si ves que en alguna área de tu vida descubres pérdidas, frustraciones, tomemos las palabras que Dios trajo con el profeta como motivación pero como una práctica real para vivir: “Aunque hayan sido desobedientes por lo que tuve que reprenderles y disciplinarlos con la plaga de la langostas (Pruebas y adversidades) aún hay esperanza para ustedes mi pueblo. El Señor que es compasivo y misericordioso, lento a la ira y abundante en misericordia y bondad nos dice, les recompensaré y les restituiré todo lo perdido (Joel 2,25).”
Para aplicar esta llave de la restitución quisiera que tuviéramos en cuenta tres tareas o compromisos a realizar para poderlas vivir:
1.      Reconocer que nos hemos equivocado (Reconciliarnos): Si reconocemos la equivocación del pasado, el Buen Dios estará presto para escucharnos, perdonarnos y bendecirnos (Restituirnos); redimir o restaurar nuestro pasado y llenar de bendición nuestro presente y nuestro futuro de una vida de esperanza, sueños y realizaciones.
2.      Corregir los errores. Para recibir restitución yo tengo que enmendar los daños causados, pagar las deudas; para recibir restitución tengo que dar restitución a los demás.
3.      Apartarme o alejarme de toda situación, persona o tentación que me quiera volver a esclavizar en la deuda y el error. Jesús el Señor quiere y puede sacar cosas buenas del tiempo perdido de las oportunidades desperdiciadas de los sufrimientos y frustraciones. Él lo hace como Buen Pastor, Maestro de Misericordia enseñándonos a entender las debilidades que tenemos  y a corregir y levantarnos de los errores cometidos para vivir en restitución.
 Aunque los días y quizás los años anteriores puedan haber sido arruinados, desperdiciados o frustrados, ánimo, levántate en el nombre del Señor.  No tengas miedo, Dios está deseoso y ansioso de restaurarnos, recompensarnos y restituirnos. Y de hacer un nuevo hoy, un árbol nuevo de nuestra vida que de fruto abundante. A partir de este nuevo mes, que sigamos trabajando, luchando, pero que disfrutemos del fruto de nuestro trabajo como signo de la restitución. Lo que hemos aprendido de los errores del pasado, ahora puede ser toda una escuela de aprendizaje para compartir con otros,   que están atravesando la misma situación. De tal manera la restitución se convierte en un servicio o apostolado, de entrega generosa a los demás.
Oro por ti, los tuyos, tus proyectos para este nuevo mes. Pido al Señor que tú también lo hagas, haciendo una declaratoria de fe, para que este nuevo mes el dueño de la vida nos llene de su bendición, recompensa y restitución. Amén.       
Roberto Zamudio    


DÉCIMA LLAVE DE BENDICIÓN: LA RESTITUCIÓN

Abordaremos en este mes una enseñanza que en el nombre del Señor Jesús se que traerá grandes bendiciones a todos los que presten un  oído  atento a esta llave que la llamaremos RESTITUCIÓN. 
El apóstol Pedro interpela a Jesús, sobre esta llave: “Nosotros, lo hemos dejado todo por seguirte, ¿Qué sacaremos de todo esto?”; y en seguida Jesús le responde a Pedro y en él a todos los discípulos(as) del ayer, hoy y siempre: “Les aseguro que todo el que por mí y la causa del evangelio haya dejado casa, hermanos, madre, padre, hijos y terrenos, recibirá en esta vida cien veces más de lo dejado y en la edad venidera, la Vida Eterna.” (Marcos 10,28-31).
Restituir es devolver, recompensar, restaurar o reivindicar. Eso es exactamente lo que Jesús hace caer en cuenta al apóstol Pedro en el pasaje que hemos citado: Nadie que lo deje todo e invierta en Jesús y su proyecto de vida se quedará sin recibir cien veces más como restitución. Si Dios restituye al ciento por uno y si las matemáticas no fallan, significa que paga un interés del 10.000%.  No hay entidad financiera que otorgue ese beneficio en ninguna parte del mundo. Por supuesto la restitución es gratuita; pero también pensemos que para que me devuelvan, restituyan, restauren  o reivindiquen algo, tengo que haberlo perdido, es necesario que se me haya envejecido o dañado o se me haya desconocido u omitido.
Profundicemos un poco más este tema de la restitución tratando de mirar algunas etapas o niveles de ella misma:
1.      DESPOJO Y RESTITUCIÓN: Pedro el apóstol tiene derecho para reclamarle a Jesús, posee autoridad moral para hacer su pregunta: “¿Qué sacaremos nosotros con seguirte?”. Recordemos que Pedro junto con su hermano Andrés y con Santiago y Juan conformaban una microempresa de pesca en el lago de Galilea; allí mismo en su trabajo y entorno, Jesús se presenta ante ellos y les hace una propuesta: “Vengan, coman y síganme”. Pedro y los otros sin vacilar lo dejaron todo y se marcharon tras el Nazareno; por eso Pedro dice ahora: “Bueno, Jesús tu predicas muy lindo, pero yo deje todo por ti, ¿Qué es lo que voy a recibir a cambio? La respuesta de Jesús no admite interpretación, es directa y explícita: “Recibirán recompensa o restitución, cien veces más”. La promesa no es para unas pocas personas, no se trata de algo selectivo,  sino más bien colectivo, es para todos. Repito, ninguno que se haya despojado y haya  invertido su vida en Jesús se quedará sin restitución o recompensa. Donde dice terrenos hay que entender riquezas en general, pues toda clase de tesoros estaban representados en la tierra que era la gran posesión de ese tiempo y sigue siéndolo hoy, de tal manera que la restitución que ofrece Jesús es práctica es palpable, es decir es algo real.
2.      RESTITUCION TEMPORAL Y ETERNA: Es fácil entender los dos niveles de restitución marcados por Jesús: el primero nos habla de una restitución temporal, es decir ahora, en este tiempo, aquí en la tierra. Una restitución al 100% en nuestro paso aquí, por este planeta, algo para disfrutar en nuestra vida actual. En cambio el segundo nivel o promesa ofrece una restitución o recompensa eterna, interminable: en la edad o tiempo venidero, la Vida Eterna.  Quizás como en el pasado se perciben dos corrientes igualmente erróneas en el evangelio.  Como decían unas abuelas, hay gente que siempre le andan buscando patas al gato. Y algunos creen se las han encontrado. La primera corriente nos dice que la vida terrenal no es importante para Dios, que Jesús nos da las cosas espirituales pero no las materiales, que su función al hacerse hombre se ha limitado a entregarnos la vida eterna después de que muramos. Eso es una mala  interpretación y distorsión  de la Palabra de Dios. La segunda corriente que hoy se busca y se anuncia tanto, es un manual de “Exitología”, triunfalismo, pare de sufrir, de actitud mental positiva y cosas así por el estilo (Nueva era), una búsqueda de Dios facilista y triunfalista, solo para el momento y aquí en la tierra, pero nunca para trascender, nunca pensando en la otra y Eterna Vida, es decir la del cielo. Una distorsión aún peor que la anterior. Pero ¿qué dice Jesús? En el pasaje leído anteriormente el coloca el hacha en la raíz, el verdadero sentido de una balanza, es decir el equilibrio perfecto: Hay una restitución eterna en el cielo, pero hay restitución temporal aquí en la tierra, en este tiempo. Sin sombra de confusiones en la perspectiva bíblica la restitución es terrenal y celestial.
3.      EJEMPLOS BÍBLICOS DE RESTITUCIÓN: 
-          Ismael  el Beduino: La historia es bien conocida. En vista de que Sara no podía tener hijos, ella y Abraham convienen en que el patriarca se acueste con la esclava Agar. El viejo Abraham ni corto ni perezoso hace su trabajo y como resultado nace Ismael. Pasado el tiempo la promesa de Dios se cumple y nace Isaac (Génesis 21, 9-13). Más adelante Ismael y su madre son exiliados y perseguidos por Sara y los de su misma tribu. Pero allí más adelante viene la restitución ofrecida por Dios a Ismael y su madre.  Ellos en realidad no se despojan, al contrario son despojados por viva fuerza, pero Dios es justo, misericordioso  y equitativo (Génesis 26, 8-9). Aquel que fue despojado de su padre y de su hermano por celos de Sara, recibe una completa restitución personal y “familiar”, es decir todos los descendientes de Ismael, que es  la raza o cultura conocida como árabe, ha recibió una gran recompensa de Dios que ha traído bendición no solamente a su cultura sino a la raza humana. Los ismaelitas o árabes han aportado inventos de importancia como el alcohol, el álgebra, los números arábigos, el alfiler, el alambre, el alcantarillado; una literatura excelente que bastaría con mencionar las mil y una noches; una arquitectura formidable, de la cual quedan vestigios en países como España. Como restitución de Dios los Ismaelitas o árabes miles de años después del despojo al que fueron sometidos en el desierto, son los dueños del petróleo y sus riquezas no tienen comparación. Los árabes hacen presencia en todo el mundo, y  es fácil observarlos como gente de éxito.
-          Raquel la estéril: Recordemos un poco la historia, Jacob ha tenido que salir de Canaán porque su hermano Esaú lo busca para matarlo por haberle robado la primogenitura (Génesis 29,31). Jacob exiliado de su tierra tiene que ser sometido al trabajo, la ley  y las trampas de su tío-suegro, que tiene varias hijas, pero que lo obliga a casarse primero con la más fea ( Lea) y no con la que a Jacob le gustó y empezó a amar (Raquel) . Jacob lucha durante 14 años de trabajo arduo por una mujer que resultó al final ser de vientre estéril (Génesis 29, 32-35). Pero Dios es justicia y equidad, y tiene una recompensa o restitución para Jacob y Raquel (Génesis 30, 22-24).  La gran restitución es José que quiere decir prosperador o multiplicador.
-          Otro ejemplo de restitución es José: Thomas Mann escritor alemán el único que ha ganado dos veces el premio Nobel de Literatura, escribió una de sus obras más importantes: José y sus hermanos” y fue él quien dijo que es la más bella historia que la humanidad conoce. El fruto de la restitución de Raquel fue José, que fue despojado por sus propios hermanos y vendido como esclavo precisamente a los ismaelitas. En Egipto fue a parar a la cárcel por negarse al acoso sexual de la mujer de su patrón. Y como sabía interpretar sueños proféticamente terminó ante el faraón ejerciendo este extraño oficio ( Génesis 41,38-44). Podríamos decir que quizás esta es la campeona de las restituciones: Un esclavo preso convertido en el gobernante más poderoso de la tierra. José también recibe una gran recompensa o restitución sentimental; una hermosa mujer a quien amar. (Génesis 41, 46-49). José también recibe restitución de Dios no solo personal, sino una gran cantidad de restitución a nivel familiar. (Génesis 41, 50-51)
-          Otro ejemplo de restitución es Job el desechado: Este antiquísimo libro de Job, contiene quizás el más bello poema del dolor humano. (Job 1,1). Destacamos las cualidades personales de Job: varón piadoso y perfecto, recto, temeroso de Dios  y apartado del mal (Job 1,2-3). Pero también nos tiene que quedar claro, que Job era un potentado, un hombre de alta clase social en su patria. (Job 1,4-5): Pero un hombre rico y santo, ¿Cuál es el problema que se presenta en la vida de Job? (Job 1,6-22). Después de esta narración de tantas calamidades que le llegan a Job, la gran clave es: Cuando viene la prueba, maldecir , quejarse e increpar a Dios es la actitud más incorrecta que se puede tomar; la mejor es guardar silencio, tener paciencia, creer y esperar la restitución divina.(Job 42,10-17). En torno a Job la gran lección que debemos aprender como una gran verdad y principio bíblico es esta: “ Dios restituye lo que Satanás roba”
-          Zaqueo: Para nadie es un secreto que a Jesús le gustan las malas compañías, es el caso del recaudador de impuestos, servidor de la Dian de esa época, Zaqueo. (Lucas 19,1-7). Los publicanos eran los recaudadores de impuestos que desangraban  a su propia gente quitándoles el dinero, con impuestos exagerados, que los serruchaban con los funcionarios de Roma. Eran desalmados y apátridas, por eso la gente los detestaba tanto. Pero un día Jesús viene a su casa le toca el corazón  y la mente, y Zaqueo entiende exactamente el principio de la restitución: la mitad de sus riquezas serán ahora para los pobres, si comprueba que ha defraudado a una persona le devolverá el dinero cuadruplicado. Así como era astuto para los negocios, lo es ahora para las leyes espirituales. La llave verdadera de la restitución consiste en que yo mismo debo restituir. Debo restituir amor, dinero, fama, honra, cualquier cosa que le haya quitado al prójimo, si no restituyo yo, no seré restituido. (Lucas 19, 8-10). El corazón del evangelio o mensaje de Jesús que es el Sermón del Monte o las Bienaventuranzas que es la Constitución Nacional del Reino de Dios nos habla de restitución. Jesús advirtió: si traes tu ofrenda ante el altar de Dios y te acuerdas que tienes un problema con tu hermano, deja tu ofrenda y ve primero y restituye a tu hermano y luego ve a presentar tu ofrenda.  Si yo restituyo recibiré restitución. Pero impacta sobre todo lo que afirma el Señor Jesús sobre Zaqueo: “hoy ha llegado la salvación a esta casa”. La salvación es la mayor restitución que Jesús nos da.
-          Pablo prisionero: Saulo de Tarso como se le conocía en el mundo judío, hombre notable y de buena fama, conocedor y cumplidor fiel de la ley. Que un día en su encuentro personal con Jesús en el camino a Damasco, decide despojarse de su orgullo, soberbia e intelectualidad, para asumir el amor misericordioso de Dios, y que como premio recibe la recompensa o restitución de ser verdaderamente libre, y encontrarle el verdadero sentido a la vida (Hechos 16, 35-39).
La restitución o recompensa que el Señor dio a Pedro, Pablo y todos estos personajes bíblicos, hoy también es para ti y para mí. El que dialogó hace más de dos mil años con los apóstoles, el que exhortó al joven rico a que entendiera la ley del despojo, generosidad y de la restitución, es aquel que se hizo hombre y vino a todos nosotros, porque estábamos  destituidos de la presencia del Dios Eterno, y Él al despojarse en la cruz de todo por amor a nosotros, se convirtió en nuestra verdadera y eterna restitución. 
Reflexionando en torno a este tema: ¿Has perdido algo en tu vida?____________
¿Dios te ha restituido en alguna área?____________________________________
¿Has restituido a las personas que le has afectado?_________________________
Citas Bíblicas
Despojo y restitución: Marcos 10, 28-31
Ismael: Génesis 21, 9-13
Raquel: Génesis 30, 22-24
José: Génesis 41, 38-42
Job: Job 42 10-17
Zaqueo: Lucas 19 8-10
Pablo: Hechos 16,37

“JESÚS, AL DESPOJARSE DEL TODO POR AMOR A NOSOTROS, SE CONVIRTIÓ EN NUESTRA ETERNA Y VERDADERA RESTITUCIÓN”
                                             
PROMESA BÍBLICA DEL MES.
“Recibirán cien veces más de lo dejado en esta vida y la Vida Eterna.” Marcos 10, 29-30


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Buen Dios, en este nuevo día, que tu nos regalas, queremos desde el amanecer ofrecerte un pensamiento, sentimiento y palabra de gratitud alabanza y adoración. Te entregamos todo momento difícil, que estemos atravesando, toda adversidad, pérdida y equivocación. Te suplicamos, nos perdones por los muchos errores cometidos; regálanos una experiencia de tu amor misericordioso. Te pedimos misericordia y perdón por el daño causado a los demás y al planeta, que tú nos has prestado para amar, cuidar, proteger y suplirnos. Restituye esta tierra, nuestra vida y familia, y recompensa todo lo que nos ha sido robado. Ayúdanos a recuperar la memoria y la conciencia de misericordia, justicia y solidaridad, para que haya un equilibrio sano entre tus criaturas  y todo lo creado.
Queremos en este día, caminar de tu mano y seguir tus pasos y huellas, haciendo de este día un seguir construyendo esa nueva cultura y civilización del amor a la cual tú nos llamas e invitas. Te amamos Padre Dios, Creador, Liberador y Consolador nuestro, luz del mundo y especialmente de nuestra vida.  Amén.

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Buen Jesús, a esta hora queremos recogernos ante tu presencia en medio de la noche, para darte gracias, alabarte y bendecirte por todo lo vivido durante esta jornada, experimentamos hoy tu amor, en tantas circunstancias, como el alimento material, el de tu Palabra, a través de la vocación y el trabajo físico que tu nos has regalado, ahí hemos experimentado como la fuerza de tu amor nos motiva y le encontramos sentido a todo lo que hoy realizamos. Todo lo vivido hoy sabemos es gracias a tu acción, que en desborde generoso de tu amor recompensas y restituyes a tus hijos e hijas, dándonos la oportunidad de levantarnos, corregir nuestros errores y comenzar un tiempo nuevo.

Según tus promesas de amor, vamos al descanso en esta noche seguros de que tu acción como segador, sembrador y cosechador de nuestro ser eres tú, aún de aquellos  corazones y vidas que no te reconocen, y que no han logrado una amistad y comunión contigo. Gracias por este sanador, restaurador y liberador sueño que me espera en ti.   Amén    

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