jueves, 1 de octubre de 2015

Miércoles 21 de Octubre de 2015


“LLAMADOS(AS) A ASUMIR LA PROPIA RESPONSABILIDAD”

PRIMERA LECTURA
ROMANOS 6,12-18

“Ofrezcan a Dios como hombres que han vuelto de la muerte a la vida”

Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. Por lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él. Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.
Comparación con la esclavitud
¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sujetos a la ley sino a la bondad de Dios? ¡Claro que no! Ustedes saben muy bien que si se entregan como esclavos a un amo para obedecerlo, entonces son esclavos de ese amo a quien obedecen. Y esto es así, tanto si obedecen al pecado, lo cual lleva a la muerte, como si obedecen a Dios para vivir en la justicia. Pero gracias a Dios que ustedes, que antes eran esclavos del pecado, ya han obedecido de corazón a la forma de enseñanza que han recibido. Una vez libres de la esclavitud del pecado, ustedes han entrado al servicio de la justicia. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo se reservó para sí mismo, al suscribir sus Cartas el título de: "esclavo" de Cristo. Ese modo de hablar no es, en realidad, sino la expresión lógica de la proclamación de Cristo como "Señor". Es pobre y vacío hablar de señorío de quien no se comporte con humildad, de quien de veras no se proclame su siervo.

Ser "esclavo" de Cristo es reconocer su autoridad sobre todo lo que tenemos: sobre nuestros pensamientos, que desde ya miran el universo como lugar de su imperio de gracia y amor. Sobre nuestros afectos, que en él encuentran su centro y su lugar de paz, así como su cauce verdadero en servicio de los hermanos. También sobre nuestra historia, es decir: sobre nuestro pasado, que queda en poder de su misericordia; sobre nuestro presente, que queda en manos de su sabiduría; sobre nuestro futuro, que queda al amparo de su providencia.


SALMO RESPONSORIAL: 123
R. /  Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito sea el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes. R.

Hemos salvado la vida, como el pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Después de superar un grave peligro para todo el pueblo, el salmista reconoce que deben la salvación a la ayuda del Señor. Nosotros debemos proclamar con el salmista que “nuestro auxilio está en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.  

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 12, 39-48

“Al que mucho se le da, mucho se le exigirá”

Y sepan ustedes esto: que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen."
Pedro le preguntó: --Señor, ¿dijiste esta parábola solamente para nosotros, o para todos?
Dijo el Señor: "¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. De veras les digo que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes. Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en llegar, comienza a maltratar a los otros criados y a las criadas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los infieles.
"El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni lo obedece, será castigado con muchos golpes. Pero el criado que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús nos previene: el día de la salvación llega como un ladrón en la noche,  en el momento más inesperado. Con vigilantes cuidamos nuestra propiedad, porque los ladrones esperan el menor descuido o el más débil titubeo. ¿Queremos vivir nuestra vida cristiana al monótono ritmo semanal, o en el ajetreo incansable del camino hacia el reino? El día de nuestra salvación no llega porque nosotros lo esperemos, sino porque Dios quiere liberar a su pueblo de la vergüenza y la explotación. El evangelio nos invita a vivir alertas a los signos del reino, para estar a la altura de los tiempos y retribuir con agradecimiento oportuno el enorme bien que hemos recibido. El Señor nos ha confiado su Palabra, y ese tesoro es tan valioso como para que lo compartamos y repartamos incansablemente, porque cuanto más damos, más conservamos; y cuanto más conservamos, más podemos repartir. Que no nos falte el ímpetu de quien defiende su propiedad al defender la causa de Jesús; porque ése el único bien y la única razón de vivir para un cristiano auténtico.

ORACIÓN
Gracias, Señor Jesús, porque hemos sido, purificados y libertados por el pecado por el bautismo. Gracias por regalarnos talentos y dones para enriquecer y edificar nuestra  vida poniéndolos al servicio de los demás. Ayúdanos a serte fiel con esos dones, a ser buenos administradores, diligentes y responsables, que en Ti nuestras fuerzas sean renovadas cada día, para seguir haciendo tu voluntad, trabajando por tu Reino, que en tu bendición podamos levantarnos y en la noche acostarnos satisfechos por el trabajo realizado, y entregarte a Ti  más de lo que nos confiaste. Amén


“Seguidores(as) de Jesucristo, son los(as) encargados(as) de  cumplir con una misión delicada: guiar, enseñar y santificar desde su opción de vida”

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