“LA FE NO ES CREER EN APARICIONES
O SEÑALES EXTRAÑAS”
PRIMERA LECTURA
ROMANOS 1,1-7
“Por Cristo hemos recibido este don y esta misión”
Los saluda Pablo, siervo de Cristo Jesús llamado
por él para ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios. Por
medio de sus profetas, Dios ya lo había prometido en las santas Escrituras. Es
el mensaje que trata de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, quien nació, como
hombre, de la descendencia de David, pero a partir de su resurrección fue
constituido Hijo de Dios con plenos poderes, como espíritu santificador.
Por medio de Jesucristo recibí el privilegio de ser
apóstol, puesto a su servicio, para que en todas las naciones haya quienes
crean en él y le obedezcan. Entre ellos están también ustedes, que viven en
Roma. Dios los ama, y los ha llamado a ser de Jesucristo y a formar parte del
pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y
su paz sobre ustedes. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La Carta a los Romanos es, por muchos aspectos, la
Carta Magna del cristianismo naciente, es la más extensa de todas las del NT,
es también la exposición más amplia del mensaje cristiano que tenemos en los
escritos del apóstol Pablo.
Pablo, que había recorrido buena parte de las
provincias orientales del Imperio Romano predicando el evangelio, tenía
intenciones de llegar también hasta las regiones occidentales del mismo (Ro
15,22–24.28). Este proyectado viaje incluía su paso por Roma, la capital del
Imperio, para continuar después a España.
En la perspectiva de este viaje y para presentarse
a una comunidad que él no había fundado, les escribe una carta, en la que
expone algunos de los temas centrales de la fe y la vida cristiana, sentía que
su responsabilidad se extendía también a la comunidad de Roma, compuesta en su
mayoría por cristianos procedentes del paganismo.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / El Señor da a conocer su victoria.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Canto de aclamación a la realeza de Dios, Señor del
universo y de la historia. La benevolencia y la justicia con que el Señor
gobierna a su Pueblo se manifiesta, de manera arquetípica, en las figuras de
Moisés, Aarón y Samuel: ellos son, a un mismo tiempo, los mediadores de la
Revelación divina y un ejemplo constante para los fieles (vs. 6-8). La triple
aclamación al Dios “santo” (vs. 3, 5, 9) recuerda el canto de los Serafines de
Is. 6. 3, y es un indicio del carácter marcadamente litúrgico del Salmo.
El despliegue del poder salvador de Dios
llega a su punto culminante en la encarnación
de su hijo y en la victoria de este sobre la muerte y el pecado.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 11,29-32
“A esta generación no se le dará más signo que el
signo de Jonás”
La multitud seguía juntándose alrededor de Jesús, y
él comenzó a decirles: "La gente de este tiempo es malvada; pide una señal
milagrosa, pero no va a dársele más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás
fue una señal para la gente de Nínive, también el Hijo del hombre será una
señal para la gente de este tiempo. En el día del juicio, cuando se juzgue a la
gente de este tiempo, la reina del Sur se levantará y la condenará; porque ella
vino de lo más lejano de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y lo
que hay aquí es mayor que Salomón. También los de Nínive se levantarán en el
día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, y la condenarán;
porque los de Nínive se volvieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás, y
lo que hay aquí es mayor que Jonás. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
La gente reclama una señal extraordinaria. Esa ha
sido la lógica de todos los pueblos, en todos los tiempos: pedir señales
extraordinarias para creerle a Dios. Jesús siente tristeza, y al mismo tiempo
rabia, por esa actitud tan infantil del pueblo. Los judíos no aceptan que han
estado rodeados de falsos mesías que los han incitado a las armas en nombre de
Dios. Ahora reclaman una señal del cielo; pero Jesús responde con algo
imprevisto e inimaginable. No habrá una señal irrebatible y poderosa por parte
de Dios. El Padre de Jesús no funciona de esa manera ni entra en esa lógica.
Dios no es el “Dios máquina” que interviene en la historia de los hombres
imponiendo su poder aterrador. Dios no se mueve en la lógica infantil de los
creyentes que necesitan señales o avisos sobrenaturales para actuar con
radicalidad. La señal que recibirán no es la de un Dios “Todo-Poderoso” que se
impone, sino la de un “Dios-Misericordioso” que se expone hasta la muerte en
cruz. La gran señal de Dios es el Fracaso del Hijo del Hombre, su muerte, en
manos de los poderosos, explotadores y detentadores de poder que se ensañaron
contra la humanidad. Pero al tercer día resucitará.
ORACIÓN
Elevamos nuestra oración de gratitud y alabanza a ti Buen
Dios. Tú eres nuestro Padre, Pastor y Amigo, vida, verdad y camino. Todo lo que
somos viene de Ti y hoy lo colocamos en tus manos. Gracias porque nos salvaste,
rescatándonos de nuestras esclavitudes, gracias por hacernos tus hijos,
herederos de tus promesas, por la sangre
derramada en la cruz, por dar la vida
por nosotros, gracias por vencer la muerte, gracias por tú Hijo Jesús que le ha
dado sentido a nuestras vidas. Amén
“Jesús es el único signo de liberación, por eso ya
no hay necesidad de revelaciones extraordinarias”
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