INTRODUCCIÓN
“ENFRENTANDO Y
SOLUCIONANDO LAS DIFICULTADES”
En
algún momento de la vida, todos, hemos sentido que hemos fracasado y que todo
está perdido; nos sentimos sin fuerzas, pensamos que no tenemos ninguna
oportunidad para salir adelante. Seguro que no falta el llamado “amigo” que con
una falsa cara de dolor, nos diga que lo siente mucho pero que no lo intentemos
de nuevo, que ya no hay nada que hacer.
En
este el mes donde celebramos recordando el dolor de la partida de un ser amado
nos enfrentamos ante esas situaciones de duelo por lo general con dos
posibilidades bien claras y definidas:
a.
Nos damos por vencidos y entregamos todas nuestras “armas” pensando y
declarando que nada hay que hacer. Esta es una posibilidad que muchos asumen,
declarándose bendecidos antes de salir y dar la pelea. Esa opción nos deja
amargados, tristes y con sentimiento de fracaso y derrota. Es una decisión que
nos deja inquietos en lo más profundo de nuestro ser, con la pregunta de qué
hubiera pasado si hubiéramos intentado un último esfuerzo. No es extraño este
tipo de actitudes en una sociedad que predica el facilismo, la magia, y teorías
que invitan a alcanzar el éxito y el triunfo con el esfuerzo mínimo.
b.
Dar la batalla con todas las fuerzas y luchar con la seguridad de que todo se
puede revertir y toda adversidad se puede vencer. Para ello hay que prepararse,
elegir la mejor estrategia y buscar la vida espiritual que es la que nos va a
generar sabiduría y nuevas fuerzas para seguir luchando. Hoy en día nuestra sociedad
super ocupada adolece de cierto estado
de ansiedad y vacío profundo del cual no puede salir, cada vez aumenta más esa
sensación de inconformidad e insatisfacción. El futuro sigue asustando a muchas
vidas. Al ver como acaban la mayoría de los matrimonios que conozco me da temor
de que me vaya a suceder lo mismo. El futuro asusta de muchas maneras. Al
escuchar la conducta de los jóvenes, sobrinos, hijos, etc., no dejamos de
pensar: “que al bebe que hoy acaba de nacer no le vaya a suceder lo mismo”. El presente
y el futuro no crean solamente inseguridad sino que asustan. Las economías de
nuestras debilitadas democracias son tan fluctuantes e injustas que los
ahorritos de toda la vida pueden verse devaluados o perdidos de un día para
otro; los impuestos tan exagerados e injustos van robando la oportunidad de
realizarse en el presente. Por eso cada vez hoy hay, más vidas o personas con
tantas enfermedades emocionales, miedos, trastornos bipolares, tristeza,
depresión y aumento de los suicidios; y entonces ¿Quién podrá ayudarnos?. La
Biblia provee consejos prácticos y terapéuticos para enfrentar estos males
endémicos de la ansiedad, preocupación y depresión en las dificultades:
1.
Filipenses 4,6-7: En primer lugar
debemos buscar y depender de la ayuda de Dios, vida espiritual, en oración,
alimento en la palabra y vida comunitaria.
2.
2 Corintios 10,5: En segundo lugar debemos someter los pensamientos a Dios,
pedir que Él los controle y no que los pensamientos nos dominen a nosotros.
Concentrarnos en la realidad hoy, y no
en lo que podría suceder mañana.
3.
Santiago 1,2-4: Aceptar y reconocer las
preocupaciones como reales y entregárselas a Dios.
4.
Mateo 14, 16-33 : Concentrarnos en la solución y no en el problema, no mirar
las tormentas sino al creador de las tormentas.
5.
1 Juan 5,14-15: Pensar en las soluciones en forma específica. Confeccionar una
lista de posibles salidas al problema y pedirle a Dios que nos guie en cuál es
la mejor. Trabajar activamente en la solución escogida, no quedarse llorando por
lo que puede llegar a suceder; no abrir el paraguas antes de llover.
6.
Romanos 8,28 : Aceptar lo que no pueda cambiarse, entender esto,
definitivamente van a existir cosas en
la vida que ni la vida, ni Dios me las van a cambiar, la invitación a saber, entender y no ser obstinados.
7.
Mateo 6,33: Nunca cambiar los valores, ni prioridades. Jesús lo dijo
finalizando su gran discurso sobre las preocupaciones. Prioridades, es lo que
primero que se afecta cuando estamos ansiosos. Detengámonos a mirar las
necesidades de los demás.
“LA
ANSIEDAD ANTE LAS DIFICULTADES ES INTENTAR SOPORTAR EL PESO DEL FUTURO, CON LA
DOSIS DE ENERGÍA QUE TENGO PARA EL PRESENTE”
Oro
por ti, los tuyos y tu comunidad. Declaro abundantes bendiciones del Señor en
este nuevo mes.
Roberto
Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL
MES:
“Aunque estemos llenos de problemas, no
estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero en el Señor no nos
desesperamos”
2
CORINTIOS 4,8
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Padre
misericordioso, aquí estamos una vez más iniciando este día, dándote gracias,
alabándote y bendiciéndote; entregándote todo nuestro ser, disponiéndonos a
recibir de ti todas esas ricas bendiciones que tienes para nosotros. Tú Señor, nos
regalas un día más para amarte, conocerte y servirte más. Al abrir los ojos y
sabernos vivos también recordamos las dificultades y preocupaciones que tenemos
en este momento, los diferentes problemas de la convivencia en la vida,
familia, dificultades en el trabajo diario, y todo aquello que genera temor. Te
pedimos Buen Señor, tú que eres amor y paz, que nos des tu bendición y nos
ayudes a superarlos, queremos que en este instante llenes nuestra mente y
corazón de la fuerza, sabiduría y serenidad de tu Espíritu, para poder
enfrentarlos, solucionarlos y vencerlos. Te entregamos este día, Dios Padre de
amor, para que te glorifiques en nuestra vida y nos permitas crecer en tu fe. Aún desde
las dificultades, capacítanos en tu bendición y úsanos para animar, consolar y
bendecir a otros que quizás están como nosotros o tienen más dificultades. Queremos vivir este
día con intensidad, gozarlo desde nuestros problemas; esperamos que al regresar
a casa podamos contarte todo lo bueno que en ti y contigo hemos vivido. Salimos
en tu Bendito y poderoso nombre a conquistar en ti la felicidad. Amén.
ORACIÓN
AL FINALIZAR EL DÍA
Amado
Señor, aquí estamos después de haber recorrido todo este día, después de nuestras
entradas y salidas de hoy, aquí de nuevo después de los momentos de alegría, de
risas, pero también de dolor y tristeza. Buen Señor quiero darte gracias,
alabarte y bendecirte, por todo el camino recorrido en bendición hoy. A esta
hora buscamos reposo en tu presencia, porque queremos renovar nuestros pensamientos,
sentimientos y fuerzas, sentir que las heridas son sanadas por tu amor, y todo
lo podemos hacer y experimentar solamente en Ti; estamos aquí Señor y te solicitamos que a esta hora
derrames la fuerza de tu amor, es decir de tu Espíritu sanador sobre todo nuestro
ser; restáuranos a través del sueño, del
descanso. Queremos sabernos amados(as) y sanados(as), por ti Buen Señor. En
este momento y a través del descanso, queremos hacernos fuerza intercesora para
pedirte por todos los que a esta hora están sufriendo grandemente: los que no
pueden conciliar el sueño, los enfermos, los agonizantes, los que en esta noche
están trabajando, los sin trabajo, los que tienen deudas, todos los cautivos y
los oprimidos; por favor Señor que el nuevo día, les traiga tu luz de bendición
a sus vidas. Gracias por estar aquí con nosotros (as) y en tu nombre y con tu
protección nos vamos al reposo. Amén.