lunes, 1 de julio de 2013

Lunes 15 de Julio de 2013


     “LA COMUNIDAD CRISTIANA NO ESTÁ EXENTA DE CONFLICTOS”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 1,8-14.22

“Vamos a vencer con astucia a Israel, porque está siendo más numeroso y fuerte que nosotros”

En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: "Mirad, el pueblo de Israel está siendo más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y después se marchará de nuestra tierra."

Así, pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más. Hartos de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles. Entonces el Faraón ordenó a toda su gente: "Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Desde hoy, y durante casi tres semanas, haremos lectura del libro del Éxodo, fundamental para entender la historia de la liberación de Israel. Han pasado más de cuatrocientos años desde la historia de José y va a empezar la historia de otro gran personaje escogido por Dios para sacar a su pueblo de la esclavitud y conducirlo a la libertad y a la tierra prometida: Moisés.

El faraón de turno ya no recuerda el invaluable servicio que José presto al imperio en el pasado y, siguiendo sus tendencias egoístas cegado por su sed de poder, se propone reducir a los israelitas por medio de fuertes trabaos. Aún más, no satisfecho con eso, toma una terrible decisión: manda matar a todos los niños varones hebreos recién nacidos.
Los imperios tienen siempre un enemigo declarado, y esta vez son los niños. Los niños son la fuerza de la vida nueva; son el mensaje que saluda al presente desde el futuro. El mundo que pisamos es más de ellos que nuestro, y por eso su sola presencia nos recuerda que nunca seremos dueños de nada.

El Faraón rechaza, por supuesto, esa idea; sufre con horror la idea de que su imperio cambie la forma que él conoce, que él ha establecido, lo hace por su ambición de poder, de dinero. Quisiera que su voluntad se volviera eterna y que ninguna fuerza nueva cambiara sus planes. Su solución: que los niños mueran. Es la "solución" que repiten muchos faraones e imperios de nuestro tiempo, realidades que se repiten hoy. Pero ante las cuales Dios no permanece indiferente y cuenta con nosotros para que, animados por su Espíritu luchemos contra toda forma de injusticia y maldad.

SALMO RESPONSORIAL: 123
R. / Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes. R.

Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 10,34-11,1

“No he venido a sembrar paz, sino espadas”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro."

Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El relato del evangelio comienza con una sentencia que contrapone la paz y la espada; una afirmación bastante problemática a la hora de interpretar el texto. Sin embargo, si se mira a fondo, se trata de la formulación de un conflicto por parte de Jesús ante la forma como algunos sectores de la sociedad rechazan la propuesta del Reino. Los enemigos no están lejos; pueden ser gente del mismo pueblo, que ha dejado sus expectativas en manos de las autoridades y, por consiguiente, desconfían de Jesús. El enfrentamiento entre familiares, que normalmente tienen relaciones de afecto, es una forma de romper con las formas convencionales, aparentemente armónicas, pero que en verdad están viciadas y corruptas. – Sólo quien deja toda atadura para seguir a Jesús, es también libre para ir hasta las últimas consecuencias de su seguimiento. Los enviados no son menos que quien les envía, por eso quien los acoge está acogiendo a Jesús y al mismo Dios en su casa y en su corazón. La bendición es una recompensa para quien se decide por Jesús, para quien acoge a un justo, a un misionero o a un marginado. – ¿Es Jesús una prioridad en nuestra vida cotidiana? ¿Qué significa hoy ser misionero o misionera?

ORACIÓN
Amado Dios hoy tu Palabra nos lleva a meditar sobre las situaciones de conflicto que afectan a todo un pueblo. Es tan similar a lo que vivimos hoy, las guerras, los intereses particulares, el anhelo de poder y dominio sobre los recursos naturales, la indiferencia ante el dolor, en fin son muchas cosas, por eso a quienes optamos por seguirte nos recuerdas que al hacer la diferencia seremos perseguidos aún por nuestras familias. Por favor danos tu fuerza y amor para no desfallecer. Amén


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