lunes, 1 de julio de 2013

Jueves 04 de Julio de 2013


“LA FE ES LA RESPUESTA”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 22,1-19

“El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe”

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes." Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré." Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: "Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros." Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: "Padre." Él respondió: "Aquí estoy, hijo mío." El muchacho dijo: "Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?" Abrahán contestó: "Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío." Y siguieron caminando juntos.

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: "¡Abrahán, Abrahán!" Él contestó: "Aquí me tienes." El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo." Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio "El Señor ve", por lo que se dice aún hoy "El monte del Señor ve".

El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrella del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido." Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Para comprender la belleza y la grandeza de Abraham en el acto de sacrificar a su propio hijo nuestra mirada tiene que adaptarse a una realidad, a una escala y a un mundo que son muy diversos de los nuestros.

Para nosotros existen los Derechos Humanos. Contamos con siglos de desarrollo filosófico y de instituciones sociales que presumimos estables, como referencias con las cuales contamos espontáneamente: leyes, gobiernos, policía, juzgados, sistemas jurídicos, penales y de pensamiento en los que nos sentimos cómodamente instalados, hablando en general. Nada de esto tenía Abraham.

El mundo de Abraham tenía otros referentes. Un mundo de tribus que hoy llamaríamos semisalvajes, acostumbradas a matar o morir, si se daba confrontación con otras tribus. Un mundo agreste en el que los débiles no tenían otro destino sino una temprana muerte. Un mundo plagado de incertidumbres, en el que cada cual a su manera trataba de ganarse el favor de los dioses.
Con cierta lógica, ese mundo funcionaba bajo el esquema del comercio con la divinidad: el que da poco a los dioses espera recibir poco de ellos; el que da mucho espera tener asegurado mucho. Abraham no podía conocer otro mundo distinto de ese. Y en ese mundo los papás sacrificaban sus hijos precisamente porque los amaban. Como eran preciosos para ellos, consideraban que destrozando el propio corazón con un sacrifico de tanto precio se estaban asegurando una generosidad proporcional de parte de sus dioses. Por eso al iniciar un proyecto "grande," como por ejemplo: intentar fundar una ciudad, echaban los cimientos sobre el cadáver sacrificado de un hijo, a menudo el primogénito. De todo esto hay constancia bíblica y extrabíblica.


SALMO RESPONSORIAL: 114
R. / Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida." R.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,1-8

“La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad”

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados." Algunos de los escribas se dijeron: "Éste blasfema." Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: "¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa."" Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Las autoridades religiosas de Israel condenan la actitud sanadora y solidaria de Jesús. En la cultura de Jesús la parálisis, como otras enfermedades, eran consideradas consecuencia del pecado de generaciones anteriores; las personas que las padecían estaban excluidas de la vida social, económica y religiosa. Tal vez lo que más les incomoda a los letrados es la dignificación que Jesús hace de las personas que han sido tiradas fuera por las estructuras del poder y los preceptos religiosos. La curación genera asombro en los vecinos; pero más que eso, es importante rescatar la actitud de alabanza por el perdón y la curación de uno de los suyos. Es urgente volver la mirada sobre el carácter profético de la fe cristiana, que hoy tiende a desdibujarse en actitudes marcadas por la indiferencia y el individualismo. Hoy como ayer, la solidaridad con los otros sigue siendo un imperativo del evangelio.

ORACIÓN
Como no creer que nos perdonaste todo lo que vivimos fuera de Ti. Que nos rescataste y nos enseñaste una manera de vivir, por eso te pedimos por favor que acrecientes nuestra fe para que seamos verdaderamente capaces de dejarte actuar a favor nuestro, según tu Espíritu que sabe los que nos conviene y el poder que tienes  para perdonar, sanar y transformarnos. Amén.


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