lunes, 1 de julio de 2013

Martes 09 de Julio de 2013


“UN DIOS DEMASIADO CERCANO A NUESTRA REALIDAD”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 32,22-32

“Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has podido”

En aquellos días, todavía de noche se levantó Jacob, tomó a las dos mujeres, las dos siervas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc; pasó con ellos el torrente e hizo pasar sus posesiones. Y él quedó solo. Un hombre luchó con él hasta la aurora; y, viendo que no le podía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa, mientras peleaba con él. Dijo: "Suéltame, que llega la aurora." Respondió: "No te soltaré hasta que me bendigas." Y le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Contestó: "Jacob." Le replicó: "Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con dioses y con hombres y has podido." Jacob, a su vez, preguntó: "Dime tu nombre." Respondió: "¿Por qué me preguntas mi nombre?" Y le bendijo.

Jacob llamó a aquel lugar Penuel, diciendo: "He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo." Mientras atravesaba Penuel salía el sol, y él iba cojeando. Por eso los israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque Jacob fue herido en dicho tendón del muslo.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Es un poco extraño el texto de la primera lectura de hoy, pero no es menos extraño que la compleja relación que nuestra voluntad suele tener con la voluntad de Dios.
Dios, nuestro Dios, nos hace fuertes para que le venzamos: esta es la gran paradoja. Le gusta ser vencido por aquello que, si él no nos lo diera, no tendría poder alguno sobre él. Y esto que nos da es la oración que brota de la fe, y la compasión que brota de sabernos amados sobre toda medida.
Tales son, pues, nuestras "armas" para ganarle a Dios: orar, creer, compadecer. No podemos tener misericordia sin asemejarnos a Jesús Compasivo. Y no podemos ser semejantes a él sin tener una participación en su poder.

SALMO RESPONSORIAL: 16
R. / Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor.

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,32-38

“La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos”

En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: "Nunca se ha visto en Israel cosa igual." En cambio, los fariseos decían: "Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios." Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
El evangelio de hoy habla de la liberación de un hombre poseído por un demonio que lo mantenía mudo, acción que Jesús realiza como signo de la presencia del reino en medio de las injusticias. Sin lugar a dudas, este hombre simboliza la realidad del pueblo maltratado por el poder opresor. Es notable percibir cómo la misión de Jesús encontró sus principales detractores entre los dirigentes del pueblo. Jesús tuvo que enfrentar la implacable oposición de todos los grupos religiosos de su tiempo, debido, sobre todo, a sus denuncias de las injusticias contra los más pobres, encubiertas con falsedades. No es de extrañar que, entre algunos que se consideran “verdaderos religiosos” y “auténticos cristianos”, encontremos hoy ciertas oposiciones a propuestas alternativas de evangelización liberadora, cuando en realidad es obra de Dios. Indudablemente que proclamar y practicar la igualdad de derechos humanos inalienables y la justicia sigue sonando como satánico a mucha gente eminentemente religiosa. Necesitamos comprometernos radicalmente a ser apasionados del Reino de Dios.

ORACIÓN
La Palabra nos permite conocerte como el Dios que se preocupa de nuestra condición humana y actúa sin reparos cubriendo nuestras carencias materiales, afectivas y espirituales. Oh Señor, si tan solo lográramos asimilar la grandeza de tu amor y la propuesta de una globalización basada no en el libre comercio y en los grandes proyectos, sino en la solidaridad, la justicia, el cuidado y aprovechamiento sano de los recursos para el bien de todo lo creado. Amén.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: