lunes, 1 de julio de 2013

Lunes 01 de Julio de 2013


“EL TIEMPO Y LA SALVACIÓN DE DIOS ES AHORA”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 18,16-33

“¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?”

Después los visitantes se pusieron de pie y empezaron a caminar hacia la ciudad de Sodoma. Abraham los acompañó para despedirse de ellos. Entonces el Señor pensó: "Debo decirle a Abraham lo que voy a hacer, ya que él va a ser el padre de una nación grande y fuerte. Le he prometido bendecir por medio de él a todas las naciones del mundo. Yo lo he escogido para que mande a sus hijos y descendientes que obedezcan mis enseñanzas y hagan todo lo que es bueno y correcto, para que yo cumpla todo lo que le he prometido." Así que el Señor le dijo:
--La gente de Sodoma y Gomorra tiene tan mala fama, y su pecado es tan grave, que ahora voy allá, para ver si en verdad su maldad es tan grande como se me ha dicho. Así lo sabré.

Dos de los visitantes se fueron de allí a Sodoma, pero Abraham se quedó todavía ante el Señor. Se acercó un poco más a él, y le preguntó:

--¿Vas a destruir a los inocentes junto con los culpables? Tal vez haya cincuenta personas inocentes en la ciudad. A pesar de eso, ¿destruirás la ciudad y no la perdonarás por esos cincuenta? ¡No es posible que hagas eso de matar al inocente junto con el culpable, como si los dos hubieran cometido los mismos pecados! ¡No hagas eso! Tú, que eres el Juez supremo de todo el mundo, ¿no harás justicia?

Entonces el Señor le contestó:

--Si encuentro cincuenta inocentes en la ciudad de Sodoma, por ellos perdonaré a todos los que viven allí.

Pero Abraham volvió a decirle:

--Perdona que sea yo tan atrevido al hablarte así, pues tú eres Dios y yo no soy más que un simple hombre; pero tal vez falten cinco inocentes para completar los cincuenta. ¿Solo por faltar esos cinco vas a destruir toda la ciudad?

Y el Señor contestó:

--Si encuentro cuarenta y cinco inocentes, no la destruiré.

--Tal vez haya solo cuarenta inocentes... --insistió Abraham.

--Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad --dijo el Señor.

Pero Abraham volvió a suplicar:

--Te ruego que no te enojes conmigo por insistir tanto en lo mismo, pero tal vez encuentres solamente treinta...

Y el Señor volvió a decirle:

--Hasta por esos treinta, perdonaré a la ciudad.

Abraham siguió insistiendo:

--Mi Señor, he sido muy atrevido al hablarte así, pero, ¿qué pasará si encuentras solamente veinte inocentes?

Y el Señor respondió:
--Por esos veinte, no destruiré la ciudad.
Todavía insistió Abraham:
--Por favor, mi Señor, no te enojes conmigo, pero voy a hablar tan solo esta vez y no volveré a molestarte: ¿qué harás, en caso de encontrar únicamente diez?
Y el Señor le dijo:
--Hasta por esos diez, no destruiré la ciudad.
Cuando el Señor terminó de hablar con Abraham, se fue de allí; y Abraham regresó a su tienda de campaña.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Podemos decir, que se encuentran dos rostros del amor. Porque, si bien a primera vista el relato nos parece una especie de "contienda", pronto nos damos cuenta que Abraham y Dios están del mismo lado.

Es muy hermoso ver a Abraham en su actitud de intercesor. Le habíamos visto en su esterilidad, en su soledad, en el aparente fracaso de su existencia, considerada individualmente. Es maravilloso descubrir que este hombre no se encierra en su frustración ni se ahoga en su amargura. Muy al contrario, abre el alma y vela por los intereses de Dios y por la salvación de cuantos puede, aun en medio del fango de aquellas ciudades de tan triste memoria, Sodoma y Gomorra. Esta es una lección para nosotros: no encerrarnos en lo que no nos ha salido bien; aun en medio de nuestras derrotas podemos hacer que triunfe la causa de Dios.

Dios, por su parte, nos muestra un rostro distinto del amor. Es el amor que, como un rayo de infinita claridad, separa al mal voluntario del bien inocente. Bien muestra el Señor que no está dominado por la ira. Escucha con paciente caridad a aquel en quien ha despertado tan generosa intercesión y atiende a cada uno de sus ruegos. Dios no está temblando de rabia. Está protegiendo al bien que todavía es débil del mal que se pretende fuerte. Y esto también es amar.

Necesitamos del amor que nos manifiesta Abraham, ciertamente inspirado y movido por Dios, para descubrir los tesoros de la compasión. Necesitamos también del amor celoso que Dios mismo manifiesta en la escena que hemos visto hoy para cuidar del que no puede cuidarse aún.

SALMO RESPONSORIAL: 102
R. / El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R.

No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,18-22

“Tú sígueme”

Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de pasar al otro lado del lago. Entonces se le acercó un maestro de la ley, y le dijo:
--Maestro, deseo seguirte a dondequiera que vayas.

Jesús le contestó:

--Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
Otro, que era uno de sus discípulos, le dijo:
--Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:
--Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El seguimiento de Jesús requiere un compromiso serio y sin condiciones. Pero hay que tener en cuenta que quien llama es Jesús: “No me han elegido ustedes, sino que fui yo quien les elegí” (Jn 15,16). El letrado que quiere seguir a Jesús está bajo los efectos del entusiasmo y la emotividad, al ver la multitud que se arracimaba en torno al Maestro. El verdadero discípulo de Jesús sabe a qué se atiene con el seguimiento: 1) La fe y la libertad como características fundamentales, 2) La disponibilidad para la misión, 3) El camino y las exigencias del reinado de Dios no tienen espera, y 4) La entrega como muestra del servicio a los demás. Por tanto, a la propuesta del Maestro Jesús tiene que seguir una respuesta sincera por parte del discípulo. Si no es así, tarde o temprano desistirá de la misión encomendada. No somos nosotros, por iniciativa propia, los que hemos elegido ser discípulos. Esta elección propia puede ser ocasionada por la euforia y el entusiasmo, que no están fundamentados en un verdadero seguimiento. Esta elección implica una ruptura con nuestro estilo de vida anterior, un tomar conciencia de las implicaciones.

ORACIÓN
Señor, seguirte nos exige ponernos detrás de ti y avanzar por el camino, sin tanto reparo.  Pero difícil es hacerlo en medio de un mundo que atrae con sus sistemas económicos, consumistas y de lucha por obtener el sustento diario. Ayúdanos por favor a desprendernos más y a interceder más para que no dejemos pasar el tiempo, dejándonos distraer  sin hacer lo que nos corresponde como verdaderos discípulos(as). Amén


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: