Fiesta de Nuestra Señora de
Guadalupe
“UNA MUJER BENDITA ENTRE TODAS
NOS OTORGA AL BENDITO DE DIOS”
Hoy la Iglesia Mexicana celebra con gozo la gran fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Son miles y miles de peregrinos los que se congregan en torno a la Guadalupana para venerarla y expresarle el gran afecto que le tienen; lo mismo que hiciera San Juan Diego cuando la madre del Cielo le dirigió la palabra y le mandó que dijera al arzobispo Juan de Zumárraga que le construyeran un templo en su honor en ese lugar. Desde entonces la devoción a la Virgen Morena se ha ido incrementado y extendiendo por toda América, incluso, por otros continentes. Ella es la misma que sale presurosa por las montañas de Judá a compartir con su prima Isabel la Buena Nueva que lleva en sus entrañas. Ella es la que hace saltar de gozo al niño que su pariente lleva en su vientre. Ella es la bendita entre todas las mujeres. Ella es la bienaventurada por haber creído en las promesas de Dios. Pero nuestra devoción a María no puede ser simplemente la manifestación de unos sentimientos externos, sino la contemplación de sus actitudes profundas para asumirlas como criterio de nuestra vida. Como María, aprendamos a acoger, anunciar y asumir el compromiso con todas sus consecuencias.
PRIMERA LECTURA
ZACARÍAS 2,14-17
“Canto de la Hija
de Sión”
Festeja y aclama,
joven Sión, que yo vengo a habitar en ti -oráculo del Señor-.
Aquel día se
incorporarán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío; habitaré en medio de
ti, y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti.
El Señor tomará a
Judá como lote suyo en la tierra santa y volverá a escoger a Jerusalén.
¡Silencio todos
ante el Señor, que se levanta en su santa morada!
SALMO RESPONSORIAL 95
Contad las
maravillas del Señor a todas las naciones
Cantad al Señor un
cántico nuevo, / cantad al Señor, toda la tierra; / cantad al Señor, / bendecid
su nombre. R.
Proclamad día tras
día su victoria. / Contad a los pueblos su gloria, / sus maravillas a todas las
naciones. R.
Familias de los
pueblos, aclamad al Señor, / aclamad la gloria y el poder del Seño, / aclamad
la gloria del nombre del Señor. R.
Decid a los
pueblos: " El Señor es rey, / el afianzó el orbe, y no se moverá; / él
gobierna a los pueblos rectamente."
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 11, 28-30
Venid a mí todos los que están
cansados
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mi
todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."
REFLEXIÓN
En directa continuidad con la promesa del profeta, Jesús se presenta
como el lugar del descanso. El amor de Cristo es incomparable y su compasión no
se detiene. Mientras que la voz del Antiguo Testamento nos hace pensar sobre
todo en el poder de Dios, un Dios compasivo, el mensaje del evangelio nos
muestra primero la compasión de Dios, un Dios que es "fuerte" sobre
todo en amar.
¿De qué descanso nos habla Cristo aquí? ¿Cuál es ese reposo que nos
anuncia? La interrogación por el descanso se revierte en pregunta por el
cansancio. Hoy podemos inquirir qué nos cansa; cuál es nuestro cansancio.
¿Estamos cansados de ser buenos o de querer serlo? ¿Cansados tal vez de que nos
decepcionen, porque todos prometen y nadie cumple? ¿Cansados de sobrevivir y de
no tener espacio, tiempo o sabiduría para llegar a vivir?
Cristo invita a los cansados a que se acerquen; no dice nada de los
que se sienten bien, es decir, de los que están descansados y tranquilos. Su
Evangelio existe sólo para los que están necesitados. Su palabra apunta a los
que han palpado el borde de sí mismos. Es la lógica de las bienaventuranzas --y
las malaventuranzas--. Suena trivial, pero en la lógica de Cristo encontrará
descanso sólo el que estaba cansado. Faltó ese texto: "Dichosos los
cansados... ¡ay de vosotros, los descansados!".
ORACIÓN
Gracias Señor por
haber hecho realidad tu promesa, a través de esta bendita y hermosa mujer, que
permitió su seno maternal para que el Rey de los ricos y pobres necesitados de
tu misericordia, viniera a esta dimensión humana. ¡Qué mujer llena de
sabiduría, centrada en la realidad social de su tiempo, dinámica, que corre la
milla adicional por el prójimo..!. Ayúdanos por favor a tomarla como modelo
para nuestro ser mujeres y hombres al estilo de Jesús. Amén
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