martes, 1 de mayo de 2012

Lunes 21 de mayo 2012


“LA CERTEZA DE UNA PRESENCIA, LA DEL PADRE DE JESUCRISTO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 19,1-8

“¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó: "¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?" Contestaron: "Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo." Pablo les volvió a preguntar: "Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?" Respondieron: "El bautismo de Juan." Pablo les dijo: "El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús."
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo llega a Éfeso, en su tercer viaje misionero. Éfeso era una de las ciudades más importantes  de la época. Allí estuvo más de dos años, fundando una comunidad a la que luego le escribiría una de sus cartas. En Éfeso, como siempre, primero predica a los judíos, en la sinagoga. De los diversos episodios que Lucas cuenta de esta estancia de Pablo en Éfeso, hoy escuchamos uno algo extraño: se  encuentra con unos doce hombres que eran creyentes, pero que sólo han recibido el bautismo de Juan Bautista y no conocen al Espíritu Santo. Probablemente se cuenta este caso para dar a entender lo que tendrían que hacer otros que están en las mismas circunstancias, como discípulos del bautista. Pablo les instruye amablemente sobre la relación entre el bautismo de Juan y la f e en Jesús. Estos doce aceptan la fe, son bautizados de nuevo, esta vez en el nombre de Jesús y reciben el Espíritu con la imposición de manos de Pablo.  El Espíritu suscita en ellos el carisma de las lenguas y de la profecía.  Como en Éfeso, también entre nosotros hay situaciones muy dispares a la hora de acercarse a la fe en Jesús

SALMO RESPONSORIAL: 67
R. / Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad en su honor,
su nombre es el Señor. R.
Padre de huérfanos, protector de viudas,
 Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 16,29-33

“Tened valor: yo he vencido al mundo

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: "Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios." Les contestó Jesús: "¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo." Palabra del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Confesar que Jesús es el Hijo de Dios no es tan fácil, y es esto lo que Jesús intenta comunicar a sus discípulos. Después de un largo proceso de enseñanza y conversión a los valores del Reino, los discípulos reconocen que Jesús es el Verbo Encarnado de Dios; sin embargo, Jesús escucha dicha confesión con cierta suspicacia, pues aquellos que ahora lo confiesan como el Hijo de Dios, más adelante serán los primeros en abandonarlo y negarlo. Ante este abandono futuro de los discípulos, Jesús reacciona expresando su convencimiento de la permanencia y la fidelidad de Dios. Por lo visto, los discípulos únicamente han confesado una parte del misterio salvífico otorgado por medio de Jesús, olvidándose de un elemento esencial en su seguimiento: el camino de la cruz como camino real de salvación y de vinculación total al proyecto divino de Dios. El evangelista Juan quiere comunicar a la comunidad cristiana de todos los tiempos que no basta con confesar que Jesús es el Hijo de Dios; es necesario transparentar con nuestra vida dicha realidad, a través de la continua donación de nuestra vida al proyecto de amor iniciado por Jesús de Nazaret; la realidad del amor incondicional es capaz de vencer la injusticia y la violencia del “mundo”.

ORACIÓN
Tú Señor nos has mostrado lo que es tener la certeza y confianza de que Dios Padre sabe lo que hace y estará contigo en todas las circunstancias de tu vida. Necesitamos ese mismo sentir de vuestra presencia en nuestra vida, para no desfallecer ante realidades que debemos padecer en estos tiempos, tan desconcertantes que a veces nos envuelven y nos hacen distanciar de Ti, del Padre y del Espíritu Santo. Ayúdanos por favor. Amén.

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