martes, 1 de mayo de 2012

Martes, 22 de mayo de 2012


"UNA ORACIÓN QUE  DESDE AQUÉL DÍA YA ERA POR TODOS NOSOTROS”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 20,17-27

“Completo mi carrera, y cumplo el encargo que me dio el Señor Jesús

En aquellos días, desde Mileto, mandó Pablo llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando se presentaron, les dijo: "Vosotros sabéis que todo el tiempo que he estado aquí, desde el día que por primera vez puse pie en Asia, he servido al Señor con toda humildad, en las penas y pruebas que me han procurado las maquinaciones de los judíos. Sabéis que no he ahorrado medio alguno, que os he predicado y enseñado en público y en privado, insistiendo a judíos y griegos a que se conviertan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús. Y ahora me dirijo a Jerusalén, forzado por el Espíritu.
No sé lo que me espera allí, sólo sé que el Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me asegura que me aguardan cárceles y luchas. Pero a mí no me importa la vida; lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. He pasado por aquí predicando el reino, y ahora sé que ninguno de vosotros me volverá a ver. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie: nunca me he reservado nada; os he anunciado enteramente el plan de Dios." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Durante todo este período de pascua hemos venido siguiendo el desarrollo de la iglesia, en medio de ires y venires, de triunfos y fracasos, hemos descubierto que Dios está  presente en la historia humana. Pues bien, durante hoy y mañana escucharemos el discurso de despedida de Pablo ante los responsables de las comunidades cercanas a Efeso. Como en todo discurso de despedida, encontramos aquí una mirada al pasado, otra, al presente y una final al futuro de la comunidad.  Pablo ante todo, hace un resumen global de su ministerio, en el que se presenta a si mismo como modelo de  apóstol y de responsable de comunidad. Ahora pablo se dirige a Jerusalén, “forzado por el Espíritu”. Y de nuevo es admirable su actitud y disponibilidad: “no se lo que me espera allí”, aunque si estoy seguro que me aguardan cárceles y luchas”. Y sin embargo va con confianza: “no me importa la vida: lo que me importa es completar mi carrera y cumplir el en encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios”.

SALMO RESPONSORIAL: 67
R.  / Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R.

Bendito el Señor cada día,
Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva,
el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 17,1-11a

“Padre, glorifica a tu Hijo

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: "Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese.
He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El relato que leemos hoy es una pieza clave dentro de este evangelio, pues nos ofrece la síntesis de la teología joánica, que se interesa por presentar un informe sobre la actividad evangelizadora de Jesús y la misión que debe asumir la comunidad de discípulos. Más que una “oración sacerdotal”, como comúnmente se conoce este relato, es una meditación profunda sobre la obra de Jesús y sus implicaciones; es un ejercicio de reflexión sobre la trascendencia que tuvo para la comunidad del discípulo amado -Juan- la vida de Jesús. El tema central de esta meditación es la unidad inquebrantable que existe entre Jesús, el Enviado, y el Padre, a quien retorna ahora que ha cumplido a plenitud su misión. De este vínculo estrecho entre Jesús y Dios Padre participan también los creyentes, quienes son llamados a participar de la misma gloria ofrecida por el Padre. Jesús ruega a quien lo envió para que la relación de los “suyos” con el proyecto de Dios sea real, fiel y radical, ya que esa es la única manera de vivir la plenitud de la salvación. Sólo quien cree en la fuerza transformadora del amor es capaz de percibir la presencia de Dios en su existencia, tal como lo experimentó Jesús en medio de la humanidad.

ORACIÓN
Mi Jesús gracias por colocarnos en las manos del Padre y llevarnos a comprender que tu y Él nos han hecho suyos porque hemos atendido a tu llamado, anhelamos caminar en su Reino y sabemos cuánto necesitamos hoy de su Palabra y su acción para no desfallecer en el encargo de transmitir este Evangelio.

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