miércoles, 1 de enero de 2025

Jueves 16 de Enero de 2025

 

“ESCUCHEMOS AL SEÑOR,  NO ENDUREZCAMOS NUESTRO CORAZÓN”

 

PRIMERA LECTURA

HEBREOS 3,7-14

 ¡Anímense los unos a los otros, mientras dure este "hoy"!

 Hermanos: Como dice el Espíritu Santo en la Escritura: "Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice, no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron y pusieron a Dios a prueba en el desierto.

Allí me pusieron a prueba los antepasados de ustedes, aún cuando habían visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me enojé con aquella generación, y dije: 'Andan siempre extraviados en su corazón, y no han querido conocer mis caminos.' Por eso juré en mi furor que no entrarían en mi reposo."

Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese "hoy" de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio. Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

La palabra que se nos da es un clamor de Dios “no endurezcan el corazón”. Esta frase tomada del salterio, nos recuerda una de las tentaciones más grandes de los seres humanos: endurecer el corazón a Dios y olvidarse de escucharlo hablándonos en nuestra vida. Necesitamos con urgencia abrir el corazón de par en par para que Dios pueda acontecer en ella. No nos hagamos como los que creen que ya no hay nada que cambiar, ni mejorar, que ya alcanzaron la perfección y la santidad, porque estaremos alejándonos de Dios. No nos convenzamos de que ya no es necesario hablar con Dios, que con un Padrenuestro de vez en cuando alcanza, porque estaremos perdiéndonos de vivir a la manera del Señor. Necesitamos todos tener claro que sólo en la medida en la que Dios tenga espacio en nuestra vida, podremos vencer en las adversidades con la fuerza de lo Alto.

 

SALMO RESPONSORIAL: 94

R./ Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”

Entrad, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

 y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía. R.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

 "No endurezcáis el corazón como en Meribá,

 como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

 

"Durante cuarenta años

aquella generación me asqueó, y dije:

"Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso."R.

OREMOS CON EL SALMO

Las dos partes que componen este Salmo corresponden a otros momentos de una solemne acción litúrgica. La primera es un canto dirigido a la comunidad para invitarla a ingresar jubilosamente en la morada del Señor. En la segunda parte se escucha un oráculo del Señor, que exhorta a Israel a no imitar la incredulidad y la rebeldía de sus antepasados en el desierto. 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 1,40-45

 "La lepra se le quitó y quedó limpio"

 Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús, y poniéndose de rodillas le dijo:

--Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.

Jesús tuvo compasión de él; lo tocó con la mano y dijo: --Quiero. ¡Queda limpio!

Al momento se le quitó la lepra al enfermo, y quedó limpio. Jesús lo despidió en seguida, y le recomendó mucho:

--Mira, no se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva, por tu purificación, la ofrenda que ordenó Moisés, para que conste ante los sacerdotes.

Pero el hombre se fue y comenzó a contar a todos lo que había pasado. Por eso Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, sino que se quedaba fuera, en lugares donde no había gente; pero de todas partes acudían a verlo. Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN:

La actitud de Jesús es la compasión. Se acerca al leproso, con gestos de profunda humanidad y le declara que desea para él la salud. Es evidente que para Él la compasión es el principio que determina a la humanidad. Sin ella no hay vida humana, sino exclusión, condena y muerte. Sin ella la otra persona muere a nuestro lado, sin hacer nada extraordinario por salvarle. Jesús con sus gestos y acciones indica que es necesario tener compasión con nuestros vecinos y también con el ecosistema para combatir el sufrimiento humano y ecológico. Con la manera de actuar de Jesús, que el Evangelio recuerda permanentemente, queda claro que la compasión es la opción fundamental de Dios ante el sufrimiento humano y por eso Jesús la hace suya la cual lo lleva a la solidaridad efectiva con las víctimas. A la luz de la vida misma de Jesús, el cristiano está llamado a solidarizarse con el dolor de los inocentes. Esa debe ser la característica de toda persona que vive el “seguimiento” de Jesús.

 ORACIÓN

Señor, ayúdanos a descubrir en este tiempo los nuevos enfermos, los leprosos que la sociedad excluye y desprecia. Que no caigamos  Señor en la trampa de juzgar apresuradamente y rechazar a los débiles, danos la gracia de tener compasión por todo el que está a nuestro lado y sufre. Que con nuestra oración diaria intercedamos por aquellos que sufren y día a día con nuestra vida y nuestras acciones, nos apoyemos mutuamente. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Servando y Silvia en su aniversario. Amén

“Debemos tener compasión con nuestro prójimo y reintegrarlo en el proyecto de Dios,  para que sea partícipe de su misericordia y transformación de amor”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: