“¿HABLAMOS CON LA AUTORIDAD DE DIOS O CON LA NUESTRA?”
PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 24,2-7.15-17A
“Avanza la constelación de Jacob”
En aquellos días, Balaán, tendiendo la
vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él,
y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre
de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla
visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: ¡Qué bellas las
tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas dilatadas, como jardines
junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el
agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más
alto que Agag, y su reino descuella."
Y entonó sus versos: "Oráculo de
Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que
escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla
visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: Lo veo, pero no es
ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza la constelación de Jacob, y
sube el cetro de Israel." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En la primera lectura el adivino pagano
Balaam había sido llamado por el rey de Moab, para que maldijera a Israel en su
camino hacia la tierra prometida. Pero Balaam no pudo cumplir su cometido. Cada
vez que intentaba maldecir a Israel, el Señor le cambiaba la maldición en una
bendición. A la cuarta vez, Balaam pronuncia una declaratoria (oráculo) que
habla de un futuro rey que habrá de surgir de Israel. Este oráculo se refiere
al rey David quien le da seguridad al reino, al liberarlo de sus enemigos. Pero
David es solo un modelo del verdadero Rey que vendrá más adelante. Aunque no se
lo cita expresamente en el Nuevo Testamento, el episodio de la adoración de los
reyes magos ha sido inspirado en este oráculo de Balam. Jesús es el que
establecerá definitivamente el Reino de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 24
R./Señor, instrúyeme en tus sendas.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y
Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con
rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este es un canto a la
bondad y al amor de Dios y petición humilde de orientación y
enseñanza. El cristiano sabe que el amor de Dios se hizo presente de manera nueva
e inseparable en la persona de Jesús. Él es quien debe guiarlo y
enseñarle la verdad que conduce a la vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 21,23-27
“El bautismo de Juan ¿de dónde venía?”
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo
y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del
pueblo para preguntarle: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?" Jesús les replicó: "Os voy a hacer yo también
una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago
esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?"
Ellos se pusieron a deliberar: "Si decimos "del cielo", nos
dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los
hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por
profeta." Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Él, por su
parte, les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago
esto." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Que fácil se confunde la autoridad del
poder humano con la autoridad del servicio amoroso que procede de
Dios. La autoridad que procede del poder humano se funda en el
ejercicio de la dominación y la opresión sobre el otro. Es ejercida por la
fuerza de la ley o por la fuerza de las armas, del temor y la intimidación.
Mientras que la autoridad que procede del servicio y el testimonio está
respaldada por la calidad de vida, por la coherencia entre lo que se dice y se
hace y, por los valores y principios que se evidencian en el actuar cotidiano.
Jesús cuestiona la autoridad que ejercen los escribas y fariseos: “hagan los
que ellos dicen pero no lo que ellos hacen” (Mt 23,3). La autoridad de Jesús
procede de un amor profundo por la humanidad. Los signos y señales (milagros)
que Él realiza ratifican la autenticidad de su palabra y la legitimidad de su
acción de parte de Dios, “Pero si las hago, crean en las obras aunque no me
crean a mí, así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre”
(Jn 10,38). ¿De dónde y cómo procede nuestra autoridad?
ORACIÓN
Padre Dios, renuévanos en tu Espíritu, para saber comprender en los
signos del mundo de hoy y en las personas que nos rodean tu presencia y tu
acción salvadora. Danos tu autoridad y un corazón sencillo y humilde como el de
tu corazón. Amén.
“La verdadera evangelización
siempre pasa por el camino de la humildad, al arrepentimiento, la conversión y
la oración”
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