“SUFRIMIENTO Y CONSUELO”
PRIMERA LECTURA
2CORINTIOS 1,1-7
“Dios nos alienta hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás
en la lucha”
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano
Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos que
residen en toda Acaya: os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y
del Señor Jesucristo.
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el
punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con
ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo
rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. Si
nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación; si recibimos aliento, es
para comunicaros un aliento con el que podáis aguantar los mismos sufrimientos
que padecemos nosotros. Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que
si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Ya que el dolor es un visitante permanente de la vida humana, aprendamos
de la primera lectura de hoy que hay otro visitante que quiere frecuentar
nuestra puerta: el consuelo. Y así, ya que sabemos lo que significa estar
tristes, bueno es que tengamos dónde aprender que esa tristeza puede ser
superada mediante ese pequeño y hermoso milagro que se llama
"consuelo". Consolar es ayudar a reconstruir un mundo que ha quedado
en ruinas después de un fracaso, un dolor profundo, una decepción fuerte o de
una pérdida irreparable. Reconstruir el mundo es un proceso que pide
comprensión, paciencia, una dosis de ternura, pero también mucha sabiduría para
afianzar los cimientos que aún están en pie y que serán la base de un posible y
deseable futuro.
Y es maravilloso descubrir que no hay otro experto como Dios en eso de
consolar y reconstruir. ¿Podría ser de otro modo, siendo Él nuestro Creador,
quien mejor nos conoce y ama?
SALMO RESPONSORIAL: 33
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él R.
OREMOS CON EL SALMO
El salmista nos participa su experiencia del amor de Dios y nos invita a
hacer nosotros(as) mismos(as) esa experiencia. Jesús más que nadie en este
mundo, puede hablarnos del amor de Dios y puede hacérnoslo comprender en toda
su profundidad.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,1-12
“Dichosos los pobres en el espíritu”
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y
se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los
sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y
sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de
corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa
de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros
cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo,
que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Nos encontramos, de frente al mensaje central de Jesús. Delante de la
ética que le da sentido al Reino que anunció. Jesús presenta la norma de vida
que ha de regir a su comunidad, a sus seguidores. Estamos delante de las
Bienaventuranzas. Esta propuesta de Jesús, tantas veces olvidada, sigue
vigente. El mundo necesita otra lógica. La historia necesita otra manera de
comprenderse a sí misma. Jesús apunta a lo esencial y exige una transformación
profunda de la conciencia. El que vive libre de las estructuras de este mundo y
que tiene a Dios por Rey, quien trabaja por la paz de manera decidida, quien
lucha por la justicia sin el miedo de ser perseguido y calumniado, quien es
limpio de corazón… este es el hombre o la mujer que entra en la lógica de
Jesús. Todo bautizado, sin excepción, está invitado a ser bienaventurado. No es
una tarea fácil. ¿Estamos viviendo en la lógica de Jesús? ¿Somos en el mundo
alternativa y para el mundo fermento, según la propuesta del Maestro?
ORACIÓN
Al retomar el pasaje donde nos transmites las verdaderas y certeras
actitudes que debe realizar toda persona que sabe amarte y amar al prójimo, no
nos queda más que suplicarte para que nos ayudes a vivir a tu manera, vivir con
tu lógica, para desarrollar a cabalidad tu plan de amor.. Amén.
“La unción del Espíritu nos ayuda a mirar
cada cosa que nos sucede como el ritmo que Dios le va dando a nuestra vida”
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