“VIVIR LA FE DESDE LA RADICALIDAD DEL
EVANGELIO”
PRIMERA LECTURA
2CORINTIOS 6,1-10
“Damos prueba de que somos ministros de Dios”
Hermanos: Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la
gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de
salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora
es día de salvación.
Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo
de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros
de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes,
cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con
limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero,
llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios. Con la derecha y con la
izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de
mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos
conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca
ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a
muchos, los necesitados que todo lo poseen. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo, como colaborador de Dios, vuelve a exhortar a la comunidad
cristiana de Corinto a que se convierta, a no seguir rechazando el Evangelio.
Pablo nos da en estos versículos el retrato de lo que deber ser un servidor del
Evangelio. El “mensajero” se debe identificar con el “mensaje” a ejemplo de
Cristo. Para reforzar su mensaje de conversión cita al profeta Isaías (49,8),
diciéndoles que el tiempo favorable y de salvación ha llegado ya. Pablo y la comunidad
de Corinto tuvieron relaciones en diversas fases, en ocasiones muy tensas, a su
llegada, según cuenta él mismo, fue sobre todo la acción sensible del Espíritu
Santo la que le abrió puerta en la atención y luego en el corazón de los
corintios. Acostumbrados a oír toda clase de discursos religiosos y
filosóficos, y a presenciar todo tipo de prácticas, su mente curiosa y voluble
quedó fascinada por el tema de los carismas del Espíritu Santo, de modo que
Pablo tuvo que instruirlos ampliamente sobre el sentido de estos dones, para
que pudieran dar a cada uno su valor propio y sobre todo para que entendieran
que lo primero es la edificación de la comunidad y el ejercicio sincero y
continuo de la caridad.
Los corintios veían en los carismas especies de "poderes" en
los que primaba los extraordinario, lo vistoso o lo que diera realce en medio
de los demás hermanos. No fue poca tarea para el apóstol enfatizar en su
enseñanza que el gran "poder" que buscamos no es el que halaga la
vanidad o el que sirve para conseguir seguidores. El gran poder es el de la
Cruz, es el del amor hasta el extremo, pues sólo en la sorprendente y
escandalosa humillación de la Cruz hemos recibido la posibilidad de creer a
fondo y sin reservas en el amor de Dios. El Señor Jesús nos ha manifestado qué
significa un amor incondicional, puro y eficaz.
Todas las crisis, persecuciones, las incomprensiones y cárceles, los
naufragios, las humillaciones y burlas, todo ello es a los ojos de Pablo una
"prueba" de su propia misión, en dos sentidos: primero, porque
muestra la sinceridad y pureza de su intención; segundo, porque le une y abraza
al contenido de su propia predicación.
SALMO RESPONSORIAL:
97
R. /El Señor da a conocer su victoria.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un canto de aclamación a la realeza de Dios, Señor del
universo y de la historia. El despliegue del poder salvador de Dios llega a su
punto culminante en la encarnación de su Hijo y en la victoria de este sobre la
muerte y el pecado.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,38-42
“Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se
dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No
hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla
derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la
túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla,
acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo
rehúyas." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La declaración de Jesús establece que cualquier intento de justicia por
mano propia o cualquier búsqueda de venganza ante las injusticias no son
conductas propias de sus seguidores. Jesús decreta además que la centralidad de
las personas en sus necesidades son determinantes para el comportamiento de la
comunidad del Reino. Pero en ocasiones creerle a Jesús no es sencillo y
pensamos que practicar estos mandamientos está fuera de nuestras posibilidades.
Por fortuna, o gracia de Dios, existen en cambio numerosos ejemplos que
valoramos justamente por este tipo de comportamientos: Mahatma Gandhi, Martin
Luther King, Nelson Mandela, las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo. No
se trata de claudicar en las búsquedas por la verdad ni de resignar las luchas
por la justicia, tampoco de olvidar o perdonar sin más como tontos. Se trata de
desmantelar el modus operandi que pretende alcanzar el resarcimiento con mayor
injusticia y violencia. Se trata de dar la palabra a las víctimas y de dejar al
descubierto al victimario con sus prácticas. Jesús nos enseña a no
responder al mal con el mal, sino, como dice San Pablo en Rom. 12,17.21: “A
nadie devuelvas mal por mal. Vence al mal haciendo el bien”. La propuesta evangélica
de la no-violencia tiene que ser un ejercicio eficaz para ir asumiendo un nuevo
estilo de vida.
ORACIÓN
Las actitudes propias del cristiano deben ser la sencillez, la humildad,
la docilidad, la paciencia y muchas más que nos indica tu Palabra. Los textos
de hoy son un fuerte llamado a mantenernos firmes en esas actitudes desde tu
Espíritu; aunque a los ojos del mundo nos tachen de “locos y sin
sentido”, te pedimos nos ayudes a permanecer y no claudicar en tu proyecto.
Amén
“El verdadero servidor de Dios está dispuesto
a sufrir por su causa, es fiel a su mensaje, es alegre porque ama con libertad
y es generoso porque está dispuesto a hacer más”
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